Publicada
Actualizada

Paloma Sánchez Garnica es una de esas autoras que no se da por vencida, una soñadora a lo grande. Ella era de las pocas que decía públicamente que quería ganar el Premio Planeta. Y lo ha hecho. Su maestría con la pluma es admirable, y sobre el papel, sublime.

En 2021 quedó finalista de su tan ansiado galardón por la novela Últimos días en Berlín, y en 2024 ha conseguido ganarlo con su novela Victoria. ¿Qué le deparará a la escritora el 2025? De momento, y todavía en este año, una tarde apasionante con Ana Núñez-Milara, directora de Magas de EL ESPAÑOL, y decenas de apasionados de las letras en nuestro Club de Lectura.

Este ya es el tercer encuentro, celebrado también en el maravilloso espacio CUPRA City Garage, y la cita con los libros gana cada vez más adeptos. El mes pasado, la charla con Carmen Posadas fue todo un éxito, y en octubre Rafael Tarradas llenó la sala. Esta vez le ha tocado el turno a la inigualable Paloma Sánchez Garnica, que ha presentado ante los asistentes su más preciado tesoro: su última novela, Victoria.

La doble Victoria de Paloma

No siempre fue escritora, aunque parezca increíble pensar que no naciera con una pluma bajo el brazo. Realmente es licenciada en Derecho, Geografía e Historia, y en algún momento de su vida ejerció como abogada. Pero no era lo suyo. Le bastaron cuatro años para colgar la toga y, desde entonces (y ya hace 20 de esto), no ha dejado de escribir.

Paloma junto a Ana Núñez-Milara. Esteban Palazuelos

"En los 90 había mucho machismo en los juzgados y a mí no me cuadraba. Estuve unos años y decidí regresar a casa", explica. Fue entonces cuando comenzó a sentirse un poco más autora, aunque escribiera "sin ninguna pretensión". Sin embargo, cuando terminó su primera novela y se la enseñó a los suyos, se abrió un nuevo planeta (y nunca mejor dicho) de posibilidades para ella. "Me animaron a publicarla. Entonces, encontré mi lugar en el mundo y aquí me quería quedar", afirma.

Hasta ese momento, Paloma ni siquiera sabía que la literatura sería su vocación. De hecho, afirma con rotundidad en el Club de Lectura de Magas: "Si esa inquietud por las letras la hubiera tenido clara a los 20 años, hubiera fracasado. Necesitaba ese bagaje y experiencia para crear personajes e historias reales".

Ganar un Planeta

Varias novelas después, todas ellas superadas con una gran crítica tanto por los profesionales del sector como por los propios lectores, Sánchez-Garnica ha llegado a su meta: escribir la mejor obra inédita en idioma castellano. Se trata de Victoria, que cuenta la vida de dos hermanas tras la Segunda Guerra Mundial, mezclándose con la época de racismo en Norteamérica. Espionaje, sentido de la justicia y amor son sus ingredientes perfectos.

El evento se ha celebrado en el espacio CUPRA City Garage. Esteban Palazuelos

En este punto, Mariví, una de las asistentes al Club de Lectura y fiel seguidora de la autora, le pregunta cómo es ganar este reconocido galardón. "Fui muy consciente. Este premio me ha venido en un momento en el que he podido asimilarlo bien, con serenidad. Sabía que iba a ser un momento único en mi vida y en la de la gente que me quería. Esas situaciones las tienes que aprovechar y yo tenía los pies muy pegados en la tierra. Lo llevo en mi corazón para siempre", relata emocionada.

La 'intrahistoria' de la vida

Impresionada también recibe la segunda de las preguntas de esta cita literaria. Esta vez es Ana, otra de las asistentes que asegura que no se ha leído el libro, sino que "se lo ha bebido", quien le hace saber sus dudas. 

"Me ha dado la sensación de que lleva una gran labor de documentación", comenta. Y así es, aunque Paloma afirma que "ella escribe sin brújula y conoce a los personajes a medida que va creando la historia". Sin embargo, confiesa que "leyendo y escribiendo es la mejor forma de documentarse". Documentales, películas, artículos... "Sobre todo novelas, que son la intrahistoria de esa época", añade. 

Además, como licenciada en Historia, argumenta: "Cada uno tiene que aportar su granito de arena y desde las novelas trato de entender mi mundo del pasado. Es un instrumento muy accesible. He estudiado los grandes acontecimientos históricos, pero los he entendido escritos en minúscula dentro de novelas, y no en grandes titulares". Relatos como el suyo, que aunque con letra pequeña, son de esas que perduran en el tiempo.