Xènia Banús, la Greta Thunberg de la moda: “Quiero diseñar con la tela de hoja de piña o con el cuero de hongos”
Aunque sostiene que no hay ninguna marca 100% sostenible, su firma Leneim es una "propuesta disruptiva y consciente que revaloriza la industria".
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Inclusiva, circular y sin género, pero rebosante de personalidad. Así es la moda que corta y confecciona Xènia Banús (Tarragona, 1996), la diseñadora joven y resuelta que ha irrumpido en el mercado con su firma Leneim.
Poca producción, minimal, atemporal, sin moldes que la encorseten y para todos los cuerpos, edades y momentos. Y, por supuesto, neutra. Para chicos, chicas y chiques, porque el género cada vez importa menos a la hora de vestir. Ella cree que nada a contracorriente, como las truchas, pero como ellas, es también fresca y peleona: "A pesar de remar a contracorriente y desafiar un panorama que parece difícil o imposible, estamos consiguiendo una notoriedad positiva, y eso nos mantiene optimistas", asegura.
Xènia es hija única como su concepto, y se crió libre en un pequeño pueblo rodeada de naturaleza. Eso ha marcado su manera de ser, de ver y de crear un mundo diferente, puntada a puntada y sin ceñirse a lo establecido: "Creo que la moda sin género completa el mundo de una forma mucho más inclusiva y se centra en la libertad de la propia identidad. Los estereotipos nos limitan y por eso apuesto por una marca genderless con el fin de que todo el mundo pueda llevarla sin importar su género".
Es un hecho real que en el mundo de la moda se produce más de lo que necesitamos y el futuro es realmente preocupante. De nuestro armario solo usamos el 20%. La industria de la moda provoca el 10% de las emisiones mundiales de carbono. Es la segunda manufactura que más agua consume y la responsable del 20% de la polución de los océanos. Algunas marcas queman su stock sobrante (alrededor de un 30% del total producido). Estos datos escalofriantes los ha tenido siempre en la cabeza Xènia, la que bien podría ser la Greta Thunberg de la moda, pero, a su vez, no quería renunciar a su sueño.
Y decidió hilvanarlo todo, tirando del sentido común, y lo cierto es que lo ha bordado: "La industria de la moda carece de transparencia y ética, y sentí la necesidad de romper con lo establecido a través de una visión crítica. Sigo un estilo de vida minimalista, me enfoco en lo esencial, en aquello que me aporta bienestar y funcionalidad. Adquiero solo lo que necesito y que sé seguro que utilizaré. Consumo alimentos de proximidad y mi hogar es mi refugio de paz".
Y añade: "Confieso que tengo una obsesión por el orden…Y esa forma de ser la he trasladado a mi marca. Siempre intento tomar decisiones conscientes y tengo un gran compromiso con el medioambiente. Me interesa saber qué y quién hay detrás de una marca. La producción local, los materiales ecorresponsables y el diseño atemporal están dentro de mis preferencias desde que creé Leneim en julio de 2022”.
Y desde ese julio su firma ha comenzado a subir como la espuma gracias a un mensaje muy claro, directo y también al hecho de contar con el "empujón" de una influencer como María Pombo que vistió el traje Timeless de 285 euros de Leneim y se hizo viral: "Tuvimos la oportunidad de vestir a María para una sesión de fotos y fue muy emocionante ver cómo nuestro mensaje llegó al mundo. Es cuando te das cuenta de que el esfuerzo cobra sentido y vale la pena".
Cuando el pueblo se le quedó chico, se mudó a Barcelona para estudiar Fashion Marketing and Communication y creó Leneim (palabra compuesta a partir de la unión del artículo en francés le ‘el’ y la pronunciación en inglés neim ‘nombre’) la marca que, bajo su dirección se confecciona en un taller local cerca de Barcelona, donde cinco costureras trabajan bajo la premisa de la sostenibilidad: "La sostenibilidad ya no es una opción, sino una herramienta que debe cambiar la industria positivamente. Definitivamente, tenemos y se produce más de lo que necesitamos".
Dime de lo que presumes y te diré de lo que careces, dice el refrán. Y son muchas las marcas que se jactan de ser sostenibles, pero a la hora de la verdad… Convéncenos de que tú eres la más sostenible entre las sostenibles y no es solo marketing lo que hay detrás de Leneim.
Partiendo de la base de que no existe ninguna marca de moda 100% sostenible, prefiero definir Leneim como una propuesta disruptiva y consciente que revaloriza la moda. Es una marca de moda sin género, donde lo femenino y lo masculino conviven de manera excepcional.
Celebramos la diversidad, la igualdad de oportunidades y los entornos de trabajo saludables y nuestra misión es representar una alternativa al sistema de la moda actual. Deconstruir la sobreproducción y el sobreconsumo que invade nuestras vidas y asfixia al planeta, abriendo una ventana a la reflexión con un concepto real e inclusivo.
Xènia, habiéndote formado en marketing y comunicación de moda, ¿cómo, cuándo y por qué das paso al diseño de una marca propia?
Elegí una formación con una perspectiva 360º para tener una visión más amplia y poder comprender todos los procesos que conlleva crear una marca. Pero me considero una persona creativa, tenaz y bastante polifacética y mi sensibilidad por el arte ha estado muy presente toda mi vida y esta virtud me ha permitido convertir una idea en un modelo de negocio.
¿Se podría decir que vendes casi a la carta?
Leneim más que una marca de moda es un estilo de vida. El mayor reto son los costes de producción, lo que implica un margen de beneficio menor. Sin embargo, para Leneim, sería incongruente producir grandes cantidades en el otro lado del mundo.
Producir aquí y tener a los proveedores tan cerca nos suma valor, evitamos la sobreproducción y podemos garantizar la trazabilidad de nuestras prendas, desde que ideamos el diseño hasta que lo enviamos al cliente. Nuestro modelo de negocio favorece el desarrollo de la economía local y genera menos emisiones de CO2, lo que supone un menor impacto ambiental.
Haces pocas prendas, pero no escatimas en tela. ¿Dirías que tu tallaje es oversize para ser inclusivo?
Queremos que la moda siga siendo actual con el paso del tiempo y que sea fácil de adaptar a cualquier cuerpo, estilo y ocasión, sin seguir fielmente las estaciones. Nuestras prendas tienen volumen y cortes rectos, líneas anchas y limpias que se traducen en una silueta oversize fácil de llevar y únicamente elegimos tejidos cómodos y útiles. En definitiva, tenemos nuestro propio estilo, lo que supone un reto gigantesco en un mundo cada vez más globalizado.
Te nutres de tejidos muertos desechados por la industria. Eso suena muy fuerte.
En el mundo se generan cada año 92 millones de toneladas de residuos textiles, esto supone un grave problema para el medioambiente. Todos ganamos si reutilizamos los excedentes textiles que desecha la industria y evitamos que puedan acabar incinerados, en vertederos y contaminando el planeta.
Conseguimos más exclusividad como marca y reducimos nuestra huella de carbono como empresa. De todas formas, quiero experimentar con tejidos innovadores, como la tela de bambú, la fibra de hoja de piña o el cuero de hongos, así como explorar nuevas técnicas y acabados. Todo sin perder nuestro ADN.
¿Qué te provoca la palabra fast-fashion?
La industria necesita urgentemente un cambio en su modelo de producción y consumo. El desafío es complejo e inaplazable. Se deben aplicar medidas eficaces, no es suficiente con usar materiales reciclados, la clave es dónde, cómo y cuánto se produce. Producir grandes cantidades de ropa diseñada sin fundamentos es un desperdicio inmenso e irreversible.
¿Qué es el Greenwashing, esta palabra tan de moda, y dime si crees que nos meten gato por liebre con demasiada facilidad y sin consecuencias?
El greenwashing (o lavado verde, en español) es un término que empleamos para referirnos a estrategias publicitarias engañosas que algunas empresas utilizan para presentarse, a ellas y sus productos, como respetuosas con el medioambiente, cuando no lo son. Como consumidores tenemos el deber de informarnos para no creérnoslo todo.
¿Qué buscan tus clientes?
Nuestro cliente busca diseños efectivos, apuesta por un producto honesto. Se siente parte del movimiento porque comparte el estilo de vida que promovemos desde la marca. El minimalismo tiene innumerables beneficios y nuestros clientes priorizan firmas con las que conectar emocionalmente.
Hablando de firmas y tendencias ¿crees que vestir con prendas de segunda mano cada vez es más cool que vestir de marca?
No sé si es más cool, lo que sí sé es que yo nunca he tenido la necesidad de llevar el logo de una marca. Priorizo otras cosas. Ahora, creo que cada vez hay más conciencia y, si reutilizamos, reducimos la creación de residuos.
Seguir explotando los recursos naturales y producir en exceso no tiene ningún sentido. Para reevaluar la moda hay que buscar soluciones innovadoras y reconsiderar nuestros hábitos de consumo. Es importante prestar más atención a las etiquetas de tu ropa, observar dónde se ha fabricado y con qué materiales.
¿Qué diseñadores te inspiran y cuáles son tus prendas estrella?
Tengo muchas referencias de origen japonés y nórdico, como Issey Miyake o Jil Sander. Y nuestro best seller es el cinturón fajín Corset Belt, que se agotó enseguida y tuvimos que reponer más unidades. Y las camisas oversize que además me encantan.
Aún eres "pequeña" pero, ¿cómo visualizas el futuro de Leneim?
Desde nuestros inicios hemos tenido un crecimiento orgánico. Movernos a un ritmo paulatino nos permite ser coherentes y mantener nuestros valores, esto implica una expansión sostenible y controlada. Vendo a través de nuestra tienda online y me he focalizado en España, pero me estoy internacionalizando con el fin de consolidarme en Europa y Reino Unido.
Todo va tan deprisa que a veces resulta imposible ir despacio. Actualmente, tenemos el foco en la comunicación de marca, en lanzar nuevos diseños y en entrar en puntos de venta físicos. Es un reto cuando solo cuentas con tus propios recursos, pero por ahora estoy sola con la marca y quiero seguir así hasta ver hasta dónde puedo llegar. Estar en el lugar correcto en el momento adecuado influye, pero el esfuerzo y la perseverancia son cruciales. Hay que creer en uno mismo.
¿A qué dedicas tu tiempo entre costuras?
Hago senderismo y ciclismo, exactamente MTB. El deporte y la naturaleza me ayudan a reconectar. Me encanta pasar tiempo con los míos, la fotografía, descubrir un buen restaurante, ir al cine, ordenar o tomar un café con una conversación interesante. Hago mucho autoanálisis también. Conocerse y encontrar momentos para dedicarse a uno mismo es fundamental. Todo se vive muy deprisa. Más que nunca, es necesario parar.
Confiésanos algo que hagas "no sostenible" y que quieras enmendar.
Quiero conseguir comprar a granel para reducir el uso de envases. Quiero ser ecofriendly. Dame dos o tres consejos para empezar con buen pie. Mantente informada, realiza compras inteligentes y apuesta por marcas honestas.