
La periodista Mónica Pérez Sobrino debuta en el mundo literario.
Mónica Pérez Sobrino y su viaje literario sobre la adicción: "No sabemos el peligro que hay tras una receta médica"
Esta periodista publica su primer libro, 'Madame Nadie', una historia de amor tóxica que tiene la crisis de los opioides, como el fentanilo, como eje central.
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Tiene 31 años, casi 40.000 seguidores en Instagram, dirige su agencia de comunicación, tiene su propia firma de bolsos y acaba de publicar su primer libro. La carta de presentación de Mónica Pérez Sobrino resulta apabullante de por sí, pero ella no parece darle tanta importancia mientras remueve un café con leche en un tranquilo local de la capital. La encontramos con su portátil, ha llegado antes de lo previsto y, por lo que parece, no le gusta perder un segundo.
Nacida en Zaragoza, pero con parte de su corazón en San Sebastián, empezó a estudiar Derecho un poco por contentar a sus padres, pero solo duró un año y acabó cambiándose a periodismo. Escribir siempre fue su pasión desde pequeña. "Era una estudiante pésima, pero en clase me dedicaba a inventar historias en el papel", recuerda. Ya licenciada, ha trabajado para muchos medios generalistas y femeninos, además de seguir escribiendo para ella misma, en la soledad de su hogar.
Hace unos años empezó a brotar en su cabeza una historia y fue por una de esas casualidades que a veces pasan en la vida cuando conoció a la persona adecuada, en el momento perfecto. Eva Serrano, de la editorial Círculo de tiza, que tras escuchar su idea no lo dudó y la animó a plasmarla en la que se ha convertido en su novela debut, Madame Nadie.
Ese era el pseudónimo que usaba Marilyn Monroe cuando se alojaba de incógnito en los hoteles. Tras este guiño a la rubia más famosa del cine, se esconde un relato que mezcla amor y adicción a los opiáceos, un tema que, desgraciadamente, está de máxima actualidad debido a los estragos que causa el fentanilo en Estados Unidos.
Mónica, es tu primer libro y empiezas con una historia fuerte. ¿Por qué elegiste esta temática?
Tengo un caso muy cercano de una persona adicta a los opioides. Tuvo un accidente de moto que le hizo padecer dolor crónico neuropático y le recetan oxicodona. Empieza con una pastilla de cinco miligramos de rescate y al año eran 20 las que tomaba. La crisis de opiáceos que ha vivido y vive Estados Unidos tiene como centro este medicamento, llamado OxyContin.
Al vivir un caso tan de cerca, no podía entender cómo es posible que ocurra esto: a raíz de una prescripción médica, tu vida se va a la mierda. Conocí el caso hace unos años, cuando no se escuchaba tanto hablar del tema.
Es lo mismo que está pasando con el fentanilo. Fallecen alrededor de 200 personas al día.
En efecto, es un problemón. En 2017, Trump declaró la crisis de los opioides como un tema de emergencia nacional de Salud Pública. En 20 años han muerto 500.000 personas. Hay más fallecimientos por el consumo de estas sustancias que por accidentes de tráfico. Es tremendo.
Con todo este panorama y el caso que tenía cerca, empecé a investigar sobre el tema para saber cómo era posible que estuviera sucediendo esto, que estos medicamentos estén en el mercado. Luego descubres de que la FDA aprobó el OxyConti después de siete revisiones y, curiosamente, la persona que le dio el visto bueno luego fue fichada por la farmacéutica que está detrás. Te das cuenta de que hay gente untadísima, muchos intereses…
Así que el tema te venía rondando por la cabeza años…
Sí, lo tenía muy masticado, tanto lo que estaba pasando en Estados Unidos como aquí en España, donde también empezaba a ver casos. Así que lo tenía muy claro, no podía escribir de otra cosa. Ha sido como un parto, porque he estado nueve meses encerrada escribiéndolo. En el libro se refleja cómo la adicción a este tipo de medicamentos, lo arrasa todo y provoca la destrucción de una persona y de todo lo que le rodea.
Vamos a hacer un poquito de 'spoiler' de 'Madame Nadie', porque mezclas toda esta problemática de los opiáceos con una historia de amor tóxica.
No solo de los opioides, también de otras sustancias 'legales' como las benzodiacepinas. En el consumo abusivo de estupefacientes, muchas veces vemos un medicamento parapetado tras una receta y no le tenemos miedo y en realidad el peligro está ahí.
Para hablar de la adicción y alertar sobre el tema me parecía atractivo enfocar la idea desde una historia de amor. Todos hemos tenido una relación sentimental más o menos complicada, hemos estado en el lado del que traiciona o el traicionado, del que es infiel o el que recibe esa deslealtad… Pensé que era muy fácil llegar al lector, que le gustara y que le despertara curiosidad.
¿Qué mensaje te gustaría que recibieran los lectores al leer esta historia?
Hay dos partes. En cuanto a la adicción, ya sea al fentanilo, la oxicodona, el alcohol o la cocaína, alertar que puede acabar con todo lo que tienes. Y por lo que a las relaciones humanas se refiere, que muchas veces no hay inocentes ni culpables. Cuando lees la contra del libro puedes pensar que es la típica historia de un hijo de puta y de una tía que intenta salvarlo y ayudarlo.
Pero luego hay mucho trasfondo detrás. La conclusión es que no hay buenos y malos, sino que muchas veces hacemos lo que podemos con lo que tenemos. Hay mentiras que salvan vidas y verdades que las destrozan, todo depende del momento.
En el tema de las adicciones que siempre está de actualidad, ¿tenemos miedo a vivir, a sufrir?
La mayoría de los casos de la gente que consume y abusa lo hace como una anestesia. A veces tonteas con el alcohol y las drogas, y no te das cuenta de que el abismo está mucho más cerca de lo que piensas. Es el camino rápido para huir de algo que no te gusta en tu vida o de ti mismo, en vez de sentarte y arreglar las cosas. Tampoco digo que esto último sea fácil.
Eres escritora novel. ¿Quién fue la primera persona a la que le diste a leer el libro?
A mi pareja, que también es escritor, porque vio cómo nacía este libro desde cero. Él me dio la confianza que yo entonces no tenía. Recuerdo que me dijo: "Esto es muy bestia". Los comentarios que me llegan a través de las redes sociales es que este es un libro que te revuelve.

La escritora también es una apasionada de la moda. Cedida
¿Cómo se enfrenta una debutante al papel en blanco?
Hay gente que es muy metódica, muy organizada, pero yo no, soy un caos a la hora de escribir. Tenía más o menos el hilo conductor de la historia construida en mi mente y luego las cosas van saliendo solas. En cuanto empiezas a crear personajes y situaciones, llega un momento que la historia coge su propio ritmo, su propia música y funciona sola.
También se construye a base de leer mucho, de salir a la calle, de mezclarte con gente, estar en la barra de un bar y escuchar para contar cosas que viven otros, para empaparte de todo lo que tienes alrededor. Para mí eso es esencial a la hora de escribir, no podría hacerlo encerrada en casa con las persianas bajadas.
¿Qué has puesto de ti en el libro?
Algo siempre se cuela, dejas pequeñas huellas. No sabría decir exactamente qué, pero algo de ti siempre se escapa.
Publicar un libro no es fácil, pero ahora hay plataformas como Amazon que te permiten autopublicar gratis. ¿Te lo planteaste?
A mí esta posibilidad me parece fenomenal, porque para un escritor novel es muy difícil publicar en España. Yo lo pensé muchas veces, lo que pasa es que luego no tenía la constancia suficiente, me faltaba fuerza de voluntad para estar escribiendo una historia yo sola y luego publicarla. Cuando hay una editorial detrás, tienes una fecha de entrega, no te queda otra que sentarte a escribir, pegarte a la silla y ponerte a teclear.
Pero, claro, si cualquiera puede sacar un libro… ¿No se desvirtúa un poco?
Hay un poco de intrusismo, es cierto, pero también se dan casos preciosos. Rafa Tarradas publicó 'El heredero' autoeditado en Amazon y a las seis semanas recibió una llamada de Planeta. Tener la oportunidad de salir a luz, que te lean y que puedan pasar cosas como esta es como 'wow'.
Es sí, hay cosas que me parecen más peligrosas en esto de autoeditar libros como la gente que publica otro tipo de historias que tienen que ver con la salud mental y física.
Mónica, aparte de la literatura, la moda, es otra de tus pasiones…
Sí, desde pequeña me encantaba, con 13 años abría el armario de mi madre y me hacía mis propios looks con la ropa que encontraba. Profesionalmente, he colaborado con muchos medios de moda, para mí es una forma de expresión, aunque creo que el sector ha cambiado mucho. Se está perdiendo toda esa artesanía que había antes en las prendas, la forma en la que se hacían los patrones…
Luego, durante la pandemia, creé mi propia firma de bolsos, pero ahora no estoy tan focalizada en ella, sino que estoy más centrada en mi agencia de comunicación, que monté hace dos años, y en la literatura.
Y también eres activa en redes, ¿te consideras influencer?
No, ser influencer es un trabajo muy bestia. Por mucho que haya quien lo critique, hay un curro increíble detrás. Y además se encuentran sometidos a una gran exposición que requiere estar muy bien psicológicamente para afrontarlo; es muy sacrificado. Para mí las redes son una extensión más de mi trabajo, muestro en ellas lo que hago.
¿Estás pensando ya en el siguiente libro?
Sí, ya estoy en ello. La idea era parar un poco después de 'Madame Nadie', pero es que para mí escribir resulta muy catártico. Es la terapia perfecta porque a veces no nos entendemos ni a nosotros mismos.
A mí me ayuda a tomar perspectiva de muchas cosas, porque creo que vuelcas en lo que escribes problemas tuyos, cosas de ti... Escribo por necesidad y tengo una historia de amor ahí latiendo. ¡Todavía no me creo que hace un año estuviera en casa escribiendo tranquilamente y ahora tengo un libro publicado y otro en camino!