El pasado sábado 7 de octubre, además de la jura de bandera de Leonor, hubo otro acontecimiento real fuera de nuestras fronteras. Se trata de la boda de María Francisca, hija de los duques de Braganza, que se celebró en la basílica del Palacio Nacional de Mafra, el monumento más importante del barroco portugués y patrimonio mundial por la Unesco.

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La novia contraía matrimonio con el abogado Duarte de Sousa Araújo Martins en el primer enlace de la Casa Real de Portugal en 28 años. La monarquía se abolió en el país luso en el año 1910 con la instauración de República, así que se trata de una casa sin trono.

La boda se retransmitió por la televisión portuguesa y contó con más de 1.000 invitados, entre los que se encontraban personalidades políticas y alguna representación menor de la realeza. Gracias a una publicación en redes de Rebecca Victoria Romanova, esposa del gran duque de Rusia Jorge Romanov, se ha desvelado que hubo presencial española en el gran día.

Se trata de Miriam de Ungría, aristócrata madrileña hija de Carmen López Oleaga, marquesa de Montefalcón, y Bernardo de Ungría, que estuvo casada con el príncipe Kardam de Bulgaria, fallecido en el año 2015, con quien tuvo dos hijos. Actualmente, es princesa de Jordania, tras unirse en segundas nupcias al príncipe Ghazi bin Muhammad de Jordania, primo del rey Abdalá II, en septiembre de 2022.

Ella fue una de las invitadas a la boda portuguesa y fue acompañada de su hijo mayor, Boris, de 25 años. En la imagen compartida en redes sociales se la puede ver en la basílica, sentada al lado de los grandes duques de Rusia, luciendo un elegante vestido blanco con flores negras. Aunque su residencia actual está en Jordania, tras cerrar definitivamente su casa de Londres donde ha vivido muchos años, Miriam ha pasado recientemente por España para asistir al estreno de un documental y luego viajó hasta Mafra (Portugal) para ser testigo de este "sí, quiero" y disfrutar de la fiesta posterior.

La casa del duque y la duquesa de Braganza en São Pedro de Sintra fue el escenario elegido para el banquete. María Francisca, como suele ser habitual, se cambió de vestido para el evento. En el enlace había lucido un diseño de Luzia do Nascimento con cierto parecido al Pertegaz de la reina Letizia en su boda con el entonces príncipe Felipe, debido a su cuello alzado y su escote en uve. El segundo modelo, de la misma creadora, era sencillo y muy del estilo del que llevó Meghan Markle en su día para la recepción de Frogmore House tras su enlace.

Era de cuello halter decorado con pedrería y cristales y falda con vuelo y la recién casada lo combinó con unos zapatos blancos con tira cruzada en el empeine. Prescindió ya de la tiara que había lucido en la iglesia, realizada en 800 diamantes y que había pertenecido a Amélie, la última reina de Portugal. La duquesa de Coimbra se había deshecho también del recogido nupcial y llevaba la melena suelta, con dos mechones sujetos en la porte posterior con un magnífico pasador de esmeraldas.

María Francisca y Duarte, felices, se fotografiaban enseñando sus alianzas matrimoniales y mostrando la preciosa decoración del lugar con centros de mesas florales en blanco, vajilla en azul y blanco y manteles estampados.