Las joyas de las Casas Reales europeas esconden una buena parte de la historia de la monarquía. Siempre generan mucho interés porque permite conocer algunos de los detalles sociales y políticos de la época. Encargos especiales, regalos de maridos, de dictadores, de prestigiosas joyerías, de importantes empresarios... El origen de las tiaras, los pendientes, pulseras y collares de las reinas, que suelen pasar de generación en generación, tienen un origen diverso. Incluso hay algunas muy viajeras que acaban siendo vendidas o desaparecen misteriosamente para luego volver a aparecer.
Es precisamente lo que ha sucedido con un lujoso parure que perteneció a la fallecida reina Fabiola de Bélgica, desaparecido durante años, del que se vuelven a tener noticias. Según informa el joyero Pablo Millstein en su perfil de Instagram, se encuentran a la venta por 85.000 dólares, unos 78.000 euros.
El conjunto en cuestión fue realizado por la casa Chaumet y data del silgo XIX. Está formado por un collar, pendientes y un anillo de la colección Pierres d'Or, inspirado en los escudos de armas presentes en las fachadas de los edificios parisinos. Fue un regalo del rey Hassan de Marruecos, padre del actual soberano, antes de que Fabiola se convirtiera en reina de los belgas tras casarse con Balduino.
Se desconoce cómo este parure ha llegado aquí y por qué no forma parte del lote de joyas que pasaron a manos de sus herederos. Existen varias teorías, que fueran a parar a manos de alguno de sus sobrinos y que hubieran sido donadas a la Iglesia por Fabiola, una mujer muy creyente que hizo importantes donaciones. Sea como fuere, ahora algún coleccionista de joyas reales con posibilidades económicas podrá hacerse con ellas.
No han sido las únicas piezas subastadas, el pasado mes de marzo la cada Sotheby’s vendía un imponente collar de la fallecida reina consorte de los belgas por 630.000 euros. Formado por grandes perlas, diamantes y zafiros, se intentó mantener el anonimato sobre su procedencia pero acabó saliendo a la luz que había pertenecido a la esposa de Balduino.
A diferencia de estas joyas, hay otras que sí se han quedado dentro de la Casa Real y que han lucido tanto Matilde de Bélgica como su primogénita, Elisabeth. Una de ellas es la tiara Wolfers, que recibió como regalo de bodas y que veíamos recientemente descansando en la cabeza de la heredera al trono, que la lució junto a su vestido de gala en el 18 cumpleaños de Christian de Dinamarca.