Parece que el año que acaba de comenzar va a ser como terminó el 2023 para la Princesa de Asturias. Es decir, una época repleta de primeras veces. Todo comenzó el pasado mes de agosto cuando Leonor comenzó su carrera como militar pensando siempre en su futuro como jefa suprema de las Fuerzas Armadas españolas, luego llegó la jura de bandera, su participación en la Fiesta Nacional, su mayoría de edad y la jura de la Constitución o su asistencia a la Pascua Militar. El caso es que la hija mayor de Felipe VI y Letizia está viviendo en los últimos meses muchos estrenos.
Pero, aunque todos esos debuts de Leonor han sido importantes para la institución, el país y, sobre todo para ella, todavía nos falta verla por primera vez luciendo una tiara y un vestido largo. Es decir, verla vestida de princesa en una gala de noche. Pero esa cita resulta que también está más cerca de lo que pensábamos.
La primera imagen de gala de la futura reina de España tendrá lugar en el Palacio Real de Madrid cuando acompañe a sus padres al banquete que tendrá lugar en honor a la visita que van a realizar a nuestro país Carlos III de Inglaterra y su esposa, la reina Camila.
Está previsto que el monarca británico realice un viaje de Estado a Madrid a principios del mes de febrero, por lo que en menos de tres semanas podremos ver el último gran estreno de Leonor. La Princesa de Asturias no tendrá que esperar a casarse, como le ocurrió a su madre, para poder usar las tiaras que tienen a su disposición de las mujeres de la Familia Real española. Al igual que hicieron sus tías, las infantas Elena y Cristina, puede disponer desde su mayoría de edad de cualquiera de las piezas de la colección.
La primogénita de los Reyes es la primera infanta nacida en una monarquía reinante desde 1914 y está llamada a ser la cuarta reina reinante (y no consorte) de la historia de España tras Isabel la Católica, Juana I e Isabel II. Así que tiene derecho, siempre con el permiso de su madre, a tener acceso a las joyas de la colección real y por tanto a las tiaras, excepto una, la de Flor de Lis, peteneciente al lote de pasar y de uso exclusivo de las reinas. Una de ellas será la elegida en su primer encuentro público (no sabemos si en privado se conocen) con la cabeza de la monarquía con más historia del mundo, la británica.
Conociendo su estilo, nos parecería lógico que Leonor se decantará por alguna de las diademas con los diseños más sencillos. De las ocho de la casa -dos de ellas, la Prusiana y la Niarchos, personales de doña Sofía-, creemos que la ideal podría ser la Prusiana por su simbología, ya que es la primera tiara que se puso Letizia a raíz de su entrada en la Familia real y con ella se casó en la catedral de La Almudena. Es la joya que coronaba las cabezas de sus tías las infantas Elena y Cristina, cuando debutaron.
Con los años, la cede a su hija Federica, madre de la reina Sofía, que la luce en su pedida de mano con el futuro rey de los griegos, Pablo. De la bisabuela de Leonor Borbón Ortiz pasó a su primogénita, Sofía. A la joven princesa griega le encantaba y la usó muchísimo, tanto que, con motivo de su boda con el entonces príncipe Juan Carlos, se la acaba regalando y es la que engalana su cabeza el día de su enlace.
La Prusiana es la tiara más viajada del joyero real. Ha lucido en dos cortes alemanas, en la griega y con la abuela de Leonor llega a España para uso de reinas, infantas y ahora de la Princesa de Asturias. Dese que recaló en Zarzuela, Letizia la ha llevado en más de 30 ocasiones, Sin embargo, desde que subió al trono en 2014, ha dejado de elegirla para las cenas de gala, prefiriendo la de la Flor de Lis o la Rusa. ¿Puede que hayan decidido reservar la Prusiana hasta que Leonor haga su debut en la cena de gala del Palacio Real ante Carlos III y Camila?