El miércoles 17 de enero fue un día convulso para los británicos: dos malas noticias en solo unas horas y consecuencias en la futura agenda real de los Windsor. El Palacio de Kensington informaba alrededor del mediodía que la Princesa de Gales había sido sometida a una cirugía abdominal "planeada" y que estaría varios meses de baja. Poco después llegaba otro comunicado de Buckingham anunciando que Carlos III pasaría por quirófano la semana que viene por un problema de próstata.
A esto se une la decisión de Guillermo de Inglaterra de aparcar sus actos oficiales para estar al lado de su esposa, lo que no ha hecho más que aumentar la preocupación sobre el estado de salud de Kate Middleton. Aunque los datos médicos son privados, la oficina de la futura reina del país ha confirmado que no se trata de cáncer para no alimentar los rumores que ya empezaban a circular.
Lo cierto es que una hospitalización de más de diez días y una baja de tres meses, que pasará acompañada de su marido y sus hijos, evidencia que la intervención ha sido delicada e importante. Por suerte, todo ha salido bien, tal y como se ha confirmado. Habrá que esperar nuevas noticias que, según dicen desde Kensington, solo se darán si hay cambios significativos en el estado de la Princesa. De momento, sigue ingresada en el centro privado más grande de Inglaterra, The London Clinic.
Por allí han pasado muchos miembros de la casa real y fue inaugurado en 2010 por Isabel II. Cuenta con todos los avances médicos y distintas especialidades, como un departamento oncológico o un centro especializado en cirugía robótica.
Ahora se abre una gran incógnita: ¿quién sustituirá a Kate Middleton en sus actos oficiales? Hay que recordar que ella tiene una intensa agenda, con varias apariciones públicas cada semana, sola o en compañía de su esposo. Él tampoco se hará cargo de estos compromisos y el Rey también estará fuera de combate durante unos días mientras se recupera de su operación. No se puede contar con el príncipe Andrés, que fue despojado de sus deberes tras el escándalo Epstein, y tampoco en Harry y Meghan.
En este panorama, las dos mujeres que se encargarán de muchos de las citas institucionales venideras serán la princesa Ana de Inglaterra y la duquesa de Edimburgo. Ambas son muy valoradas por la opinión pública y estarán entregadas al 100% a esta tarea, al igual que el príncipe Eduardo.
La hermana del Rey, de hecho, es el miembro de la Casa Real que más trabaja, por encima de los Príncipes de Gales y los propios monarcas. Acaba de regresar de un viaje oficial a Sri Lanka, donde tuvo la oportunidad de visitar la sede de la organización Save The Children y conocer de cerca sus futuros proyectos. En cuanto a Sophie de Edimburgo, siempre fue la preferida de Isabel II y también tiene su propia agenda de actividades centrada sobre todo en temas sociales y humanitarios.
Ambas serán en los próximos meses las perfectas sustitutas para Kate hasta que ella se recupere del todo. También la reina Camila, excepto seguramente durante la convalecencia de Carlos III. Nunca antes se habían conocido problemas médicos de la Princesa, salvo durante sus tres embarazos ya que tuvo que ser hospitalizada en varias ocasiones debido a sus fuertes náuseas. Descartado que se trate de una enfermedad grave, hasta después de Semana Santa se dedicará a restablecerse y a descansar rodeada de los suyos.