No podían faltar. Si la Familia Real británica ofrece una misa en memoria de Constantino de Grecia, los Reyes, aunque es probable que este viaje no estuviera entre sus mayores deseos, tenían que estar presentes.
El hermano menor de la reina Sofía falleció el 10 de enero del año pasado en una clínica en la capital griega. El último rey de los griegos, tío de Felipe VI, vivió parte de su ajetreada vida en Londres y la reina Isabel II fue una de sus mayores protectoras durante los duros momentos del exilio. La relación entre los Windsor y los helenos fue estrecha y cercana y por eso han decidido celebrar en Inglaterra una misa en su recuerdo.
La cita era a las once de mañana de este 27 de febrero, una hora menos que en España, en la capilla de San Jorge del recinto del Castillo de Windsor. El protocolo no habla de riguroso luto, ya que no es un funeral, así que Letizia ha optado por un primo hermano del negro, el azul marino. Nada de estreno, todo repetido, pero elegante, sencillo y regio.
Se puede hablar de un look sencillo que ya le hemos visto en varias ocasiones. La última fue en la entrega del Premio Cervantes de literatura en abril del año pasado en Alcalá de Henares. Se trata de un vestido firmado por Pedro del Hierro hecho a medida de manga larga y ligeramente abullonada, cuello cerrado y un cinturón. Ajustado a la cintura, es el patrón perfecto para el cuerpo de la Reina y por eso a ella le gusta.
La capa que tapaba el vestido y que protegía a Letizia del frío londinense llevaba la etiqueta de Carolina Herrera. Tiene un corte oversize, con aberturas en los laterales para poder sacar los brazos. Es de corte asimétrico y lleva en el cuello una pieza de pelo sintético para dar calorcito. Se trata de una de las prendas de abrigo favoritas de la Reina, la usa en muchas ocasiones y tiene varios modelos de este tipo.
Parece que la bajada de los supertacones de Letizia es definitiva y hoy, para caminar por Londres, ha vuelto a elegir los kitten heels que estrenó hace unos días en el almuerzo en honor al presidente de Guatemala en el Palacio Real de Madrid. Fabricados en piel azul, del mismo tono que el vestido, son de la casa Magrit, made in Spain 100%.
El que es un viejo conocido ha sido el clutch que ha elegido. Se trata de un bolso de mano que lleva muchos años en su armario de Zarzuela, casi desde que llegó ella misma, y que le hizo Felipe Varela para los muchos estilismos de fiesta en azul marino que llevó por aquella época dorada para la marca dentro de la Casa.
En cuanto a las joyas, Letizia ha apostado sobre seguro sacando las perlas australianas. Son una preciosidad que puede tener varias versiones. Según lo que te apetezca lucir pueden ser más largos o cortos, quitando y poniendo piezas. Son una pieza muy especial que le hemos visto en ocasiones muy importantes, como el cumpleaños de la reina Margarita de Dinamarca o los bautizos de sus dos hijas. Sabe que con ellos nunca va mal.
Mañana miércoles 28 de febrero volveremos a ver la Reina en un almuerzo en el Palacio Real, en una semana que iba a ser tranquila y que al final, ha sido más ajetreada de lo esperado.