Estos días, Colombia tiene una invitada muy especial: Máxima de Holanda se encuentra allí en un viaje oficial que está dejando muchas imágenes para el recuerdo. La más curiosa es, sin duda, escucharla hablar español y confirmar que, aunque lleva más de dos décadas viviendo en La Haya, no ha perdido el acento argentino de su tierra natal. Simpática y natural, como de costumbre, la esposa del rey Guillermo está conquistando a todo el mundo en cada una de sus apariciones.
La Reina aterrizaba en Medellín el domingo 25 de febrero por la tarde y comenzaba sus reuniones de trabajo. Está allí como asesora especial del secretario general de las Naciones Unidas sobre Inclusión Financiera para el Desarrollo para supervisar los avances. Es un viaje de cooperación, como los que realiza Letizia cada año.
Otro tema en común que tienen ambas consortes y que podrán compartir en persona el próximo mes de abril cuando Felipe VI y su esposa visiten Holanda el día 17 y 18, lo que dejará una nueva imagen con tiara en el consabido banquete de gala. Antes de que llegue ese momento, Máxima cumple con sus deberes reales dando una nueva lección de estilo, aunque este vez mucho menos regio y más casual.
El primer día de su visita, lució unos pantalones culotte negros, con blazer a tono y un top también del mismo color. Esta vez, nada de tacones, se decantó por unas bailarinas bicolor destalonadas de Paul Warmer para poder caminar con comodidad. Lo que más llamó la atención de su estilismo fue el bolso artesanal tipo bandolera que llevaba colgado del hombro. Estaba tejido a mano por indígenas wayuu de la Guajira colombiana y servía de homenaje a sus anfitriones. Es de Silvia Tcherassi y lo recibió como regalo en su anterior visita al país sudamericano en 2013.
Para su segundo día de trabajo, Máxima siguió apostando por el confort y los looks casual. Recuperó una falda estampada de su firma de cabecera, Natan, de talle alto y largo midi con un vistoso cinturón incorporado y una pequeña abertura en un lateral. La tiene hace un tiempo y su precio es de 395 euros. La combinó con un sencillo top blanco básico sin mangas, metido por dentro.
De nuevo, su calzado fue la estrella del oufit. La Reina vuelve a poner en el foco uno de los diseños indispensables para toda amante de la moda que se precie cuando llega el verano. Se trata de las sandalias Orán de la casa francesa Hermès, uno de los clásicos que siempre triunfa. Las suyas son nuevas, en negro, y pueden adquirirse en la web por 595 euros. Máxima se suma así al grupo Vip de fans de este diseño entre las que se encuentran muchas modelos e influencers, desde Olivia Palermo a Rosie Huntington.
Esta vez se había dejado el pelo suelto y llevaba gafas de sol y unos pendientes dorados. Han sido muchas las anécdotas que se están sucediendo en este viaje de Estado. Durante una reunión en una empresa textil, la Reina recibió un montón de regalos, entre ellos una canasta para su perrito Mambo, que ella agradeció encantada. Además, mantuvo una agradable charla con los dueños, una pareja que recibió varios préstamos de Naciones Unidas que les ayudó a transformar su pequeño taller en un centro dinámico de empleo y actividad económica local. "Ahora al frente de un equipo de ocho miembros, el éxito de Alexander y Diana Cristina en el vibrante mercado de El Hueco ejemplifica el poder transformador de la comunidad, la cooperación y las finanzas inclusivas", explican desde la organización.
Cuando finalice su viaje, Máxima tiene muchos retos por delante en los próximos meses. Primero recibir en su país de adopción a los Reyes de España, luego celebrar el tradicional Día del Rey, una gran fiesta que coincide con el cumpleaños de su marido, el 27 de abril. Y también enfrentar el estreno de la serie que narra su vida en seis episodios en los que no se obvian pasajes incómodos como el hecho de que su padre sea un político de la dictadura de Videla.