La Casa Real Británica no para de sorprendernos y darnos temas de conversación. Después del controvertido vídeo, sale a la luz el supuesto intento de 'hackeo' del historial médico de la Princesa de Gales.

The London Clinic, el hospital privado donde Kate Middleton se operó del abdomen a principios de año, ha abierto una investigación interna para destapar la identidad de la persona del equipo que haya intentado acceder a este tipo de documentos. Un duro golpe para el centro clínico londinense dada su famosa reputación, no solo con la Casa Real, sino que también con otras figuras importantes como políticos y celebridades del país.

Los cargos más importantes del hospital se pusieron en contacto con la Familia Real inglesa justo después de que el problema se descubriera, asegurando que se investigaría lo ocurrido. "Se trata de una grave violación de la seguridad y un daño a la reputación del hospital" declararon fuentes del centro médico a un medio de comunicación británico.

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Consecuencias legales

Una situación así pasa la línea de lo legal y llama a la puerta de los delitos penales. Acceder a la información privada de un paciente, en este caso, sin su consentimiento, es violar el derecho a la privacidad de la persona.

Además, en paralelo a la investigación de quién o quienes han sido los culpables del drama médico con la Princesa de Gales, las fuentes propias de The London Clinic han afirmado a medios británicos que "están muy afectados por el hecho de que un colega de confianza pueda ser el responsable de semejante ruptura con la ética médica".

Culpable, señoría

Este incidente no solo pone de manifiesto las vulnerabilidades en los sistemas de seguridad de la información de instituciones tan críticas como los hospitales, sino que también resalta la insaciable curiosidad y a veces el desprecio por la privacidad personal por parte de ciertos sectores.

La familia real, a través de sus representantes, ha manifestado que este incidente "se trata de un asunto interno del hospital", lo que sugiere una intención de manejar la situación de manera discreta e interna, sin recurrir a un espectáculo mediático. Esta declaración subraya el deseo de la familia real de proteger su privacidad y la de sus miembros a toda costa, incluso en situaciones extremadamente vulnerables como la exposición de información médica personal.

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Las autoridades han advertido al personal de la clínica de Londres sobre posibles acciones legales, incluidas sanciones y procesos judiciales, en caso de que se compruebe su acceso no autorizado a la información médica de la Princesa de Gales. Maria Caulfield, la Ministra de Salud, expresó a Sky News la "gravedad de ingresar sin autorización a los archivos médicos."

Caulfield comentó que el comisionado de información (de vigilancia de la privacidad y los datos)  "tomaría medidas" no solo contra instituciones, sino también contra "profesionales de la salud a nivel individual y sus respectivos organismos reguladores."

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La ministra británica estacó lo "decepcionante que sería" si se confirmase el acceso no autorizado, pero aseguró al público la existencia de normativas estrictas que limitan el acceso a los archivos de los pacientes exclusivamente a aquellos profesionales encargados de su cuidado y con su consentimiento.

El caso es que la Casa Windsor vuelve a estar en el ojo mediático con la actual Princesa de Gales décadas después de Lady Di. Tiene pinta de que los guionistas de la serie The Royals no van a tener vacaciones hasta próximo aviso.