Abril está repleto de viajes en las monarquías europeas. Este martes 16 por la tarde los Reyes de España llegan a Holanda en viaje oficial, mientras que los Grandes Duques de Luxemburgo ya se encuentran en Bélgica para su visita de Estado, donde han sido recibidos por Felipe y su esposa. En el primer encuentro entre María Teresa de Luxemburgo y Matilde ha quedado claro no solo la sintonía entre ambas, también sus diferentes estilos, tan elegantes como personales.
Para el recibimiento oficial de los visitantes, la Reina se ha decantado por el rosa, de pies a cabeza. Mostrando una de sus propuestas más lady, ha elegido un vestido-abrigo tipo años 50 con cinturón incorporado. Lo firmada Dior.
Aunque Matilde suele apostar por la casa belga Natan para muchos de sus actos institucionales, en esta ocasión ha elegido esta creación de la maison francesa, que es una de sus preferidas para las grandes ocasiones.
Matilde, de rosa, y su invitada, más discreta, en la ceremonia de recepción.
Todo iba a juego, el tocado, muy discreto, los salones de tacón alto, el bolso y unos guantes de piel para proteger sus manos del frío. Las joyas han tenido un papel importante: un collar de varias vueltas de perlas y unos pendientes a juego. Elegancia en estado puro.
La llegada ha sido un poco accidentada, porque estaba lloviendo y la Reina ha tenido que protegerse con un paraguas. Era totalmente transparente, así que el estilismo se veía a la perfección. Se da la circunstancia de que los Grandes Duques de Luxemburgo aterrizan en Bruselas el día en que la princesa Eléonore, hija menor de los monarcas belgas, cumple 16 años. Curiosamente, Enrique de Luxemburgo también celebraba su 69 aniversario.
Si Matilde ha deslumbrado con su total look rosa, María Teresa ha preferido los colores más oscuros. Lucía un vestido de corte minimal en azul marino de largo midi y escote uve que ha realzado con un llamativo abrigo de estampado étnico. Sin tocado, aunque este suele ser un accesorio típico en este tipo de eventos, llevaba complementos metalizados en plata.
Se han saludado con dos besos, muy sonrientes, y tras el posado de rigor han visitado el Parlamento donde los Grandes Duques han firmado en el libro de honor.