En todo viaje de Estado es la cita más importante, la que sirve para admirar todo el boato de la realeza, para hacernos soñar con cuentos de princesas. Y así ha sido: Máxima de Holanda y la princesa Amalia han sacado del armario sus vestidos de gala y las joyas más imponentes de la Casa Real para agasajar con un banquete a Letizia y Felipe VI. La Reina es una veterana, pero su hija debuta en un evento de este tipo, lo que confirma el relevante papel institucional que está adquiriendo.
El azul ha sido el color imperante en la foto de familia: todas han elegido esta tonalidad aunque cada una en una intensidad. Máxima, en su versión empolvada, con un exquisito diseño que dejaba ver sutilmente sus hombros, con un broche en el centro realzando el escote ligeramente barco y falda de vuelo. Es de uno de sus diseñadores preferidos, Jan Taminiau. ¡Una elección soberbia!
Ha llamado especialmente la atención la tiara, una de las más importantes y vistosas que atesora el joyero de los Orange y que hacía tiempo que no se usaba. Se trata de la diadema de los Estuardo, coronada con un gran diamante, considerado el más grande del siglo XVII con un peso de 39,75 quilates.
No hay duda de que la consorte holandesa sabe cómo causar admiración en los grandes eventos y en esta ocasión la sobriedad de Letizia ha hecho que ella destaque aún más. La joya elegida para adornar su regia cabeza tiene historia y merece ser destacada. Fue fabricada en 1989 en Frankfurt por el afamado joyero Schürmann por encargo de la reina Enma de los Países Bajos; quería lucirla en la celebración de la mayoría de edad de su hija, Guillermina I.
Curiosamente, la reina Beatriz, madre de Guillermo, no llegó a lucirla nunca. En cambio, Máxima la sacó de este ostracismo en 2018 al llevarla en una visita oficial en Luxemburgo y luego en una cena de gala en Buckingham Palace. El gran diamante que preside la tiara siempre es protagonista.
El vestido, de estreno, ha sido una elección ideal para la cena de gala con el toque justo de sensualidad y elegancia. Es el segundo look visto hasta ahora en esta visita de Estado que continúa el jueves 18 con varios actos a dúo con la reina Letizia. Para la recepción de bienvenida, la consorte holandesa se había decantado por un conjunto rojo de Natan con salones altos de Gianvito Rossi.