Comienza la segunda jornada oficial del viaje de Estado de los Reyes a los Países Bajos. Felipe VI y Letizia dejan atrás la capital económica del país, Ámsterdam para comenzar el día en la política, La Haya. Esta urbe, en la que se mezclan los canales, los palacios de ladrillo rojos y las calles peatonales, es donde se encuentra la residencia oficial de los reyes Guillermo y Máxima, en el palacio de Huis ten Bosch y es el hogar del Tribunal Internacional de Justicia.
La noche de ayer miércoles 17 nos dejó la imagen de una reina sentada por culpa del dolor que le produce en su pie izquierdo la enfermedad que padece, el neuroma de Morton. Hay que decir que el empedrado de las calles holandesas es un infierno para los pies y más si calzas cualquier tipo de tacón. Las holandesas en pocas ocasiones llevan tacones y cuando lo hacen, tienen medida y calculado cada adoquín de su movedizo suelo.
La jornada ha comenzado con las parejas por separado, los Reyes por un lado y las Reinas por otro. Máxima y Letizia han visitado las instalaciones de la organización LAB6. Para después presidir y participar en un coloquio sobre la película Campeonex en la X edición del Festival de Cine Español. Allí tienen la oportunidad de charlar con el director Javier Fesser, director de la película y amigo personal de la esposa de Felipe.
Si en el banquete de gala los pies le jugaron una mala pasada y el rostro de la Reina durante reflejaba un poco ese dolor que debía estar padeciendo, parece que la noche y dormir bien ha hecho milagros y esta mañana del jueves 18 ha aparecido a su primera cita con energías renovadas y un look vitamina que lo demuestra.
La combinación de colores ácidos ha sido la clave del outfit elegido y no puede gustarnos más. Letizia se ha decidido por la tendencia color block, esa que el maestro YSL hizo que nunca pasara de moda y que le ha dado un poco de color al día gris que ha amanecido en Holanda. Sus dos tonalidades han sido el rosa en el abrigo y el naranja, tal vez queriendo hacer un guiño a la casa Orange-Nassau.
Se trata de un conjunto que ha combinado tirando de su armario, una nueva forma de vestir prendas que ya tenía con un gran resultado. Es el caso del abrigo en color rosa, llamativo donde como ninguno. La primera vez que le vimos esta pieza firmada por Carolina Herrera fue en el viaje de Estado que realizó en a Suecia en noviembre de 2021, y la segunda en Dinamarca un año después. Debe ser que esta prenda es perfecta para los países fríos del norte, además de que les da un toque de color a sus habituales cielos grises.
El vestido naranja, de la misma marca española de origen neoyorquino, fue también un estreno del viaje de Estado a Suecia. Aunque en aquella ocasión lo combinó con una capa marrón, sin duda este juego de colores ácidos nos gusta mucho más.
En el interior, durante el acto, Letizia se ha quitado el abrigo y hemos podido ver el diseño en todo su esplendor. Se trata de una prenda sencilla, de corte midi que tiene toda su gracia en las mangas, estilo japonesas. Una propuesta lady, elegante y chic, con la que se siente cómoda y favorecida.
Nos ha sorprendido verla subida de nuevo en unos tacones, aunque sean unos discretos de Magrit ideales en color fresa, que ya ha calzado en varias ocasiones. Hubiera sido supercomprensible que hubiera ido de plano, ya que aen la cena de gala no pudo quedarse de pie por culpa del dolor.
Lo único nuevo del look ha sido el bolso. Es de Olivia Mareque, el modelo Pantone, y aunque es la primera vez que se lo vemos en rosa, lo cierto es que lo tiene igual en negro y en color malva. Se trata de un diseño en piel sintética con detalles en cuerda. Una propuesta vitamina, perfecta para darle vida a un viaje que estaba siendo un poco soso.