"Tenemos una gran Reina", "es impecable", "tenía un magnetismo con la cámara que se ha visto pocas veces". Estas son algunas de las frases (piropos más bien) que le dedican a la Reina algunas de las personalidades que han participado el documental Felipe y Letizia: 20 años.
Este programa especial de El Rugido Producciones, la productora de EL ESPAÑOL, para Mediaset ahonda sobre la gran noticia que supuso la boda del entonces Príncipe de Asturias con una periodista: la primera plebeya que entraba en la Casa Real para convertirse en la futura consorte.
Es fácil imaginar que su llegada no fue un camino de rosas, pero Letizia en estas dos décadas ha conseguido no sólo calar hondo en el corazón de los españoles, también ha plasmado su sello personal en la Corona y ha renovado algunas de las cosas que ya estaban establecidas.
Dos décadas dan para mucho, el documental emitido por Telecinco ha recordado algunas anécdotas ya conocidas y ha revelado muchos detalles inéditos de su noviazgo, su boda, su adaptación a su papel oficial, su relación de pareja y su papel como madre.
Expertos cronistas reales y personalidades del mundo de la política y del periodismo como Pedro J. Ramírez, director de EL ESPAÑOL, han analizado la trayectoria de Letizia en estos 20 años. 21 en realidad porque este cuento de hadas comenzó en 2023 cuando saltó a la luz pública la noticia del noviazgo del entonces Príncipe de Asturias con Letizia Ortiz Rocasolano.
El "encierro" en Zarzuela de Letizia
"Ser reina es un lío y ella conoció la vida que le esperaba, de futuro, encerrada", dice José Apezarena, periodista y biógrafo del Reyen los primeros minutos de Felipe y Letizia: 20 años. También revela que cuando se anunció el compromiso, por seguridad, se buscó una casa para ella y se decició que fuera Zarzuela, donde vivió seis meses. "Este tiempo es muy importante porque tuvo que vivir encerrada, no podía salir a la calle, tenía que pedir permiso a seguridad. Más de una vez llamó a Felipe pidiéndole que la sacara, porque no aguantaba más. Y él la llevaba al cine, a la ópera... Luego no se asustó", añade.
Ángeles Blanco, compañera de la Reina, incide en esta idea. “Ya antes de la boda, Letizia dio un salto al vacío. Digamos que es secuestrada de la vida civil para formarse, y esa formación se la toma como si fuera un posgrado, un máster. Nieves Herrero, por su parte, da un detalle curioso: "Le pusieron un dosier de todas las casas reales del mundo para saber quién es quién, desde la persona que ceñía la corona hasta todos los herederos. Pero luego Letizia también tuvo que saber manejar el inglés".
La periodista Mabel Galaz añade que también tuvo que aprender protocolo y algo más importante: "Tuvo que aprender a callarse, que es lo que más le ha costado". Precisamente, su gusto por discutir las cosas le provocó más de un roce con Juan Carlos I.
"No voy a ser un florero"
Esta es la frase que Letizia le dijo a Nieves Herrero y que daba una clara pista de qué tipo de princesa y de consorte quería ser. "Le costó muchísimo adaptarse a una institución que desde fuera no entendernos", cuenta la periodista. Letizia venía de una familia normal, su abuelo era taxista, residían en una casa normal y corriente... Todo ello afectó mucho a los Ortiz Rocasolano que recibieron instrucciones férreas de Casa Real para no hablar, para no opinar. Lo han cumplido a la perfección.
Pese a las reticencias de algunos por ver a una periodista sin sangre real entrar en Zarzuela, ser plebeya ha sido precisamente su mejor virtud. "Me satisfizo mucho la noticia, porque el príncipe se casaba con una plebeya, una persona que conocía bien la realidad de la gente de España y que no se había educado en los salones de palacio. Anunciaba que iba a ser una gran solución para la monarquía parlamentaria en España", dice el periodista José Luis Cebrián.
Son muchas las cosas que Letizia Ortiz Rocasolano ha aportado a la institución. Sus dotes de comunicación han llevado sus discursos a otra dimensión y también ha trasformado a Felipe en su imagen pública, más cercano y espontáneo. "Hay un nuevo Felipe", dicen en el documental. Aún así, no ha sido fácil, porque la Constitución no prevé ningún papel específico para la reina consorte, más que ser la madre de los herederos y regente dado el caso. Mucho menos a una princesa, por lo que la protagonista del cuento sentía que no podía ser ella.
Letizia desde el inicio "iba pidiendo pista. Quería tener su propia agenda", dice Nieves Herrero. "No era un florero", añade Mabel Galaz. Lo que ocurre es que había cierto miedo a que su personalidad arrolladora y su buen hacer con la palabra eclipsara a Felipe. "No querían que brillara", dicen.
Aun así su carácter inquieto y curioso hacía que quisiera llevar a cabo más cosas de las que en un principio estaban previstas. Hoy día, la actividad institucional de la Reina es bastante intensa. "Ella no tuvo que hacer mucho esfuerzo, simplemente tuvo que encontrar su espacio, que durante mucho tiempo se le negó, porque a nadie le interesaba la voz y el cerebro de Letizia, les interesaba el vestido", comenta la periodista María Rey.
"Letizia con su buen hacer ha contribuido a la enorme popularidad de la goza la institución", confiesa Ribagorda. La labor de la Reina con las enfermedades raras y otras causas sociales es magnífica. "Tiene un don natural para conectar" y no se arruga ante nada: si tiene que rapear por la salud mental rapea y encima da el título de sus crónicas a los periodistas presentes.
Su papel fundamental como madre
Leonor y Sofía son la máxima prioridad de Letizia. Tal y como reflejan los expertos que han participado en Felipe y Letizia: 20 años, es una madre "estricta en la educación de sus hijas. Su labor ha sido fundamental, porque las ha enfrentado a dos mundos diferentes". "En Marivent o en sus salidas públicas, cuando eran muy pequeñas, sorprendía ver cómo pedían la aprobación de su madre para contestar, dice Mabel Galaz.
Los Reyes se han empeñado en protegerlas y es a partir de la adolescencia y de la mayoría de edad de la primogénita cuando mayor relevancia pública tienen. Siempre se ha creído que esto era un empeño de Letizia, pero es Felipe VI quien ha tomado esa decisión para que tengan una vida lo más normal posible.
"Las hermanas se adoran, trabajan como en equipo. Me da la sensación de que a Sofía se le ha explicado que tiene que apoyar a su hermana", comenta Galaz. "De la misma manera que Felipe y Letizia forman un estupendo equipo, Leonor y Sofía pueden formar un muy buen equipo y puede haber un espacio importante para la hermana pequeña, aunque quien esté destinada a reinar sea la mayor", concluye Pedro J. Ramírez.