Tras un primer intento fallido hace dos semanas, el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky se encuentra en España para realizar una visita relámpago. Los Reyes, que desde que comenzó la guerra con Rusia han mostrado de forma continua y contundente su apoyo al pueblo ucraniano, no han querido perder la oportunidad de mostrárselo en persona al mandatario.
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Así que Felipe VI y Letizia han ofrecido un almuerzo en su honor en el Palacio Real. El último acto de este tipo tuvo lugar el pasado mes de abril, con la recepción para celebrar el Premio Cervantes. Entonces, la Reina eligió un vestido en tonos pastel de color rosa, de manga larga y unos buenos tacones. Hoy no lleva tacones, ya que sigue con el dedo roto, pero tampoco ha echado mano de las deportivas que ha calzado en los últimos actos oficiales. Este 27 de mayo ha innovado.
Otro tema que ha tenido que solucionar es que el mandatario va vestido de guerra, es decir, no se pone traje y corbata desde que comenzó el conflicto bélico. Tenía que ser algo serio y riguroso, nada de fiesta, ya que Ucrania tiene poco que celebrar. Así que Letizia ha ido directa a la sobriedad de tonos oscuros, con un elegante traje de chaqueta.
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De corte oversize, lo ha combinado con un top lencero de encaje, que es la fórmula que usa últimamente. No le quita sobriedad, pero le da un toque juvenil. La blazer es una preciosidad, cruzada y con botones vestidos a juego con la tela. Es verdad que parece que le queda un poco grande, pero creemos que esa es su intención.
Si nos preguntamos cómo iba a solucionar el problema de su dedo roto y pensábamos que iba a volver a calzar las zapatillas blancas que lleva usando desde que tuvo el accidente, el caso es que nos hemos llevado una buenísima sorpresa, ya que lo ha resuelto de la manera que más nos puede gustar: con unas bailarinas de pulsea atada al tobillo.
Para darle importancia al encuentro ha decidido lucir los que podemos decir, sin miedo a equivocarnos, que son los pendientes favoritos de la Reina para este tipo de situaciones: los botones de diamantes con perlas australianas. Fue un regalo de los Reyes eméritos siendo Princesa de Asturias y desde entonces se los ha puesto en infinidad de ocasiones. Por supuesto, no faltaba el anillo de Coreterno.
Mañana martes 28 de mayo a las siete de la tarde volveremos a ver a la Reina en la final del concurso de monólogos de comedia sobre la ciencia, un acto al que es fiel desde hace muchos años.