Entre las casas imperiales asiáticas, la de Japón es la más antigua. Un sistema liderado por hombres, donde las mujeres no pueden acceder al trono. Eso no quiere decir que emperatrices y princesas no tengan ningún deber institucional, porque sí lo tienen.
Un ejemplo es el de la princesa Kako de Japón, sobrina de Naruhito, que ha realizado una visita oficial a Grecia en el marco del 'Año de la Cultura y el Turismo entre Japón y Grecia' con el fin de celebrar los 125 años de relaciones diplomáticas entre ambos países. Allí, ha enamorado combinando tradición y modernidad, dejando claro que es un valor en alza para la Familia Real.
En el país heleno se ha reunido con personalidades de la cultura y la política, además de recorrer los monumentos más emblemáticos de Atenas, como el Partenón, y viajar hasta las islas de las islas Corfú y Salamina en el mar Jónico. Pero ¿qué sabemos de Kako de Japón? Es una de las princesas imperiales más desconocidas, aunque hace un papel clave de representación promocionando la artesanía tradicional y dándole voz a causas sociales como la integración de las personas sordas o los derechos de las japonesas.
La joven, de 29 años, es la segunda hija del príncipe heredero Akishino, hermano de Naruhito, y la princesa Kiko. Su importante papel en la casa imperial viene determinado por la renuncia de su hermana mayor, Mako, a sus títulos y derechos para casarse con un plebeyo, Kei Komuro, e instalarse posteriormente en Estados Unidos. Con la salida de la ya exprincesa, fue Kako la que adquirió mayor protagonismo. Así, ha viajado al extranjero en tres ocasiones de manera oficial.
Ella no parece estar dispuesta a seguir los pasos de su hermana y ni se le conoce novio y mucho menos parece estar entre sus planes casarse. Eso la relegaría totalmente, algo que no contempla por el momento.
Kako siempre deslumbra con su sonrisa y exquisita educación. Representa en cierto modo la modernidad de la casa imperial y también el compromiso. Estudió en la Universidad Cristiana de Tokio y seguidamente cursó psicología y artes escénicas en la Universidad de Leeds, Inglaterra. Pese a ello, decidió tomar el puesto que le correspondía por nacimiento y convertirse en 'servidora' de su país.
"No se trata de lo que quiero hacer, sino del cumplimiento de los compromisos públicos que se espera de mí. Tengo sueños, pero me los guardaré para mí", dijo en un comunicado. Su buen hacer como embajadora de Japón es innegable, no solo por sus dotes para la comunicación y las relaciones públicas, también por su cercanía y, por qué no decirlo, por su elegante estilo.
Acierta siempre, ya sea vistiendo el tradicional kimono como ha hecho durante la recepción con la presidenta de Grecia, o depurados looks que siguen las tendencias aunque sin salirse nunca del protocolo. Por todo ello, la han llegado a comparar con la mismísima Princesa de Gales y es conocida popularmente como la Kate Middleton japonesa.
Apasionada del patinaje sobre hielo, comparte con la royal británica su preocupación por la infancia. Trabaja codo con codo con la Federación Japonesa de Sordos, y participa regularmente en eventos relacionados con la Convención Nacional de Defensa de los Niños, con las Girl Scouts de Japón, la Actuación Nacional de Lenguaje de Señas Koshien en Escuelas Secundarias, además de apoyar iniciativas para personas con discapacidad o relacionadas con la ecología. Además, en junio de 2022 la princesa Kako fue nombrado presidenta de la Asociación de Artesanía de Japón.