Este 19 de agosto, la que está llamada a ser la reina de Noruega celebra su 51 cumpleaños, quizá el más triste y difícil de su vida debido a su situación familiar. Una nueva foto de Mette-Marit y un escueto mensaje publicado en las redes sociales de la Casa Real sirven de descafeinada celebración pública, ya que no hay mucho que celebrar.
"Hoy es el cumpleaños de la princesa Mette-Marit", es la única frase que se puede leer en su perfil de Instagram. La esposa de Haakon aparece con un impoluto jersey blanco, color que transmite paz y serenidad, maquillaje discreto, peinado impecable... y bastante retoque. Sin embargo, la procesión va por dentro.
La detención de su hijo mayor, Marius, de 27 años, fruto de una relación anterior a su matrimonio con el príncipe noruego, ha removido los cimientos de palacio y la ha colocado en una difícil posición. Desde que se conocieran los hechos, a principios de agosto, Mette-Marit solo se ha dejado ver en los JJOO de París y se ha mantenido en silencio.
Marius Borg Høiby ha dado más de un disgusto a su madre, pero los sucesos que ocurrieron el pasado 2 de agosto en Oslo ya son palabras mayores. El joven se vio involucrado en una violenta pelea, tras la cual fue arrestado por la policía acusado de agredir verbal y físicamente a su novia, una joven de unos 20 años.
Él mismo, a través de un comunicado, admitió los hechos días después y pidió disculpas. "El fin de semana pasado sucedió algo que nunca debería haber sucedido. Cometí lesiones corporales y destruí objetos en un apartamento en estado de ebriedad con alcohol y cocaína después de una discusión".
Los problemas del joven eran de sobra conocidos, pero nunca como hasta ahora había hablado de ellos con tanta claridad: "Tengo varios trastornos mentales, lo que significa que a lo largo de mi crianza y mi vida adulta he tenido y sigo teniendo desafíos. He luchado contra el abuso de sustancias durante mucho tiempo, algo por lo que he estado en tratamiento en el pasado. Ahora retomaré este tratamiento y lo tomaré muy en serio".
Esto pone el foco en Mette-Marit, que sin duda apoyará a su primogénito en este proceso médico y mental para que pueda superar sus adicciones. Aunque hay poca información sobre cómo ha sobrellevado ella este trance, medios noruegos afirman que habría visitado a la víctima en privado para transmitirle su apoyo y ofrecerle su ayuda.
En espera de ver cómo evolucionan las cosas, la princesa heredera también necesita cuidados en este momento tan delicado. Padece fibrosis pulmonar crónica, lo que la ha obligado a retirarse de la vida pública en más de una ocasión. Los pacientes de esta dolencia sufren un mayor riesgo de padecer ansiedad y depresión, por lo que la situación que está atravesando Marius la afecta especialmente a nivel mental y físico.
Por suerte, la futura reina noruega cuenta con el apoyo incondicional de su marido y sus hijos pequeños, Ingrid Alexandra y Sverrus, con quienes celebrará su cumpleaños de manera privada. La relación de Marius con la Familia Real ha sido complicada, precisamente por los muchos escándalos que ha protagonizado, en especial con Haakon de Noruega. Hace tiempo que no se le incluye en las fotos 'oficiales' y que no aparece con ellos en público.