Llega el día del esperado ingreso de Leonor en la Armada. La fecha marcada en el calendario para verla cruzar la puerta del centro castrense de Pontevedra para iniciar otra etapa de su formación militar es este jueves 29 de agosto y muchas cosas serán distintas a aquel 17 de agosto de 2023, cuando llegaba a Zaragoza, acompañada de sus padres y su hermana, la infanta Sofía. Esta vez irá sola, sin los Reyes y la Infanta, cargada con una maleta repleta de sueños y nervios en una nueva etapa.
Hacemos este viaje desde 'dentro' de la Escuela Naval de Marín con Leonor para conocer en detalle todo lo que le espera durante los próximos meses: cómo será su rutina diaria, los detalles del lugar que se convertirá en su nuevo hogar, sus retos y los cambios que ha sido necesario hacer para acoger a tan ilustre alumna, entre otras cosas. Esta es la hoja de ruta de la heredera para los próximos 11 meses.
La despedida será privada, en Zarzuela, antes de que Felipe VI viaje a Barcelona para cumplir con dos actos de su agenda institucional y de que Letizia ponga rumbo a París, donde apoyará a los deportistas paralímpicos, a partir del día 30 hasta el 2 de septiembre. Una vez que Leonor esté dentro de la escuela, se pondrá el uniforme de faena para iniciar su tercer curso como guardiamarina Primero, en un plan de estudios especialmente diseñado para ella.
Una planta solo de mujeres
Antes de su llegada, la Escuela Naval ha realizado algunos cambios. El centro naval cumplía en 2023 80 años de antigüedad. Se accede por la icónica puerta de Carlos I, y el lema que la preside es "honor, valor, disciplina, lealtad", valores que inspirarán de nuevo a Leonor. En sus más de 300.000 metros cuadrados se levantan edificios para la formación de los alumnos y también las residencias de los cadetes y del resto de militares de la Armada.
En uno de ellos residirá la Princesa, que compartirá habitación con otras tres chicas en una planta exclusivamente femenina. Una estancia austera, con literas, y unos pequeños armarios para sus pertenencias, tal y como se pudo ver durante la visitar de la ministra Margarita Robles a la escuela el pasado miércoles. La titular de Defensa lo dejó claro: "Va a venir mañana como otra alumna más y se va a incorporar a tercero (curso). En estos primeros meses va a estar aquí en la escuela en igual régimen que sus compañeros y, por tanto, no hay ningún tipo de excepción, más que las que correspondan en su momento como consecuencia de que es la Princesa de Asturias".
Este año, son 17 las mujeres que han entrado en la Escuela Naval frente a 129 hombres. Ellas siguen siendo minoría, pero la presencia de Leonor resulta inspiradora para muchas jóvenes. De hecho, en el último año la presencia de mujeres ha subido un 2%. Dentro de la academia, todos tienen idénticas obligaciones y deben ocuparse personalmente de la limpieza de sus estancias y de que su uniforme esté perfecto.
Como destacábamos, se han efectuado algunas mejoras en la escuela. Se han modernizado algunas instalaciones y se ha contratado una empresa de restauración para que se encargue de elaborar un menú cerrado y servirlo a los alumnos en el comedor, sustituyendo el típico bufé que había antes —que ahora se reserva al desayuno—.
Otra de las medidas que han tenido que adaptar son las de seguridad, lógicamente. Se prohíbe difundir cualquier imagen de la heredera tanto en la escuela como en cualquiera de las actividades que desempeñe, como sucedió en la Academia General de Zaragoza. Ya existen normas restrictivas con respecto al uso de teléfonos móviles, que seguirán observándose de manera exhaustiva. La misión es proteger la privacidad de Leonor al máximo y que pueda concentrarse en su tarea. Y se extremarán las precauciones para que así sea.
Madrugones y estudio
En Marín, todo sabe ya a conocido para la Princesa de Asturias, quien ya está familiarizada con la exigencia de la vida militar. Tras su paso por el Ejército de Tierra sabe lo que le espera: madrugones, maniobras, estudio… pero también camaradería y nuevas amistades. Deberá levantarse a las 6:45 h para tener tiempo de arreglar su habitación, asearse y presentarse en el comedor con el uniforme de régimen interno, como se le llama, impecable.
Vestida con camisa de manga corta, pantalón con cinturón con hebilla y zapatos de cordones, desayunará entre 7 y 7:30 h. Al ser una alumna de tercer curso, no tiene un sitio previamente asignado y podrá sentarse dónde y con quién quiera. A las ocho de la mañana, los superiores pasan revista para comprobar que todos están perfectamente uniformados y a las nueve dan comienzo las clases.
Tienen una duración de 45 minutos y un breve descanso de media hora a las 10:30 h. La primera parte de la jornada termina sobre las dos y se retoma a las cuatro hasta las 18:30 h cuando tendrá tiempo de estudio o actividades. Los días son intensos. "Siempre tienen una tarea que hacer", ha explicado el capitán de navío Pedro Cardona Suanzes, comandante director del centro. Podrá reunirse con sus compañeros de curso en la llamada cámara de los guardiamarinas, una cantina especialmente reservada para los de tercero.
Se le permite salir del centro cuando quiera y pernoctar fuera los fines de semana, pero dentro de la provincia. Si quiere salir para desplazarse a Zarzuela tendrá que pedir un permiso especial. Destacar también que no está obligada a vestir uniforme fuera de la Escuela, algo que sí tienen que observar los de cursos inferiores. En Marín, Leonor tiene un plan de estudios específicos para ella, que pone el énfasis en temas de navegación marítima y cultura naval.
Un tutor perfecto
Como ya sucedió en la AGM, la primogénita de los Reyes contará en esta nueva etapa con un profesional que la guiará. Si antes fue la teniente coronel Margarita Pardo de Santayana, en Pontevedra le toma el relevo Pedro Cardona Suanzes, director de la propia escuela naval, que ha renunciado a un ascenso para poder permanecer en el cargo un curso más y ser tutor de la heredera.
"Para él es un honor y tras diseñar el camino que iba a seguir Leonor dentro del ejército, no quería perderse la oportunidad de ser parte del destino del futuro de España", decía una fuente a EL ESPAÑOL la pasada semana.
Exigentes maniobras
Si el año pasado la vimos reptando por el suelo, practicando tiro o buscando orientación con su brújula en el monte, ahora también tiene que cumplir con una instrucción dura y exigente, bastante diferente a lo que conoce. De niña navegó en varias ocasiones durante sus vacaciones en Mallorca con la familia del Rey, pero es ahora cuando el mar se convierte en un universo para explorar.
Toca afianzar todos los conocimientos adquiridos en Zaragoza y añadir otros nuevos como simuladores de navegación, buceo y primeros auxilios. Además de los trabajos propios de la tripulación cuando esté embarcada en el Juan Sebastián Elcano.
Códigos de vestimenta
El uniforme, ya sea de diario, trabajo, de campaña, de gala y de etiqueta, ha de estar siempre impecable. De ahí que se pase revista. Hay modalidades A, B y C, dependiendo del clima frío, templado y cálido, que determinan la vestimenta, los colores y el tipo de prenda.
En cualquier caso y como determina el reglamento de la Armada: "El militar ha de vestir el uniforme con propiedad y corrección, portando las prendas y ostentando los emblemas, divisas, distintivos y recompensas reglamentarios que cada
ocasión requiera y para los que esté autorizado. Solo podrá portar prendas de uniformidad cuyas características físicas y de diseño hayan sido aprobadas por la normativa vigente. Deberá llevar todas las prendas correctamente abotonadas o abrochada".
El uso de falda o pantalón es optativo, pero todas las alumnas han de ir igual, así que será una decisión consensuada entre Leonor y sus compañeras. "Cuando el personal femenino pueda optar entre vestir con pantalón o falda, el uso del pantalón supondrá vestir con zapatos de cordones y calcetines, y el uso de la falda supondrá vestir con zapatos de tacón y medias, con las particularidades propias de cada uniformidad".
Las ocasiones en las que se viste cada uniforme también están regladas. El de gala para juras de bandera, la Pascua Militar y el Día de la Hispanidad, entre otros. El de trabajo, para el desarrollo de las actividades cotidianas en unidades, centros y organismos, salvo que se ordene el uso de otros uniformes. Y el de campaña, para realizar actividades operativas, de adiestramiento o de instrucción.