La reina Letizia y Felipe VI han llegado a pie a la Iglesia Catedral de las Fuerzas Armadas, donde se ha celebrado el funeral de Juan Gómez-Acebo, hijo de la infanta Pilar. Y lo hacían pocos minutos antes de que comenzase la misa en un enclave repleto de gente que quería mostrar su apoyo a la familia.
Hoy, 8 de septiembre, la familia real (casi) al completo se ha reencontrado en una jornada triste, que empezaba entrada la mañana con la visita de Felipe VI a la Iglesia Castrense de Madrid, donde se ha celebrado una primera misa en honor de Juan Gómez-Acebo.
El hijo de la infanta Pilar falleció el pasado 12 de agosto en Mallorca y muchos de sus allegados no habían podido despedirse aún de él.
El primo del Rey perdió la vida a causa de un cáncer, solo cinco meses después de que falleciese su hermano pequeño, Fernando. Precisamente por las fechas complicadas en las que se produjo la muerte de Gómez-Acebo, Simoneta, Bruno y Beltrán decidieron que el último adiós a su hermano se produjese en septiembre.
La Reina se ha acercado al funeral que se ha celebrado en Madrid agarrada del brazo de su marido, Felipe VI. El matrimonio se ha fundido en un cariñoso abrazo con los hermanos del fallecido.
A su llegada, además, la Reina ha saludado tímidamente a quienes se han congregado en las inmediaciones de la iglesia, y ha mostrado su pésame a los hermanos del fallecido.
Letizia, en particular, ha mostrado todo su cariño a Simoneta. Esta, por su parte, le ha hecho la preceptiva reverencia, mientras sus hermanos la han saludado besándole la mano.
Vestida de luto riguroso, ha lucido un discreto vestido por debajo de la rodilla, acompañado de sus ya tradicionales kitten heels, esos zapatos bajos y cómodos, perfectos tras su lesión en el pie.
También ha llevado un bolso negro de Carolina Herrera. El look lo ha complementado con un collar de perlas rusas adquirido por Alfonso XII en la Rusia de los zares como un regalo para su esposa.