El acontecimiento real del último fin de semana de septiembre ha sido, sin duda, la boda de Teodora de Grecia, celebrada en Atenas el sábado 28. Además de la novia, en el evento ha habido otras dos grandes estrellas: las casi desconocidas hijas de Alexia de Grecia, que se han revelado como grandes promesas del universo royal en lo que a moda se refiere.
Ana María, Amelia y Arrietta, fruto del matrimonio de la prima de Felipe VI con el canario Carlos Morales, deslumbraron tanto en la fiesta que precedió al enlace como en la ceremonia en sí eligiendo preciosos vestidos que, además, en dos casos guardan mucha historia y a través de los cuales homenajeaban a su madre. Hay que echar la vista atrás dos décadas para encontrar el origen de los estilismos.
Pero, primero, destacar que las tres ya acertaron en la preboda eligiendo marca España y, además, de precio muy asequible. Como buenas amantes de la moda, saben cómo acertar en las grandes ocasiones sin necesidad de gastarse un dineral. Así, Arrietta llegó a la cena del Museo Bizantino y Cristiano con un diseño lencero en morado de Zara. Su hermana Ana María se decantó por la misma marca, luciendo un vestido midi con aberturas, largo midi y manga larga. ¡Perfectas! Amelia, la menor, lució un modelo asimétrico en granate.
Al día siguiente, el sábado 28, dos de ellas dieron la campanada con dos looks elegantes y muy diferentes que habían salido del armario de su madre. La mayor, que ejercía de dama de honor en el enlace, vistió de la casa griega Celia Kritharioti como marcaba el protocolo, sus hermanas, en cambio, tuvieron libertad para escoger el suyo.
Ana María se decantó por un vestido rosa empolvado con pedrería que Alexia de Grecia lució en 1999 en su propia fiesta preboda, antes de casarse con Carlos Morales. Está firmado por Valentino y según hemos podido ver ha sido modificado para la ocasión añadiéndole una pequeña capa joya.
En cuanto a Amelia, rescató un diseño lencero en gris perla de vertiginoso escote uve y falda de línea A que su madre llevó en la cena anterior al enlace del príncipe Haakon de Noruega con Mette-Marit en 2001. Después de más de dos décadas, las prendas siguen estando impecables. Reciclar es sostenible y tanto Alexia como su familia muestran que es algo que tienen muy en cuenta.
La benjamina del clan tomó ejemplo de la dueña original y le añadió también un chal, aunque no dorado como ella, sino rosa con efecto degradado a juego y un bolsito de aire retro. El pelo recogido en una coleta alta hacía olvidar el recogido clásico que Alexia de Grecia eligió en aquella ocasión.
Las tres jóvenes, que viven completamente en el anonimato en Canarias, han ganado notoriedad en este enlace royal gracias a su elegante estilo. Pese a no estar acostumbradas a las cámaras, posaron con naturalidad y muy sonrientes. Fueron las estrellas, aún sin pretenderlo.