Sobre las 6.30 h de la tarde del viernes 25 de octubre hacía acto de presencia la Familia Real en el teatro Campoamor de Oviedo para asistir a la gala de entrega de los Premios Princesa de Asturias. Inevitablemente, todos los ojos estaban puestos en Leonor, la protagonista de esta importante que ya podría presidir esta cita en solitario, como hizo su padre en 1986. Sin embargo, la presencia de Felipe VI, Letizia, la Infanta y la reina Emérita se sigue manteniendo en su caso a día de hoy.
Hay una nueva Leonor y se ha escenificado perfectamente en el estilismo elegido para este momento. Por primera vez, ha escogido un traje de chaqueta sobrio, en azul marino casi negro, con zapatos negros. Se mimetizaba de este modo con el Rey, también con un traje oscuro. Acostumbrados a verla con vestidos o con dos piezas, que se haya decantado por este tipo de prendas resulta cuando menos sorprendente.
El pelo recogido en un moño desenfadado restaba algo de seriedad al outfit y un maquillaje discreto pero muy favorecedor. Una vez más, ha recurrido al joyero de su madre para los pendientes de brillantes que portaban luz al rostro. Son de la joyería Yanes y Letizia los recibió como regalo de boda.
El cambio de rumbo en el armario de la heredera parece evidente. Sonriente, pero también con cierto halo de tensión por la responsabilidad que supone presidir la gala de entrega de estos galardones, ha entrado con paso firme en el Teatro Campoamor para ocupar junto a sus padres y a la Infanta y se ha dirigido a la tribuna de honor.
Las hermanas caminaban cogidas del brazo, siempre unidas y cariñosas. Sofía también ha ido muy sobria, de negro, pero con una chaqueta brillante encima y el pelo suelto. Las miradas entre la futura reina de España y su padre han sido constantes, ella siempre busca la aprobación de quien es su modelo e inspiración. Sigue su ejemplo y se perfila como una digna sucesora.
Desde el palco, la Princesa ha escuchado con atención las palabras de los galardonados que han ido recogiendo sus premios, antes de que llegara su gran momento de pronunciar su discurso. Ha sonreído abiertamente al darle la mano a Carolina Marín, impresionante con un vestido brillante con la espalda al aire.
Si Leonor ha sorprendido, Sofía no se ha quedado atrás. Sus pantalones acampanados en negro, con un top crop básico es la opción más sencilla que había lucido hasta el momento. Ha subido el tono con una blazer de cuadros y acabado brillante, que resultaba ideal para una gala como esta.
También la reina Emérita ha optado por pantalones negros, pero con una preciosa chaqueta joya en blanco. Nuevamente, el diseñador Alejandro de Miguel estaba detrás de este impecable look.