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Todo lo que tiene que ver con la Casa Real siempre guarda secretos que permanecen ocultos durante tiempo... o quizá para siempre. Dos décadas después de la boda de los Reyes, hemos conocido un detalle inédito del proceso de creación del vestido de Letizia para aquel enlace real que se celebró el 22 de mayo de 2004. Saberse se saben muchas cosas, el creador, los pormenores del diseño, la conexión que surgió desde el primer momento entre Pertegaz y la futura Princesa de Asturias, el precio... 

Sin embargo, ahora una información curiosa sale a la luz cuando han pasado 20 años de tan mítica fecha. Ha sido la sobrina del fallecido diseñador, Dione Caus, quien ha contado un sorprendente detalle sobre cómo se gestó la elección de este mitico modisto y que tiene como protagonista a una de las hermanas de Juan Carlos I.

Nos referimos a Pilar de Borbón, fallecida en 2020, que, según este testimonio, fue la intermediaria necesaria entre Pertegaz y Letizia. Todo sucedió en uno de sus rastrillos benéficos para recaudar fondos para la asociación Nuevo Futuro, un legado que sigue manteniéndose y que siempre cuenta con el apoyo de muchas personalidades y de miembros de la Familia Real.

La novia, con su diseño de princesa, posa con Felipe, sus padres y los entonces Reyes,

Fue en 2003, y allí coincidió con Dione y se produjo el primer contacto por iniciativa de la Infanta. Lo ha relatado en el programa Tenía que ser de aquí, de Aragón TV, en el que han dedicado un programa a este icono de la moda española.

La conversación la inició la tía paterna de Felipe VI: "Ella vino y me dijo: "Oye, Dione, ¿cómo está tu tío?". Estaba interesaba en saber si, pese a su avanzada edad pues por aquel entonces ya tenía 86 años, seguía en plenas capacidades para seguir creando. Parece que Pilar de Borbón no se atrevía a contarle el verdadero motivo de estas preguntas, así que su interlocutora no lo dudó y abordó el tema directamente. Le contestó que estaba estupendamente y que "su cabeza está mejor que la mía", Seguidamente, entró en materia: "Doña Pilar, no disimule. ¿Me está diciendo si mi tío sería capaz de hacer el traje para la futura princesa?".

Sin dudarlo un minuto, aclaró cualquier duda: "Pues puede contar con él porque está en perfectas condiciones físicas y psíquicas. Así que... yo me callo y usted también". Y así se produjo ese primer contacto que acabaría materializado en un imponente vestido de novia, clásico y con un toque regio.

La elección de Pertegaz no se conocería hasta meses más tarde. Entonces se dijo que había sido una decisión personal de Letizia, aconsejada por su futura suegra, la reina Sofía y ahora ya se sabe que también con la intervención de la infanta Pilar.

A partir de ahí empezaron las entrevistas entre la novia y el creador, el intercambio de ideas, las pruebas del diseño... "No quería que el traje fuera un modelo loco, sino intemporal, con vida, porque quería y tenía que quedar como un documento para la Historia", dijo el diseñador turolense entonces, y también aseguró que había sido fácil trabajar con ella y que no puso impedimentos.

El vestido de novia de la Reina fue confeccionado en blanco roto, con escote en uve y cuello chimenea, manga larga y bordados en hilo de plata y oro y una cola de 4,5 metros de largo. El precio fue de 6.000 euros, algo simbólico y muy por debajo de su valor real.