No hay símbolo real más vistoso que este... aunque no siempre es lucido por reinas y princesas, la aristocracia también la luce como signo de distinción. Durante los últimos días tres han sido las tiaras protagonistas por motivos diferentes y con propietarias también distintas .Mary de Dinamarca, la reina Camila, y Eugenia de Borbón Vargas son quienes han coronado sus cabezas con tres joyas únicas, todas ellas lujosas y elegantes.
Empezaremos por la más joven de la terna, que pese a no ser princesa sí tiene reyes en su árbol genealógico: Alfonso XIII era su tatarabuelo. Es la hija mayor de Luis Alfonso de Borbón y la venezolana Margarita Vargas y, aunque vive bastante alejada del ojo público, hace unos días se convirtió en la absoluta protagonista del anual Baile de Debutantes de París, donde se presentó en sociedad.
Era su puesta de largo y no dejó a nadie indiferente. Eugenia lució un elegantísimo vestido azul de Carolina Herrera, palabra de honor, con pedrería y falda de vuelo que había pertenecido a su madre. Pero la verdadera estrella del look fue, precisamente, la tiara. Fue la única de las asistentes en recurrir a esta pieza de joyería, lo que hizo que aún brillara más. El diseño que eligió para Le Bal fue una creación de Boucheron que data de 1935, valorada en unos 100.000 euros.
Cedida por la firma V Muse para su gran noche, la diadema está realizada en diamantes e imitación de diamantes y de estilo Art Deco. Fue una elección perfecta para el esperado debut de la joven que el próximo 5 de marzo alcanzará la mayoría de edad. El pasado sábado 30 de noviembre disfrutó de una velada mágica para ella, convirtiéndose en una de las más elegantes. Su pareja de baile fue otro aristócrata con porte de galán, el archiduque Carlos Constantino de Habsburgo.
La tiara 'oculta' de Camila
También ha sido llamativa, aunque por diferentes motivos, la tiara que lució la reina Camila de Inglaterra el pasado 3 de diciembre en una cena de gala con el emir de Qatar en el Palacio de Buckingham. Se trata de una joya que hasta ahora no había elegido para ningún evento oficial, de ahí la sorpresa. Perteneció a Isabel II y de hecho era una de sus favoritas, así que era cuestión de tiempo que la sacase del joyero.
La tiara Kokoshnik está realizada en 70 barras de platino, con 488 diamantes incrustados, y está inspirada en los tradicionales tocados rusos. En origen fue un regalo para la esposa del rey Eduardo VII, la reina Alejandra, con motivo de sus 25 años de matrimonio y forma parte de la colección real. Una pieza majestuosa y muy brillante que hizo que la esposa de Carlos III fuera el foco de todas las miradas.
Además, le había añadido el vistoso collar de flecos que también fue de su suegra y unos pendientes elegantes, formando un conjunto de joyas perfecto que ensalzaba su vestido rojo de gala para la cita.
Una nueva de algo antiguo para Mary
Esta última es la más original. La reina danesa, conocida por su arte a la hora de transformar sus vestidos de gala para poder usarlos en otras ocasiones o darles otro aire antes de repetirlos, ahora ha probado suerte con los accesorios. En un vídeo publicado en las redes sociales de la Casa Real puede verse cómo los expertos, con la ayuda y los comentarios de Mary de Dinamarca, transforman un antiguo collar de diamantes en una nueva tiara.
Lo cierto es que es tradición de la Corona remodelar las piezas de la colección real para adaptarlas a los tiempos y a las necesidades. Según explican, el marco sobre el que están montadas las rosas de la nueva diadema fue creado por el orfebre Matías Hasbo Dinesen en colaboración con la Colección Reina y Reyes.
El conjunto de piedras rosas se creó en 1840 como una cadena que se ajusta con un gran colgante en el medio en forma de ramillete. Este se podía dividir y utilizar por separado como broches independientes. Margarita II solo usó uno de ellos en alguna ocasión como adorno del pelo, ahora su nuera. El collar, nunca.
Ahora, Mary le da una oportunidad transformándolo en una nueva tiara, que ha sido bautizada como Rosestone. Se la ha probado y le queda perfecta. El gran estreno ha sido el banquete de gala ofrecido al presidente de Egipto, de visita oficial en el país. El complemento perfecto para un vestido largo negro de cuello alzado cuajadrode pedrería en las mangas y el escote. Encima, la banda celeste y el histórico broche con el retrato de su marido, Federico X.