Amalia de Holanda confirma su transformación estilística con su mejor look de gala: escotazo y la tiara nupcial
- La hija mayor de la reina Máxima fue la protagonista de la cena de gala en honor del presidente de Portugal, de visita de Estado en el país.
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Acaba de cumplir 21 años, el pasado 7 de diciembre, y va dando pasos firmes en su labor institucional como heredera al trono. Además, en los últimos tiempos Amalia de Holanda ha llevado a cabo una transformación estilística, con un aire más adulto y toques fashionistas. Este cambio ha quedado reflejado en el banquete de gala que los reyes Guillermo y Máxima han ofrecido en el Palacio Real de Ámsterdam al presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa.
La Princesa brilló con luz propia, con permiso de su madre, gracias al que podría ser su mejor look de gala hasta la fecha y el último que veremos en 2024. El color elegido fue el lavanda, con un desfile de lentejuelas y un pronunciado escote que no dejó indiferente. Volvió a apostar por uno de sus patrones favoritos: un vestido-capa que siempre aporta un plus de elegancia.
Pertenece a la firma japonesa con base en Estados Unidos Tadashi Shoji y es nuevo. Se desmarca así de la Reina, que suele confiar en diseñadores holandeses o belgas para las grandes ocasiones. Amalia, además, sacó del joyero real una de las tiaras más especiales, ya que tiene un significado romántico.
Se trata de la diadema de estrellas que Máxima lució el día de su boda y que ha acompañado con un collar y una pulsera de diamantes. Radiante y cada vez más cómoda en sus labores institucionales, la heredera disfrutó de la cena de gala junto a los monarcas.
También estaba deslumbrante la esposa de Guillermo, con una vistosa creación de Jan Taminiau, en rojo con dibujos geométricos en la parte superior, escote barco y falda acabada en cola. No faltaba la tiara, por supuesto, en este caso eligió la de rubíes, que es una de sus preferidas y que casaba a la perfección con el look.
Es curioso que las Orange-Nassau sí lleven este regido adorno sobre sus cabezas, aun cuando el homenajeado es el presidente de una República; esto no pasa en España, Letizia no se la pone a no ser que sean actos con otras monarquías. El banquete que escenifica la buena relación entre Holanda y Portugal se celebró en el Salón de los Ciudadanos del palacio y contó con los discursos del Rey y su invitado, además del tradicional brindis, que provocó la risa espontánea de Máxima, regalando uno de esos momentos que siempre la convierten en protagonista.
El viaje termina este miércoles 11 con varios actos programados como un acto en los Estados Generales en La Haya, un almuerzo, la visita al Palacio de la Paz donde se reunirán con el presidente de la Corte Internacional de Justicia de las Naciones Unidas y el secretario general de la Corte Permanente de Arbitraje; y la recepción que Rebelo de Sousa ofrecerá a la Familia Real en el edificio KIT, antiguo Instituto Real Tropical.