Las relaciones sexuales no siempre son fáciles y los problemas pueden surgir en cualquier momento. Las consultas de los sexólogos están llenas de preocupaciones comunes que pueden solucionarse en poco tiempo.
La mayoría de los problemas habituales en las mujeres que acuden a un sexólogo tienen que ver con vaginismo, la falta de deseo y la dispareunia. Mientras que el principal motivo de consulta para los hombres es la eyaculación precoz, seguida de la disfunción eréctil y la adicción al porno.
Un equipo de psicólogos de ifeel, la plataforma con más de 300.000 usuarios que ofrece terapia online, analiza las consecuencias sobre nuestra salud mental que tienen estos problemas.
1. Vaginismo
Es la imposibilidad de tener relaciones sexuales con penetración vaginal. Se trata de una disfunción sexual caracterizada por un espasmo involuntario de la musculatura que rodea la vagina al intentar el coito y que imposibilita la penetración.
Es posible que la mujer sufra un impacto negativo en la autoestima, preocupación por la propia salud y sobre la actitud de las parejas sexuales ante este problema, además de la consecuente frustración que derivará en estado de ánimo bajo o, cuando menos, mal humor.
2. Falta de deseo
Se trata de un bajo nivel de interés en las relaciones sexuales, en la que no se responde al deseo de actividad sexual de la pareja. La falta de deseo sexual genera importantes problemas en las relaciones de pareja, sobre todo si no se logra entender bien los motivos y atajarlos adecuadamente.
3. Dispareunia
Es el coito doloroso antes, después o durante la relación sexual. Abarca desde la irritación vaginal postcoital hasta un profundo dolor. Pueden deberse a falta de lubricación, infecciones, hongos... Como ocurre con otros problemas, es importante comunicarlo con confianza a la pareja para no dar lugar a equívocos y consultar con un médico si el problema persiste.
4. Anorgasmia
Es la dificultad habitual para alcanzar el orgasmo después de mucha estimulación sexual. Es un problema muy común en las mujeres y causa malestar en forma de frustración y agotamiento emocional por no saber qué hacer o cómo cambiarlo.
5. Autoinculpación de las disfunciones de la pareja
Ante una relación sexual no satisfactoria, es común culparse a uno mismo de los problemas del cónyuge, pareja o compañero sexual. Puede tener que ver con problemas de autoestima, que llevan a calibrar erróneamente el propio rol y las responsabilidades en el ámbito de una relación.
6. Inseguridad sobre el atractivo sexual
Estamos ante un complejo de imagen que se agrava en las relaciones sexuales por el hecho de estar desnudos. Será necesario examinar creencias estereotipadas sobre la belleza o el atractivo que resultan tan rígidas que no permiten que la persona se incluya en su propio estándar.
7. Reparo a tener sexo en una primera cita
Muchas mujeres no se encuentran cómodas con la posibilidad de mantener relaciones sexuales tras solo un primer encuentro o en fases muy tempranas de la relación. Puede convertirse en un problema si la persona lo desea pero no se lo permite, en base a prejuicios sobre qué es correcto y qué no, o qué puede pensar el otro. Tanto si se hace como si no, lo importante es comportarse de manera asertiva.
8. Objeción o rechazo a determinadas prácticas
Es habitual sentir predilección por diferentes posturas, juegos sexuales o cualquier otra forma de practicar el sexo, pero también lo es sentir miedo ante lo desconocido y mostrar rechazo a realizar prácticas con las que no nos sentimos a gusto.
El sexo es algo diverso y muy personal. Hay que permitirse experimentar hasta donde uno quiera y comunicándonos bien con el otro, para no perdernos cosas, pero tampoco forzarnos.
9. Demasiadas expectativas
El porno, los mitos y otras relaciones pueden predisponernos a tener unas expectativas poco realistas de los encuentros sexuales. Cuando las expectativas son muy altas y no se corresponden con lo esperado aparece la desilusión, el desencanto y el chasco. Una vez superada la frustración, queda un gran margen para reencontrarse con el sexo realista. No es como en el porno ni todos los amantes son igual de buenos, pero permitirse recorrer ese camino siempre será saludable.
10. Cómo pedir sexo oral
A muchas mujeres les resulta conflictivo sugerir a sus parejas que les practiquen sexo oral. Mientras las cosas se pidan asertivamente no hay nada de malo en hacerlo, ya que el sexo es una negociación en la que cedemos y recibimos.
Una vez identificado lo que impide pedir una determinada práctica queda aprender a expresarla y lanzarse a la acción.