Hasta ahora estaba la creencia de que los entrenamientos con ejercicios de fuerza tenían que ser específicos por género porque se suponía que no conseguían el mismo resultado en hombres y en mujeres y, además, beneficiaban más a los deportistas chicos.
Sin embargo, un nuevo estudio dirigido por la Universidad de Nueva Gales del Sur, en Sydney (Australia), ha concluido que tanto los hombres como las mujeres, incluidos los mayores de 50 años, pueden obtener beneficios relativos similares.
Así, mientras que los hombres probablemente obtengan un mayor tamaño muscular absoluto, las ganancias relativas al tamaño corporal están a la par de las mujeres. Los hallazgos, publicados recientemente en Sports Medicine, consolidan los resultados de 30 estudios diferentes de entrenamiento de resistencia en los que participaron más de 1400 personas y que comparó específicamente los resultados de hombres y mujeres de 50 años o más.
"Históricamente, la gente tendía a creer que los hombres se adaptaban en mayor medida al entrenamiento de resistencia que las mujeres", afirma la autora principal del estudio y profesora de la universidad australiana, la doctora Amanda Hagstrom.
"Las diferencias que encontramos se relacionan principalmente con la forma en que vemos los datos, es decir, en forma absoluta o relativa", explica la autora, detallando que "absoluto" se refiere a las ganancias generales, mientras que "relativo" es un porcentaje basado en el tamaño del cuerpo de la persona.
Así, el documento constituye la primera revisión sistemática y meta-análisis para examinar si los hombres y mujeres mayores cosechan diferentes resultados tras un entrenamiento de resistencia. Los hallazgos se suman a las investigaciones anteriores sobre las diferencias en los adultos más jóvenes (18-50), que sugirieron que los hombres y las mujeres pueden lograr beneficios similares en cuanto al tamaño muscular relativo.
Mayores de 50
En concreto, los investigadores compararon los aumentos de masa y fuerza muscular en 651 hombres y 759 mujeres mayores en los 30 estudios. Los participantes tenían entre 50 y 90 años de edad, y la mayoría no tenía experiencia previa en entrenamiento de resistencia.
Aunque no se suele considerar a las personas con 50 años como "mayores", se les seleccionó como el umbral para este estudio para comprobar si los cambios hormonales de la menopausia influían en los resultados del entrenamiento de las mujeres.
"No encontramos diferencias entre los sexos en cuanto a los cambios en el tamaño relativo de los músculos o la fuerza de la parte superior del cuerpo en los adultos mayores", ha afirmado Hagstrom, que también ha hablado de la importancia de que los entrenadores entiendan que las mujeres se benefician tanto como los hombres en términos de mejora relativa en comparación con su línea de base.
Ejercicios para mujeres
Los hombres mayores tendían a desarrollar músculos más grandes cuando miraban las ganancias absolutas, según los investigadores. También vieron que eran más propensos a ver mayores mejoras absolutas en la fuerza de la parte superior e inferior del cuerpo. Sin embargo, cuando se trataba de la fuerza relativa de la parte inferior del cuerpo, las mujeres mayores veían las mejoras más significativas.
"Nuestro estudio arroja luz sobre la posibilidad de que deberíamos programar de forma diferente a los hombres y mujeres mayores para maximizar los beneficios de su entrenamiento", ha afirmado la autora sobre las posibles aplicaciones de su estudio.
Con este propósito, el equipo realizó un subanálisis de la literatura para ver qué técnicas de entrenamiento de resistencia daban los mejores resultados para cada sexo. "Los hombres mayores podrían beneficiarse de programas de mayor intensidad para mejorar la fuerza absoluta de la parte superior e inferior de su cuerpo", especifica Hagstrom, añadiendo que, por el contrario, las mujeres mayores "podrían beneficiarse de un mayor volumen de ejercicio en general", es decir, más repeticiones semanales, para aumentar su fuerza relativa y absoluta en la parte inferior del cuerpo.
Asimismo, las duraciones de entrenamiento más largas también podrían ayudar a aumentar el tamaño relativo y absoluto de los músculos (para los hombres) o la fuerza absoluta de la parte superior del cuerpo (para las mujeres). "Los cambios en los regímenes de ejercicio deben hacerse de forma segura y con consulta profesional", avisa la investigadora.
Además de fortalecer los músculos, el entrenamiento de resistencia puede ofrecer otros beneficios para la salud, como el aumento de la resistencia, el equilibrio, la flexibilidad y la densidad ósea de una persona. También se ha demostrado que ayuda a mejorar el sueño, la sensación de bienestar y a disminuir el riesgo de lesiones.
"El entrenamiento de resistencia es muy importante y beneficioso para nuestra salud, especialmente para las personas mayores", expresa Hagstrom, y abunda que puede ayudar a prevenir y tratar muchas enfermedades crónicas relacionadas con la edad, como la diabetes, las enfermedades cardíacas y la artritis.
Así las cosas, la doctora Hagstrom espera que su futura investigación pueda identificar más recetas de mejores prácticas para los ejercicios de entrenamiento de resistencia. "Aprender más sobre el entrenamiento de resistencia y sus beneficios podría ayudar a mejorar los resultados generales de salud de la población australiana que está envejeciendo", concluye.