Mantener el suelo pélvico fortalecido es de suma importancia para la salud de las mujeres. ¿Por qué? Porque es el conjunto de ligamentos y músculos que se apoyan sobre los huesos de la pelvis y sostienen los órganos pélvicos (vejiga, uretra, útero, vagina, recto, ano). Cuando se debilita, puede ocasionar pérdidas de orina, fecal o incluso ambas, provocando así una merma en la calidad de vida de las mujeres.
Hasta hace poco, el suelo pélvico era el gran olvidado de las mujeres, pese a que una de cada tres mujeres sufra algún tipo de pérdidas de orina tras dar a luz, como consecuencia del debilitamiento de estos músculos durante el embarazo y el parto.
Entre las formas más conocidas de fortalecer el suelo pélvico están los conocidos como ejercicios Kegel, que consisten en apretar los músculos de la pelvis como si estuviéramos orinando e intentáramos detener el chorro. Como con cualquier ejercicio de fuerza, se puede aumentar el peso en la musculatura para conseguir efectos más rápido.
En este caso se emplearían los ejercitadores Kegel o 'bolas chinas'. Estas bolas se introducen en la vagina obligando a los músculos a soportar su peso y, una vez superado el tiempo marcado (que puede ser de segundos o minutos, en función de la capacidad de resistencia del suelo pélvico), se sacan gracias al cordón que llevan atado y que se mantiene por fuera. También hay ciertas posturas de yoga o pilates que pueden mejorarlo como la postura del gato o la elevación de la pelvis.
Orgasmos, grandes aliados
Pero, más allá del ejercicio, hay prácticas muy placenteras que fortalecen el suelo pélvico como el tener un orgasmo. Y es que otro de los aspectos que condiciona la buena salud de estos músculos es la vida sexual.
Tal y como revela Intimina, la marca sueca que ofrece productos de cuidado para la salud ginecológica de las mujeres, "los especialistas aconsejan mantener sexo de forma activa para mantenerlo sano" ya que "la excitación y el orgasmo aumentan la irrigación sanguínea tonificando los músculos y tejidos".
Además, las contracciones involuntarias y rítmicas de los músculos que se experimentan durante el orgasmo los ejercitan, "contribuyendo a la disminución de la abertura vaginal que se podría encontrar dilatada por causas como la hipotonía o un parto traumático".
Las contracciones orgásmicas fortalecen también la musculatura involuntaria, "que supone el 80% de los tejidos del suelo pélvico". Por otro lado, apuntan desde Intimina, "la penetración y el orgasmo evitan la atrofia vaginal tanto en la menopausia como tras una histerectomía (extirpación del útero) debido al masaje estimulante del pene (o un juguete sexual) en el suelo pélvico".
La masturbación
La masturbación también puede ser muy beneficiosa en la tonificación del suelo pélvico. Está muy ligada al reconocimiento de la zona de forma natural y en los momentos previos al orgasmo y durante este, las paredes vaginales se estrechan, palpitan y tienen contracciones.
"El clímax y el suelo pélvico se retroalimentan", afirman desde Intimina. Es por eso que la masturbación es una manera saludable de mantenerlo tonificado, así como "conocernos a nosotras mismas y romper barreras mentales".
No hay que olvidar otras importantes ventajas de estas prácticas como la reducción del estrés y la ansiedad, el fortalecimiento del sistema inmunitario, la revitalización de la piel… y, por supuesto, el placer.
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