Las kettlebells, también llamadas pesas rusas, tienen su origen en la Grecia clásica, pero no fue hasta el siglo XVIII cuando en Rusia se popularizó el entrenamiento con ellas, que ha llegado a nuestros días.
Entrenar con kettlebells tiene diversos objetivos. Por un lado, se consumen más calorías y se consigue perder peso más rápido. Y por otro, se tonifican los músculos.
Estas pesas, con forma de tetera, se pueden encontrar en diferentes colores y tamaños. Comprarlas tampoco presenta mayor problema, ya que las tienen en casi todas las tiendas de deporte, con diferentes pesos, que van desde los 4 kilos, la más básica, hasta los 32 Kilos. Las clásicas, por el contrario, eran de hierro fundido, en una sólida bola con una asa, algo parecido a una bala de cañón.
Para elegir el peso ideal que le conviene a cada persona, es mejor no guiarse por el peso de las mancuernas utilizadas habitualmente en el centro deportivo, porque su forma de uso es diferente. Los especialistas recomiendan comenzar por la más pequeña de 4 Kilos.
Utilizando kettlebells se consigue una mejora de la estabilidad del cuerpo, así como desarrollar la fuerza, aumentar la masa muscular y quemar grasa.
El uso de las kettlebells, combinadas con los ejercicios de fuerza habituales, trae consigo una mejora de la estabilidad del cuerpo, permiten corregir problemas de espalda, desarrollar la fuerza, aumentar la masa muscular, y quemar grasa.
Los expertos aseguran que es uno de los complementos más eficaces del gimnasio, ya que realizando ejercicios de peso muerto se pueden activar los grandes grupos musculares del cuerpo: abdominales, músculos de la espalda, cuádriceps, femorales, antebrazos y glúteos.
Sube peso, baja peso
Alex García, director del gimnasio boutique Fit Club Madrid, asegura que hacer gym con peso “aporta un trabajo más específico, una mayor tonificación y un mayor rendimiento”. Y añade que “es recomendable para cualquier persona realizar trabajo con pesas, para conseguir un mayor refuerzo de la masa muscular”.
Si bien, ante cualquier reto deportivo, conviene consultar a un especialista sobre la técnica que requiere cada ejercicio, para ejecutarlo correctamente y evitar lesiones. Una vez aprendido, su uso resulta sencillo y sobre todo, muy efectivo.
Una de las claves de esta dinámica, consiste en comenzar con pesos ligeros y movimientos sencillos, para ir aumentando a medida que se vayan consiguiendo progresos.
Los inicios con la kettlebell
Los especialistas en deporte y salud, aconsejan comenzar por tres sencillos movimientos con la pesa rusa.
Sujetar la pesa
Éste es el primer ejercicio que consiste en cogerla con las dos manos y caminar recto, contrayendo todos los músculos. No resulta fácil. Hay que practicar la manera de sujetar la pesa durante cinco minutos al menos.
Halos con kettlebell
En este ejercicio la pesa rusa se coge con las dos manos en posición invertida, es decir la base hacia arriba. Dirige la pesa desde el pecho hacia el hombro izquierdo, pásala por detrás de la cabeza, y dirígela hacia el hombro derecho, para volver a la posición inicial. Este movimiento mejora la espalda y en general el core.
Sentadilla con pesa
Sujeta la kettlebell con ambas manos a la altura del pecho, empuja las caderas hacia atrás, y baja manteniendo los muslos paralelos al suelo. Regresa a la posición inicial y repite unas 15 veces. Este movimiento desarrolla la fuerza y tonifica el tren inferior.