Cómo elegir el mejor protector solar según la piel de cada mujer
Existen cientos de protectores solares diferentes, pero ¿cómo saber cuál es el más adecuado a tu tipo de piel y exposición solar? Te lo contamos
27 abril, 2022 03:40En España las cifras de personas afectadas por el cáncer de piel se han duplicado en los últimos 30 años y seguirán haciéndolo si no se implementan unos hábitos de fotoprotección adecuados al tiempo que se revisa la piel. Precisamente para evitar que esas cifras sigan aumentando y sobre todo ahora que el verano está ya la vuelta de la esquina, que regresan los días de buen tiempo y sol, los paseos al aire libre, las jornadas de playa y piscina o las vacaciones, llega el momento también de elegir el mejor protector solar para la piel.
Aunque el protector solar debe ser un imprescindible durante todo el año, lo cierto es que durante la primavera y verano la exposición a los rayos solares aumenta y con ella también el riesgo de sufrir quemaduras solares en la piel. De ahí que elegir una buena crema de protección solar sea una de las mejores formas para prevenir esas quemaduras y ese daño en la piel.
Pero esto no siempre es una tarea sencilla, sobre todo por la cantidad de protectores solares disponibles que hay en el mercado. Precisamente para hacer esa elección algo más fácil y para asegurarnos de elegir ese producto de protección solar adecuado, esta vez te damos todas las claves necesarias para elegir el mejor protector solar según las necesidades de tu piel en particular.
¿Cómo elegir el más adecuado?
Conocer el fototipo de nuestra piel: ¿Conoces el fototipo de tu piel? Por si no lo sabes, el fototipo es como se denomina a esa capacidad de la piel para absorber la radiación solar, este condiciona la respuesta a la acción de los rayos del sol y la capacidad de broncearse de cada persona, así como el límite de tiempo de exposición al sol y a los rayos UV.
Así que en función de la sensibilidad de la piel al sol y teniendo en cuenta características distintas como el color de piel, pelo y ojos se han identificado hasta seis fototipos diferentes. Siendo el más alto el que tiene una mayor producción de melanina y por tanto una mayor capacidad de bronceado.
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Fototipo 1 (piel muy blanca y sensible): Muy propensa a quemaduras y sin bronceado. Necesita usar una protección muy alta.
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Fototipo 2 (piel blanca y clara): Mucha facilidad para presentar quemaduras y bronceado mínimo. Necesita protecciones muy altas en cuanto haya un mínimo de exposición.
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Fototipo 3 (ligeramente morena): Facilidad para presentar quemaduras y bronceado gradual. Puede utilizar una protección media en general y alta o muy alta en situaciones de mayor exposición.
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Fototipo 4 (morena): Quemaduras ocasionales y con bronceado. Este tipo de fototipos están protegidos con una protección entre media y alta.
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Fototipo 5 (muy morena): Raramente presenta quemaduras y presenta bronceado intenso rápido. Puede recurrir a una protección baja, media, alta o muy alta en función del nivel de exposición.
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Fototipo 6 (piel negra): Sin quemaduras y con bronceado máximo. Puede recurrir a una protección baja, media, alta o muy alta en función del nivel de exposición.
Por todo esto es importante que antes de escoger nuestro protector solar, identifiquemos cuál es el fototipo de nuestra piel. Si por ejemplo la identificas con el primer fototipo, este corresponde a las pieles más finas y sensibles, que consecuentemente son las que se queman con más facilidad, mientras que el último corresponde a las pieles más oscuras, negras y menos sensibles al sol, pero igualmente expuestas al daño de la radiación solar y al cáncer de piel, por lo que en ningún caso debe faltar un buen fotoprotector solar.
En el caso de las personas con la piel muy clarita, es recomendable buscar siempre un protector solar superior a 50 sin importar si la exposición solar va a ser muy intensa o va a ser moderada. En cambio, las personas con un fototipo intermedio, si su exposición al sol va a ser moderada, pueden bajar a un factor de protección del 30.
Tener en cuenta en espectro de protección: El espectro de protección es lo que determina si ese protector solar nos protege de los rayos ultravioleta A, de los rayos ultravioleta B, de la luz azul, de los infrarrojos… En este caso, los dermatólogos recomiendan usar protector solar de amplio espectro con el fin de bloquear los rayos ultravioletas y sus efectos negativos en la piel.
Pero ¿cómo saber el alcance que tiene este tipo de protección? Para empezar, hay dos tipos de rayos UV, que pueden causar diferentes daños en la piel. Los rayos UVA, la onda más larga de los dos, penetra profundamente en la piel y es menos probable que se queme o que muestre signos de sobreexposición pero también aceleran el envejecimiento prematuro de la piel.
Por otro lado, los rayos UVB son más cortos y tienden a dañar la capa externa de la piel, causando quemaduras solares. Ambos pueden aumentar el riesgo de padecer cáncer de piel, por lo que una protección eficaz sería un protector que filtre tanto los rayos UVA como los UVB. Para ello los expertos sugieren que la mejor opción es decantarse por un protector solar que, además de garantizar un buen índice de protección solar, también sea de amplio espectro. De esta manera, podremos asegurar que nuestra piel esté protegida de ambos tipos de rayos.
El número de factor de protección solar (SPF): Este es el nivel de protección que proporciona un protector solar contra los rayos UVB. Por lo tanto, el SPF es una relación de cuánto tiempo una persona sin protección solar puede estar al sol sin experimentar ningún enrojecimiento dividido por la cantidad de tiempo que puede pasar a luz del sol con un producto en su cuerpo.
Si lo que te preocupa es saber qué factor de protección solar necesitas, es importante destacar que cada piel es distinta y que cada persona debe utilizar uno u otro tipo de producto en función de su sensibilidad y tu fototipo de piel. Normalmente se considera una protección baja por debajo de 6; una protección media entre 6 y 12; alta entre 12 y 25 y muy alta entre 30 y más de 50.
El formato también importa: El formato y el envase también es determinante porque además de protegernos tiene que poder aplicarse de forma fácil y adecuada a nuestro tipo de piel.
Normalmente los factores de protección altos suelen traducirse en cremas o protectores con texturas bastante pesadas de aplicar, así que una buena opción puede ser recurrir a un fotoprotector solar en formato aceite, sobre todo para aquellas pieles secas o muy deshidratadas. Los protectores en gel también son más ligeros y fáciles de aplicar, al igual que los que están en formato bruma, pero estos no siempre son los más efectivos sobre todo en esos días de playa con mucho aire.
¿Cuándo y cómo aplicarla?
Una vez tengamos elegido el protector adecuado a nuestro tipo de piel y al nivel de exposición, es imprescindible saber cómo usarlo, empezando por saber aplicar la cantidad suficiente de forma que podamos cubrir toda la superficie corporal y sin olvidar zonas igualmente expuestas como pueden ser las ojeras o la parte trasera del cuello, entre otras.
Tampoco olvides aplicar siempre el fotoprotector con piel seca y repetir su aplicación después del baño. Recuerda que con la piel húmeda se puede llegar a aumentar incluso el riesgo de que se produzcan quemaduras, debido al efecto lupa de las gotas de agua.
¿Cuándo aplicarlo? Lo mejor es que apliques el fotoprotector solar un poco antes de exponerte al sol y teniendo en cuenta que parte del producto puede llegar a desaparecer debido a la fricción de la ropa o del sudor. Por esto es importante que repitamos el proceso cada dos horas y después del baño.