¿Sabías que en España la dependencia emocional afecta a casi el 50% de la población, siendo más habitual aún en las personas jóvenes de entre 16 y 31 años?Se podría decir que la dependencia emocional es uno de los grandes problemas del siglo XXI y uno de los principales obstáculos para la salud mental.
Una dependencia que además de poder estar asociada a drogas, juego, trabajo, comida, amigos o redes sociales, toma especial importancia sobre todo en el ámbito de las relaciones de pareja.
Relaciones de pareja con la dependencia emocional como protagonista, en las que la persona busca de forma desesperada una serie de demandas afectivas insatisfechas convirtiendo a la otra persona en esa fuente de satisfacción de sus necesidades emocionales y llegando incluso a olvidarse de sí misma o de cómo era antes de comenzar esa relación.
Pero ¿qué es realmente la dependencia emocional y cómo podemos hacerle frente?
¿Qué es?
Puede hablarse de dependencia emocional cuando existe una vinculación afectiva excesiva o permanente con otra persona y este es un sentimiento que en el fondo esconde una baja autoestima o incluso determinadas carencias afectivas en la persona que la sufre.
Una dependencia emocional hacia esa otra persona, en la que existen una serie de comportamientos adictivos, además de llevar asociadas emociones, pensamientos, motivaciones y comportamientos que buscan siempre la proximidad del otro para sentir satisfacción, seguridad o incluso reconocimiento.
Todo esto provoca en la persona que sufre esa dependencia emocional, también un sufrimiento alto que suele verse acompañado de esa sensación de no poder vivir sin la otra persona por la que se experimenta el apego.
Y, aunque todas las personas tenemos cierto nivel de dependencia afectiva, lo cierto es que el problema aparece cuando una persona se deja controlar por la necesidad de aprobación, pero también por esa excesiva necesidad del otro para sentirse bien o incluso seguro de sí mismo y por el consecuente miedo a la soledad, incluso siendo conscientes de que esa relación no nos hace bien.
¿Importa la autoestima?
La autoestima está relacionada con ese valor que como personas independientes nos damos a nosotros mismos, pero también consecuentemente con cómo afrontamos todos y cada uno de los retos y situaciones que forman parte de nuestra vida.
Una baja autoestima a menudo suele estar asociada con el miedo y también con las dudas a la hora de afrontar esos retos o metas que nos proponemos en nuestro día a día. Puede incluso conducirnos a experimentar algún tipo de dependencia emocional por ese miedo o inseguridad que experimentamos al estar solos con nosotros mismos y que incluso puede llevar a aferrarnos a una relación tóxica, incluso siendo conscientes de sus consecuencias negativas.
Una autoestima que construimos durante los primeros años de vida y que en cada persona va evolucionando según el paso del tiempo y sus vivencias. Pero ¿qué ocurre cuando esa autoestima es demasiado baja y nos encontramos en una relación de dependencia emocional?
Esta dependencia excesiva hace que simplemente la idea de cortar la relación suene aterradora. Incluso puede llevar a que nos olvidemos de nosotros mismos para conservar esa relación, olvidándonos también de cómo éramos antes de comenzar esa relación de dependencia.
¿Cómo se puede evitar?
Es crucial que la persona que experimenta esa relación de dependencia emocional sea consciente de que la sufre y entienda la magnitud de lo que eso significa.
La ayuda terapéutica y psicológica en estos casos es crucial, al mismo tiempo que lo es hacer un trabajo extra con nuestra propia autoestima para encontrarnos a nosotros mismos y sobre todo para tomar consciencia de lo que nos ocurre con esa persona.
Sobre todo es vital ser conscientes de que amar no implica sufrir y que ser felices es un derecho indiscutible de todas las personas, dos aspectos que nunca irán ligados a una relación de dependencia emocional.