Desconectar del trabajo no es tarea fácil, pero es necesario para cuidar nuestra salud mental. Por ello, es fundamental tener vacaciones.
Según Almudena Molinero, psicóloga y coach especializada en ansiedad y estrés: "Durante el resto del año nos vemos sometidos a unas rutinas diarias de horarios impuestos que hacen que el cuerpo se vea expuesto a un estado de alerta por querer llegar a todo, produciéndose como consecuencia puntos de estrés altos y, en algunos casos más graves, estados de ansiedad".
Exponer de manera constante al cuerpo a este estrés puede provocar un deterioro importante en la salud física o mental. El estrés genera cortisol, hormona que se manifiesta en forma de irritabilidad, tristeza y negatividad.
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Las vacaciones son un periodo clave para desconectar de las rutinas menos saludables y disfrutar de experiencias que provoquen emociones positivas. "Nuestro cerebro necesita liberarse de este estrés y no basta con los fines de semana", señala María Padilla, psicóloga coach, directora del centro Capital Psicólogos.
De hecho, apunta que todas aquellas personas, para las que su mejor momento sea el trabajo "que se lo miren, porque todos los humanos que vivimos en el planeta tierra necesitamos nuestro descanso y desconectar, y si alguien no lo vive así, que le dé una vuelta o acuda a un profesional porque al cerebro le pasa factura".
"Salir de vacaciones mejora nuestro estado de ánimo. Cuando estamos de vacaciones solemos hacer muchas actividades gratificantes que nos dan placer todos los días y durante la mayor parte del día, desde probar platos exquisitos en restaurantes nuevos a sentir la brisa del mar en nuestra piel, por ejemplo", comenta Cecilia Martín Sánchez, codirectora del Instituto de Psicología PSICODE.
El tiempo necesario
Para que el descanso sea efectivo Molinero señala que es necesario un mínimo de dos semanas "con el fin de recuperar el bienestar emocional necesario para afrontar un siguiente año".
Explica que el cuerpo se rige por unos hábitos y horarios y le lleva un tiempo poder adaptarse a los nuevos y es aquí donde desconectará.
Por otra parte, Padilla subraya que los descansos son necesarios, inclusive dentro de la jornada de trabajo, el de los fines de semana y luego periodos de una, dos o tres semanas a lo largo del año.
"También depende del estrés percibido y durante cuanto tiempo, porque hay veces que se recomienda un año absolutamente sabático para que la mente se vuelva a regenerar. Pero, en términos generales: descansos en días puntuales, los fines de semana y unos dos meses en total a lo largo del año".
Para Molinero, además, las vacaciones tienen que ser en un lugar distinto al domicilio habitual, ya que va a ayudar a romper nuestros hábitos.
"El cuerpo humano se ve condicionado por estímulos ambientales, es decir, identificamos nuestra ciudad por donde trabajamos, el colegio de nuestros hijos... Los lugares distintos permiten que identifiquemos los nuevos sitios con emociones positivas y el cuerpo de una manera automática se relajará, permitiéndole hacer lo que más le gusta".
Aunque, para Padilla, esto depende de la propia persona. "No hay una fórmula única. Cada persona es un mundo de modalidades de descanso".
"Desde nuestro punto de vista, consideramos que disfrutar de al menos 7 días de vacaciones seguidos son necesarios para desconectar de las preocupaciones laborales o académicas. Pero lo ideal sería tener al menos 21 días seguidos", señala Marina García fuentes, co-directora del Instituto de Psicología PSICODE. Aunque subraya que dependerá de las circunstancias de cada persona.
Ana María Urbano de Psicólogos Madrid Cepsim apunta que es más importante cómo la persona viva sus días de descanso que el número de días. "Tomar diez días seguidos de vacaciones puede ser beneficioso, aunque dependerá qué hacemos con esos días, que sean reparadores es lo principal".
Cómo desconectar
Para desconectar es importante que no tengamos mensajes del trabajo y, si se puede, no asumir muchas responsabilidades fuera.
Lo ideal es realizar alguna actividad relacionada con la naturaleza, aunque lo importante es que cada uno encuentre su actividad de desconexión, como puede ser hacer un rompecabezas o caminar.
Urbano dice que cambiar de entorno es favorecedor para recibir una estimulación diferente, que potenciará nuestras emociones positivas.
Para Molinero, es fundamental definir un plan con los objetivos que se propone uno en esas vacaciones para desconectar, pudiendo disfrutar con ellos. No olvidemos que nuestros hábitos se convierten en automatismos, los cuales, aunque estemos de vacaciones, son difíciles de cambiar.
Entre estos objetivos podríamos marcarnos:
- Relacionarnos de manera cercana con las peronas que nos importan y a las que no dedicamos el tiempo que nos gustaría.
- Compartir un poco de ti con estas personas e interesándote por ellos.
- Reflexionar sobre nosotros mismos, identificando y poniendo nombre a las emociones que hemos vivido.
- Escuchar a los demás para interesarnos por ellos y poder conocerles más. Aprovechar este tiempo de descanso para conectar con los que nos interesan de una manera relajada.
Además, la experta recomienda para impulsar el bienestar emocional en vacaciones:
- Tener un sueño saludable: dormir lo que a uno le apetezca, es fundamental para la reparación del desgaste mental.
- Desayunar con tiempo, en buena compañía y no con móviles.
- Hacer deporte o experiencias en contacto con la naturaleza.
- No dedicar más de 10 minutos a comprobar si hay algo urgente del trabajo.
- Disfrutar del tiempo libre con pequeñas cosas, con lo que te guste hacer o crees que te puede gustar.
- Crea conversaciones en familia o amigos de temas que no se suelen hablar.
- Innova con distintas actividades o experiencias: no te pongas límites.
- Incrementa tu sentido del humor, déjate llevar siendo flexible con los demás.
- Haz un esfuerzo organizando distintos planes con personas diferentes.
- Abraza y agradece por lo que tienes en esos días, esto produce la hormona del bienestar.
- Aprovecha ese tiempo de armonía para desarrollar planes de acciones de una manera constructiva para la vuelta a la rutina.
Las directoras del Instituto de Psicología PSICODE recomiendan:
- Dejar el portátil en casa.
- Silenciar las notificaciones del móvil
- Despedirse de los compañeros de trabajo y avisar de que prefieres no tener noticias hasta la vuelta.
- Evitar conversaciones sobre el trabajo.
- No anticipar cómo será la vuelta al trabajo.
- Desconectar incluso del reloj.
- Realizar actividades relajantes que ayuden a liberarnos del estrés, actividades en contacto con la naturaleza y deporte al aire libre.
- Practicar mindfulness.
- Visitar lugares diferentes.
- Hacer todas las actividades que se echan de menos en el día a día.
La psicóloga Urbano propone realizar actividades de naturaleza y al aire libre, actividades acuáticas, de ocio como salir con amigos, rutas, juegos, ejercicio físico, meditar, viajar y pasar tiempo en familia.
"Estas son algunas actividades que ayudan a la desconexión. Lo importante es que la persona escuche lo que necesita para descansar, se lo permita y conecte con el momento, con la emoción que le provoca estar en contacto en ese espacio".