Las personas somos seres imperfectos, complejos y llenos de contradicciones con una dualidad imperfectamente perfecta. Eso es precisamente lo que nos diferencia de los robots. Aunque constantemente se promulgue la felicidad como único sentimiento válido entre la sociedad, la realidad es que las personas somos complejas y además del amor o la felicidad también tenemos que enfrentarnos a nuestros propios miedos, enfados, inseguridades, estrés, momentos de ansiedad...
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Un equilibrio entre la luz y las sombras, que es clave para poder reconocer y aceptar ese lado no tan positivo de nuestro propio interior y que recibe el nombre de shadow working. Te contamos en qué consiste y cómo practicarlo.
¿Qué es el shadow working o trabajo de sombra?
Precisamente para encontrar ese perfecto equilibrio entre nuestras luces y sombras, existe un importante trabajo de desenmascarar, concienciarse y reconocer ese lado más oscuro de nuestra propia personalidad.
A pesar de que la sociedad se ha moldeado para solo aceptar valores como el amor o la felicidad, es importante que también sepamos lidiar con otros que a menudo mantenemos escondidos como la tristeza, la confusión, el enfado, el miedo, la inseguridad.... sentimientos en definitiva no tan aceptados en la sociedad, que habitualmente tienden a ser reprimidos y que tenemos que aprender a aceptar para encontrar esa perfecta dualidad.
No solo se trata de empezar a vernos a nosotros mismos como humanos que somos y que no siempre pueden estar felices, sino que podamos empezar a entender y aceptar ese lado no tan lleno de luz de nuestra personalidad, sobre todo si lo que queremos es conectar aún más con nuestras sensaciones y sentimientos positivos.
¿Cómo puedes trabajar en tus sombras?
Si lo que quieres es empezar a hacer este trabajo de shadow working contigo misma, una de las mejores formas de empezar es escribiendo o si lo prefieres grabando en audio con una grabadora tus emociones y reacciones ante determinadas situaciones, este ejercicio tan sencillo te ayudará a empezar a ser consciente de tus sensaciones más verdaderas.
Además de describir cómo te has sentido en situaciones cotidianas, puedes hacer el ejercicio de recordar alguna situación que haya sido difícil para ti. Escribe en un papel las emociones que recuerdes e identifícalas. Después podrás recrear esa situación en tu cabeza y aceptar aquellas reacciones o sentimientos no tan positivos que habías rechazado. Reencuéntrate con esos sentimientos, entiéndelos y acéptalos.
Es importante que en este proceso dejes salir todas esas emociones, así que si necesitas moverte, gritar, salir a hacer deporte, sentir enfado, tristeza… No dudes en sacarlos a la luz y aceptarlos. Serán el primer paso para continuar con tu vida mucho más feliz, liberada y sin cargas.
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