Cuando el método anticonceptivo habitual nos falla, la anticoncepción de urgencia ofrece una segunda oportunidad para prevenir el embarazo. Pero ¿cómo funcionan? ¿Cuándo hay que tomarlos? ¿Cuáles son sus riesgos en la mujer?
[La píldora masculina ya está aquí: la anticoncepción oral deja de ser cosa de mujeres]
Estos métodos de anticoncepción se utilizan en casos de urgencia para evitar el embarazo no deseado después de haber mantenido relaciones sexuales sin protección, o cuando haya fallado el anticonceptivo que se utiliza normalmente. Por tanto, recurrir a ellos se considera una segunda oportunidad, pero no se deben emplear de manera habitual.
En especial, la anticoncepción de urgencia está indicada en estas situaciones:
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Falta de preservativo u otro anticonceptivo durante las relaciones sexuales con penetración.
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Rotura o mala utilización del preservativo.
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Uso inadecuado de anticonceptivos hormonales, como olvidar la toma de más de una píldora combinada o por posible interacción con otros medicamentos.
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Problemas con el DIU como, por ejemplo, una expulsión parcial o total.
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Casos de violación.
Levonorgestrel: hasta 72 horas antes
Este tratamiento oral se debe tomar antes de que trascurran 72 horas desde la relación sexual, para que resulte eficaz. Además, se puede usar en cualquier momento del ciclo menstrual, e incluso varias veces durante el mismo ciclo, sin que sea necesario hacer una exploración ginecológica.
En concreto, al tomar la píldora de Levonorgestrel, se retrasa la liberación del óvulo o directamente se inhibe. Al mismo tiempo, se dificulta el encuentro entre el óvulo y los espermatozoides, ya que influye en el moco cervical y en la adhesión del esperma.
Por último, hay que advertir que esta pastilla no interrumpe el embarazo y cabe señalar que tampoco influye en la implantación del óvulo fecundado.
Evidentemente, esta pastilla no se recomienda en mujeres embarazadas, así como en los siguientes casos:
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Hipersensibilidad a este fármaco o su excipiente, la lactosa monohidrato.
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Insuficiencia hepática grave.
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Índice de masa corporal superior a 25.
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Las mujeres con enfermedad de Crohn u otro síndrome grave de malabsorción deben tener en cuenta que este tratamiento puede perder eficacia.
Lo más habitual es que se detecten sangrados irregulares tras la toma de Levonorgestrel. Pero, en general, sus efectos no son graves y duran poco tiempo.
Igualmente, algunas mujeres pueden experimentar un retraso o un adelanto de la menstruación. Si este retraso dura más de tres semanas, entonces se recomienda realizar una prueba de embarazo.
Otros efectos de Levonorgestrel pueden ser dolor de cabeza, fatiga, náuseas, molestias en el abdomen, dismenorrea y mayor sensibilidad en las mamas.
Este método anticonceptivo de emergencia no afecta a la fertilidad y tampoco supone un mayor riesgo de sufrir accidentes cerebrovasculares o de tromboembolismo. Es un tratamiento seguro para mujeres de cualquier edad.
Por otra parte, el uso de esta píldora no supone un mayor riesgo de embarazos ectópicos, es decir, fuera del útero. Y, en el caso de que la mujer estuviera embarazada al tomarlo, esto no afectaría a la salud del bebé.
Acetato de Ulipristal: entre el tercer y quinto día
Es otro de los tratamientos orales de anticoncepción de urgencia. Pero se debe tomar entre los 3 y 5 días posteriores a la relación sexual.
El Acetato de Ulipristal actúa de forma similar al Levonorgestrel, ya que retrasa el pico de la hormona luteinizante, que puede ser señal de que se acerca la ovulación. Esto, a su vez, provoca la inhibición de la ovulación o el retraso de la rotura folicular.
La diferencia entre Acetato de Ulipristal y Levonorgestrel es que el primero sí puede actuar cuando se ha producido la elevación de esta hormona preovulatoria. Por eso, resulta más eficaz en las mujeres cuyo ciclo menstrual se encuentra en los dos días alrededor de ese pico periovulatorio, que es cuando tienen más posibilidad de quedarse embarazadas.
En cualquier caso, si ya se ha producido la ovulación, ninguno de estos tratamientos orales de emergencia resultará efectivo.
Después de tomar este tratamiento con acetato pueden aparecer:
- Náuseas.
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Dolores de cabeza.
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Molestias en la zona abdominal.
Siempre debemos descartar que se esté embarazada antes de optar por este método anticonceptivo de urgencia. Además, no se recomienda en casos de asma grave no controlada, intolerancia a la galactosa o con un índice de masa muscular mayor de 35. También hay que tener en cuenta que no se debe tomar más de una vez en el mismo ciclo, a diferencia del Levonorgestrel.
La eficacia de este anticonceptivo puede disminuir si se toma junto a otros medicamentos, como, por ejemplo:
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Inductores enzimáticos, como antiepilépticos, antibióticos, antirretrovirales y la hierba de San Juan.
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Antiácidos y otros medicamentos que aumentan el pH gástrico.
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Anticonceptivos hormonales orales.
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Lactancia y anticonceptivos de emergencia.
En periodo de lactancia, se puede tomar la píldora de Levonorgestrel, siguiendo ciertas indicaciones. Para no exponer al bebé a este fármaco, se debe usar después de una toma y esperar 8 horas hasta la siguiente.
En cambio, el Acetato de Ulipristal no está indicado en periodo de lactancia y, en caso de tomarlo, se debería desechar la leche durante la semana siguiente.
DIU de cobre, hasta 5 días después
Este dispositivo se coloca en el interior del útero hasta 5 días después de la relación sexual sin protección y es de los más eficaces, con una tasa de fallo del 0,09%. Asimismo, se puede utilizar como método anticonceptivo a largo plazo.
El DIU de cobre obstaculiza la implantación, al mismo tiempo que actúa como gametocida, especialmente espermicida, impidiendo la fertilización.
Es cierto que existen una serie de contraindicaciones que hay que tener en cuenta, por lo que es importante consultar con los especialistas antes de usarlo. Por ejemplo, el DIU de cobre no está indicado para mujeres que ya tienen colocado otro DIU, que presentan sangrado vaginal sin diagnosticar o que tienen clamidia u otras infecciones de transmisión sexual, etc.
El momento de su inserción puede causar cierta molestia o dolor, y después, puede producirse un cambio en el sangrado, que sea más abundante y dure más tiempo, pero son efectos que van disminuyendo con el tiempo. En cuanto a la perforación uterina es un riesgo poco probable.
Lo ideal es que toda paciente utilice el método anticonceptivo que desee según sus preferencias, pero en el caso de tener un fallo del mismo debemos saber que tenemos más opciones para evitar un embarazo no deseado.
*Por la doctora Laura Cotaina Gracia, especialista en Ginecología y Obstetricia del Hospital Quirónsalud Zaragoza.