Seitai significa "organismo en orden" en japonés. Esta palabra japonesa hace referencia, según la periodista Laura López Coto, al "conjunto de descubrimientos y de prácticas para sensibilizar e incrementar el autoconocimiento orgánico".
López es una periodista que lleva desde 2003 viviendo e investigando la práctica japonesa para darla a conocer al mundo. En Seitai: mujer vital (Canal Abierto Editorial, 2018) explica que su origen se remonta al siglo XX y fue descubierto por Haruchika Noguchi (Tokio, 1911-1976), médico particular de la emperatriz.
Este realizó unos descubrimientos "inéditos de gran envergadura" sobre cómo se estructura la vida. "Una ley universal que se sintetiza en cinco movimientos vitales inteligentes combinados, gracias a un vaivén permanente entre tensión y relajación. Eso es lo que hace que estemos vivos y que podamos conservar la salud", señala López.
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Y continúa: "Además, Noguchi observó que el ser humano se puede resetear cotidianamente, ejecutando unas sencillísimas prácticas que sensibilizan ese movimiento regenerador que surge coordinada y espontáneamente de todo el organismo: el 'katsugen undo'y el 'yuki'".
En Seitai: mujer vital, la autora pone el foco en la mujer: "Tradicionalmente, a las mujeres se nos ha estudiado y conocido a través de nuestra función meramente reproductiva. Poco ha interesado nuestro sentir interno. ¿Cómo vivimos desde nuestra particular fisiología? ¿Cómo gozamos del sexo? ¿Qué necesitamos para autorregular un cuerpo tan perfecto y sabio?"
El libro saca a la luz una serie de ejercicios que López recomienda a todas las mujeres. "Seitai: mujer vital está dedicado a los hombres que aman a las mujeres y a las mujeres que se aman a sí mismas. A su autoconocimiento. A su fuerza de vida".
A lo largo de más de 200 páginas, la autora explica qué es el Seitai y sus beneficios para las mujeres a cualquier edad, abordando la menstruación, pubertad, sexualidad, embarazo, parto, crianza, menopausia y salud.
La importancia de la pelvis
Según López, todo lo que somos está en el CVP: cráneo-vértebras-pelvis, una asociación que relaciona las cinco cavidades donde se alojan los cinco grandes sistemas orgánicos. "CVP es una globalidad que está implicando a tu vida, incluido tu embarazo y la crianza de tus hijos. Tus menstruaciones. Tu manera de experimentar el sexo y la manera en la que atravesarás la menopausia".
Parece clara la importancia cráneo-vértebras, que protegen el órgano rey, el cerebro, y la médula, su conector con el resto del organismo. Sin embargo, la pelvis ocupa un papel fundamental, a veces minusvalorado.
"El sistema reproductor de los vertebrados se aloja en la pelvis. La continuidad de la especie, el camino hacia lo eterno, parte de esta zona del organismo". Pero además, de esta zona nace el deseo sexual, es el centro de regeneración celular y conecta el organismo con el tren inferior.
Resulta, en consecuencia, evidente la importancia de la pelvis para las mujeres. Además, se trata de la única parte de nuestro cuerpo que, cuando se cierra, arrastra a todo nuestro ser. Y sucede lo mismo al relajarse, que sentimos una relajación en todo el cuerpo.
"Este movimiento de compactación que no percibimos a nivel consciente determina muchos asuntos relacionados con nuestro sentir profundo y con nuestra psique insondable".
En el caso de las mujeres, la autora señala que es importante que su pelvis esté flexible, que pueda realizar el vaivén natural tensión-distensión, durante todas las etapas de su vida.
Para conservar la salud de la pelvis a cualquier edad, López propone una serie de ejercicios. La mayoría son taisos que proceden del maestro Noguchi.
'Tips' para un buen taiso
Los taisos son ejercicios para diversas "tipologías, tendencias o situaciones concretas" que nos llevan a trabajar una zona concreta del organismo.
López da los siguientes consejos para realizar un buen taiso:
- Ejecutar lentamente con toda la atención puesta en el ejercicio.
- Que requiera esfuerzo.
- La realización debe ser certera y de una sola vez.
- Se tensa mientras se exhala y se relaja cuando surge la inhalación.
Tres taisos
¿Quieres saber cómo son estos ejercicios? Te explicamos tres para que puedas comenzar a practicar. Si quieres más puedes encontrarlos en Seitai: mujer vital.
Ejercicio para cerrar la cadera.
Este es especialmente útil para las mujeres que quieran regular el cuerpo porque va perdiendo fuerza en la zona lumbar y empiezan a engordar. Conviene realizarlo diariamente antes de dormir. "Observarás cómo poco a poco vas adelgazando".
Deberás colocarte de pie con las piernas abiertas a la altura de la cadera, las puntas deben mirar hacia fuera. Inclina el tronco mientras exhalas hacia delante, lo más despacio que puedas, y vuelve a enderezarte.
El taiso del movimiento estático.
Este ejercicio ayuda especialmente a flexibilizar la cadera femenina y está recomendado para embarazadas y personas que tienen problemas de fertilidad por su gran incidencia en el aparato reproductivo. La experta sugiere realizarlo una vez al día, alternando semanas de descanso.
¿Cómo debes hacerlo? Ponte de pie con las puntas de los pies hacia fuera. Inhala profundamente y empieza a bajar flexionando rodillas. Mantén una postura erguida y baja hasta el máximo de flexión. Lo ideal es tardar unos 25 segundos. Sube lentamente, con una respiración lenta. La idea es tardar lo mismo que al bajar.
Recuperada la posición, respira profundamente y dirige las puntas hacia dentro. Repite el proceso anterior. De vuelta a la postura inicial, toca inclinar el cuerpo hacia delante sin romper el eje, sin doblar la cintura, manteniendo cuello y tronco relajados, pero recto. Desde los tobillos, con la fuerza de los hombros, impulsa el cuerpo como una plancha hacia delante. No bajes. Llega a la máxima inclinación que puedas hacia delante, sin que las plantas de los pies se despeguen del suelo. Cuando no puedas llevar más allá el cuerpo, vuelve a la postura original.
Rotación de tobillos.
Esta última práctica es perfecta para todas las etapas de la vida de la mujer que van desde la aparición de la menstruación hasta la menopausia porque: recupera flexibilidad, lo que conlleva un rejuvenecimiento celular y dota de una mayor actividad sexual, incide en el estado de la piel, regula la menstruación, propicia la fertilidad, evita los sofocos durante la menopausia y te prepara para el parto.
Antes de comenzar comprueba qué tobillo tiene menos movilidad. Para ello, túmbate y lleva la punta de un pie hacia el interior y luego exterior; después cambia de pie. El que más cueste o sientas agarrotado es el que tiene menos movilidad.
Sabiendo esto, túmbate, inhala y exhala mientras extiendes el talón del pie que tienes más fuerte, lo debes hacer como si empujaras una pared (postura flex). Abre los dedos de los pies al máximo mientras exhalas, percibiendo cómo la pierna se estira. Se debe realizar hasta que las nalgas se despeguen del suelo, arqueando suavemente la espalda y la cintura. Manteniendo la postura, aguanta dos o tres respiraciones, en la última exhalamos de golpe, notando la relajación.
Alternamos al otro pie después y finalmente ambos talones a la vez.
La siguiente parte de la actividad consiste en girar los tobillos muy lentamente, tratando que ni piernas ni talones se separen del suelo. Hacia afuera la pelvis se abre y hacia dentro se cierra. La experta recomienda realizarlo tres días antes de la regla hacia dentro y después hacia dentro. No se debe practicar durante la menstruación. Si estás embarazada, hazlo hacia ambos para flexibilizar la pelvis.
La última fase del ejercicio propone extender talones, durante unos tres minutos, llevando los pies en posición flex, con los dedos hacia la cara. Cuando sientas que la zona sacra y lumbares vibra, deslízate alternando piernas con el impulso de una cadera y luego otra, sin separar piernas ni talones del suelo.