¿Fallos de memoria o cambio de prioridades?: El cerebro cambia para afrontar la maternidad
Una serie de cambios especialmente drásticos en los niveles hormonales, que durante el embarazo influencian ese cambio en el cerebro de la mujer.
13 noviembre, 2022 21:07La maternidad es una de esas experiencias capaces de cambiar por completo tu vida, tanto a nivel físico como mentalmente. Tu estilo de vida cambia, también tus rutinas diarias, tu cuerpo se prepara para el parto, tus intereses y hasta tu manera de pensar se modifican.
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Esta última cambia a tal grado que las cosas llegan a adquirir un valor distinto después de tener hijos, dándote cuenta en ocasiones de que lo que antes te podía parecer interesante, ahora ya no te resulta igual de importante. Esto se debe a que al convertirte en madre comienzas a experimentar importantes cambios en el cerebro.
Una serie de cambios especialmente drásticos en los niveles hormonales, que durante el embarazo influencian ese cambio en el cerebro de la mujer como forma de prepararlo para afrontar la maternidad. Un proceso natural que resulta imprescindible para afrontar ese proceso de ser madre y que está ligado a la plasticidad cerebral.
¿Qué es la plasticidad cerebral?
La plasticidad cerebral es la capacidad del sistema nervioso para cambiar su estructura y su funcionamiento a lo largo de su vida y en este caso, también a partir del embarazo y después del parto. Un término que no es sencillo de definir, pero que se relaciona con todos esos cambios que se dan a diferentes niveles en el sistema nervioso: Estructuras moleculares, cambios en la expresión genética y comportamiento.
Por otro lado, la plasticidad cerebral permite además que las neuronas puedan regenerarse tanto de forma anatómica como funcional y formar así nuevas conexiones. Esta es otra de las razones por las que la plasticidad neuronal representa además la capacidad del cerebro para recuperarse y reestructurarse.
Durante la maternidad, las hormonas como los estrógenos, la progesterona y la prolactina, son las responsables de todo tipo de cambios en el cuerpo y en el cerebro. Estas, no solo generan cambios físicos visibles, sino que también modifican el tamaño y la estructura cerebral.
Esta es una de las razones por las que muchas madres al comienzo del embarazo experimentan pérdida de memoria, problemas para concentrarse, despistes o una mayor sensibilidad emocional. Sin embargo, todos y cada uno de estos cambios no dejan de ser procesos naturales necesarios y beneficiosos para poder afrontar la maternidad.
Son varios los estudios al respecto, que han llegado a relacionar la maternidad con una pérdida de sustancia gris en diferentes regiones cerebrales y que han apreciado como el tamaño del cerebro puede llegar a disminuir en algunos casos hasta en un 7% durante el embarazo y los primeros meses de vida del bebé.
Pero a pesar de esta disminución, esto no quiere decir que la mujer pierda inteligencia o facultades, sino que por el contrario el cerebro está reorganizándose para adecuar las funciones cerebrales a la maternidad.
Cambios provocados por la plasticidad cerebral
Después de dar a luz, la madre experimenta durante los primeros meses una mayor activación de la amígdala con el llanto del bebé. Se trata de una especie de estado de alarma que ayuda a la madre a generar una respuesta rápida al malestar del niño.
Hay una mayor activación del córtex orbitofrontal como respuesta a las expresiones faciales del bebé. Sobre todo las expresiones de alegría o felicidad hacen de reforzadores para la madre y refuerzan el vínculo entre ambos.
En nuestro cerebro se refuerzan también las regiones vinculadas a la empatía y la socialización, lo que hace que la madre se muestre más receptiva a las necesidades del bebé.
Las pérdidas de memoria y dificultades para concentrarse tienen que ver con que gran parte de la atención de la madre está dirigida en ese momento al bebé y destinada a procesar información sobre él.