Tras la pandemia, las consultas de menores a los psicólogos se han disparado. En la mayoría de las ocasiones con trastornos de ansiedad, dificultades para el aprendizaje, y fobias. Pero en muchas otras, porque los pequeños muestran patrones de conducta que corresponden a personas maduras, porque son hiperactivos o muestran un comportamiento rebelde. Características todas ellas también de las denominadas ‘niñas índigo’. Hablamos con la psicóloga del Centro Siquia, Dolors Mas sobre este concepto.
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“Se trata de un concepto que se ha empezado a utilizar en el contexto de lo que se llama la “New Age” y se refiere a aquellas niñas que estarían en un estrato superior de la evolución, tanto en el campo ético como en el mental. Desde la corriente moderada se considera que tienen mayor creatividad y capacidad para empatizar. Aunque desde mi punto de vista, no existe un estudio científico que produzca evidencia suficiente como para poder constatar la existencia de estos niños”, asegura la doctora Mas.
El término ‘niño índigo’ fue acuñado en el año 1982 por la parapsicóloga Nancy Ann Tappe en su libro “Understanding Your Life Through Color” y lo utilizó para referirse a los niños que tenían un aura de color índigo. Según esta parapsicóloga, el 20% de los niños menores de diez años y el 17% de los niños entre 13 y 17 años tienen un aura de color índigo, que determina sus características de personalidad. Sin embargo, no fue hasta 1998 que este término comenzó a popularizarse gracias al libro “The Indigo Children: The New Kids Have Arrived” de Lee Carroll y Jan Tober.
Quienes defienden esta hipótesis aseguran que esta generación de niños y niñas presenta un desarrollo superior desde el punto de vista social, psicológico y espiritual. Básicamente, estos pequeños desarrollan una serie de características psicológicas y cognitivas que se encuentran por encima de la media y muestran patrones de conducta más maduros y asertivos que el resto. Son niñas que se desarrollan antes que sus coetáneos y que muestran capacidades superiores en determinadas áreas.
¿Cómo se debe estimular a una niña de estas características?
De varias maneras. Entre otras, conviene estimular el desarrollo del potencial creativo interno, así como promover mediante las actividades escolares pertinentes, la reflexión y el análisis. Además, es bueno fomentar en el niño índigo la necesidad de buscar el conocimiento explorando y experimentando, evitando el aprendizaje memorístico y por repetición mecánica.
¿Y cuál es su consejo para los padres que tienen una hija con estas características?
Fundamentalmente, y en general, aconsejamos a los padres tratarlos con respeto, teniendo en cuenta sus cualidades diferenciales; ayudarlos a buscar sus propias soluciones en cuanto a problemas de conductas; dejarles tomar sus propias decisiones; no caer nunca en el desprecio ni en actitudes que les hagan sentirse pequeños; proporcionarles seguridad y apoyo dejando atrás las críticas negativas y que sean ellos quien decidan lo que les interesa y como quieren llegar a ello en el futuro.
Educar a las niñas índigo no es una tarea sencilla. Uno de los aspectos principales que los padres no deben pasar por alto es su formación académica ya que como suelen tener un coeficiente intelectual superior a la media, no les suele bastar con lo que aprenden en el colegio y necesitan recibir una educación más completa. Una alternativa excelente para saciar su sed de conocimiento consiste en brindarles nuevas oportunidades educativas, desde talleres y cursos extracurriculares hasta cursos temáticos de verano.
También es importante que los padres tomen medidas para evitar que la pequeña se convierta en una niña rebelde. Es probable que no le guste cumplir las reglas, pero es importante que aprenda a respetar las normas y que tenga límites bien claros y precisos. Una buena estrategia para evitar que estos límites se conviertan en un problema consiste en tener en cuenta su opinión y explicarle el por qué de las reglas.
Además, los padres no deben pasar por alto las necesidades emocionales de estos niños, tienen que hacerles saber que puede confiar en ellos. Es importante que les escuchen y trasmitan confianza y serenidad ya que aunque estos pequeños pueden ser muy maduros para su edad, al final son solo niños.
Después de la Covid, ¿han aumentado las consultas sobre problemas con niños?
Sí, efectivamente, tras el confinamiento por Covid han aumentado las consultas en niños que presentan más adicciones a videojuegos, redes sociales y móvil, fobias, trastornos de ansiedad y depresivos y problemas de aprendizaje. Posiblemente, el origen de todo ello ha sido el impacto que ha supuesto, en tan corta edad, una situación inesperada, repentina, y, en algunos casos traumática, con muchas personas conviviendo las 24 h, en poco espacio.
Paralelamente, aumentaba la crispación, no podían relacionarse con otros niños más que a través de las pantallas, pasando, a su vez, la inmensa parte del día delante de pantallas y teniendo patrones alterados de sueño y alimentación, así como, en general, de hábitos y rutinas.
¿Cuáles son las mayores preocupaciones hoy de los padres que llegan a la consulta?
Las mayores preocupaciones de los padres es que sus hijos se pongan bien de sus trastornos, si es que los tienen, la conducta desafiante u oposicionista que pueden presentar, los cambios de conducta en los distintos contextos, la distorsión de la imagen corporal que puedan tener, el hecho de que sus hijos prefieran ser influencers o youtubers, en el mejor de los casos, o que digan que no tengan futuro, en el peor de ellos, antes que plantearse estudiar o tener metas de futuro.
También les preocupa el acoso escolar y la inoperancia de los agentes que pueden hacer algo ante ello. A los padres de niños con TDAH o TEA les preocupa la poca comprensión y ayudas que reciben.
Una preocupación muy importante son aquellos padres que llegan porque sus hijos presentan conductas autolesionadoras o heteroagresivas. Una de las mayores preocupaciones actuales de muchos padres y por la que se suele pedir una cita urgente con demasiada frecuencia es cuando hay pensamientos suicidas.
¿A favor o en contra de la terapia con química (antidepresivos)? ¿Se está utilizando en exceso el consumo de antidepresivos en menores de edad?
En menores de edad – tanto niños como adolescentes – particularmente, creo que, siempre que no sea estrictamente necesario es mejor evitarlo. Quizás, en la actualidad se abusa de los antidepresivos y de los ansiolíticos porque, quizás, también, se está sobrediagnosticando.
Hay que decir que, si un menor de edad tiene episodios puntuales de tristeza, no está obviamente depresivo y que debería existir, desde la escuela, educación emocional para que los niños sepan entender las emociones.
De cualquier manera, existen casos en que es necesaria la medicación y, más aún, un tratamiento multidisciplinario, es decir, tanto psiquiátrico como psicológico.
Hoy existen muchos mayores con traumas infantiles no resueltos… ¿es mucho más difícil ayudar a un adulto que ha sufrido esto que a un niño que lo esté sufriendo hoy a su edad?
Sí, es más difícil recuperar a un adulto porque tiene un bagaje de otras experiencias, que pueden ser positivas o negativas, aprendizajes, conocimientos y vivencias que han influido en que el trauma, que en un niño puede ser simple, en un adulto puede ser complejo.
Un niño es como una hoja en blanco en la cual es más fácil recolocar las emociones posiblemente dañadas mientras que en este adulto con toda esta mochila puede ser complicado que abandone las emociones que le están doliendo para pasar a una situación más adaptativa. Tiene miedo de la situación de malestar e incomodidad por la cual va a transitar mientras que en el niño no hay este miedo.