Cuando preparamos ese listado de "cosas" que nos roban energía seguramente aparece alguna pareja, algún jefe y noches sin dormir. Pero, ¿qué pasa con la comida? Pues que la forma en la que nos alimentamos tiene mucho que ver con la batería que tenemos.
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Pueden faltarnos nutrientes (verduras en la mayoría de los casos) pero hoy no he venido a hablar de los que nos faltan, sino más bien de los que nos sobran.
Porque sí, hay algunos alimentos que son ladrones de energía. Por la dificultad que tenemos de digerirlos o por cómo se comportan dentro de nuestro organismo, la realidad es que al cabo del día siento que me voy arrastrando y tiene mucho que ver con lo que me estoy metiendo por la boca. En este vídeo hemos recopilado algunos grupos fundamentales que debes reducir si quieres dejar de estar tan cansada.
Aprovechando que vas a aprender el qué, te voy a contar cómo es más fácil reducirlos en tu día a día sin que te suponga un (gran) esfuerzo. Son dinámicas sencillas, que no tienes por qué introducir de golpe pero que te impulsarán a tener más energía en tu día a día, descansar mejor y levantarte con ganas de comerte el mundo.
- Reduce el número de ingestas. Un aparato digestivo que realiza pocas ingestas está muchísimo más depurado. Es la vía de desintoxicación de nuestro organismo, por lo que hacerle trabajar continuamente (con 5 o 6 ingestas como se decía antiguamente) solo nos complica la existencia. Además, la digestión es un proceso que absorbe mucha energía, por lo que será más fácil conservar nuestro power si tenemos que hacer pocas digestiones.
- Prepara tu propia comida. Parece muy obvio, pero la improvisación es la reina de la fiesta del mal comer. Por eso es imprescindible que prepares un menú semanal y que siempre tengas comida preparada en tu nevera para poder llevarla al trabajo. Sin excusas no hay mal comer.
- Elige los sitios para los encuentros con colegas. Claro que sí, tú mandas. La gente odia elegir restaurante, así que escogerlo tú te hará dueña y señora de tu alimentación. Tendrás la seguridad de encontrar alternativas saludables que no te roben energía.
- Practica ayuno intermitente. A menos ingestas, menos probabilidad de meter la pata. Además, un mínimo de 12 horas sin ingerir comida ha demostrado activar vías de desintoxicación muy positivas que ayudan a aumentar tu energía y tu capacidad cognitiva.
- Abraza la excepción y disfrútala. Claro que sí. Y esto no es "de perdidos pal río". Aquí de lo que hablamos es de no torturarte si un día no lo haces como lo tenías programado. La ansiedad de la perfección nos hace sentir mucha culpa cuando no cumplimos nuestros objetivos, y eso siempre deriva en un bucle de comer sin control.
Nadie dijo que hubiese que hacerlo perfecto. Necesitamos más personas imperfectas deseando cuidarse y elegirse. ¡A por ello!
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