En España el 6,7% de la población vive afectada por la ansiedad, una cifra que iguala a la de las personas con depresión y en ambas la cifra de mujeres dobla con un 9,2% a la de los hombres (4%).
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Cifras y porcentajes especialmente preocupantes que sobre todo han aumentado a raíz de la pandemia y que han pasado factura a la salud mental de los españoles. Una especie de epidemia moderna de ansiedad que para muchas personas forma ya una parte normal del día a día, pero la realidad es que existen numerosas situaciones cotidianas que pueden estar alimentando excesivamente ese malestar y esa ansiedad.
Situaciones o incluso rutinas que puedes estar llevando a cabo sin darte cuenta de sus efectos en tu salud mental y que conviene identificar para poder dejarlas a un lado en favor de tu propio bienestar.
Precisamente para intentar cuidar y reducir los niveles de ansiedad del día a día, aquí te enumeramos algunos de los hábitos más comunes que pueden estar provocando la ansiedad. Toma nota.
7 hábitos que provocan ansiedad
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Falta de sueño: dormir las horas de sueño que nuestro organismo necesita juega un papel crucial en nuestro día a día y sobre todo tiene una importante relación con la gestión que hagamos del estrés.
La falta de sueño puede hacer que busquemos esta tensión para mantenernos despiertos, haciendo por lo tanto que nuestro cuerpo genere aún más ansiedad como si estuviera ante una situación de peligro.
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Mala alimentación: son varios los estudios que demuestran que una mala alimentación puede aumentar el riesgo de sufrir ansiedad. Esta es una de las principales razones por las que deberías asegurar una alimentación variada, equilibrada y completa si lo que quieres es dejar a un lado esa ansiedad.
Una de las principales razones de que esto sea así, tiene que ver precisamente con que la falta de alimentos adecuados lleva a una bajada de azúcar que provoca esa aparición de los síntomas de ansiedad. Por otro lado, nutrientes como el calcio, el omega-3 o la vitamina B ayudan al organismo a combatir la ansiedad.
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Desorganización: algo tan sencillo como la falta de organización o de una rutina en nuestro día a día pueden llevar a que la ansiedad aumente. Esto no quiere decir que debamos llevar una organización estricta en nuestro día a día, pero sí organizar mínimamente nuestro tiempo, nuestras ideas y planes, para evitar olvidar citas o detalles importantes que puedan generarnos más ansiedad.
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Exceso de cafeína o alcohol: bebidas como el café, el té, las bebidas energéticas… pueden elevar nuestro nivel de alerta y aumentar la tasa cardíaca, provocando un aumento de la ansiedad.
En el caso del alcohol, su consumo provoca un aumento del nivel de serotonina y de GABA, un neurotransmisor con efecto relajante. Un efecto que relaja nuestro cerebro, pero cuando este se disipa, el cuerpo comienza a activar el modo lucha o huida aumentando aún más la sensación de ansiedad.
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Estilo de vida sedentario: la mayoría de personas que padecen ansiedad tienen un patrón común y este es el de llevar un estilo de vida sedentario, con poca o ninguna actividad física.
Es precisamente cuando no damos salida a toda la energía o la tensión que tenemos, cuando esta energía acaba por alimentar los sentimientos de ansiedad. Esta es una de las principales razones por las que dedicar varios minutos al día para hacer ejercicio podrá contribuir a calmar y relajar tu mente.
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Pensamientos negativos: a menudo las personas con ansiedad son adeptas a los pensamientos negativos. Es precisamente esa afición por pensar en negativo por la que los sentimientos de ansiedad se alimentan aún más. Intenta identificar esos pensamientos y haz un esfuerzo por descartarlos.
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Demasiados azúcares refinados: al igual que sucede con el café, los azúcares refinados también resultan especialmente adictivos. Aunque evitar el azúcar en nuestra dieta es un auténtico reto, te invitamos a intentarlo y a comprobar cómo tu cuerpo se ha acostumbrado a tener su dosis diaria de estos azúcares. Su consumo puede hacerte sentir mejor a corto plazo, pero al igual que sucede con el alcohol o con cualquier droga, después puede provocar irritabilidad y ansiedad.