Siempre se ha dicho que cada pareja es un mundo. Sin embargo, a menudo seguimos enganchados a muchas de las ideas y mitos del amor romántico, esta es precisamente una de las principales causas del fracaso de muchas parejas.
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Parejas en las que a menudo el amor y el apego suelen ir entrelazados, pero la realidad es que es importante saber diferenciar el tipo de apego que existe en la relación para enfrentarse a él. Si hay algo que siempre debería primar y ser importante en cualquier relación, eso es la libertad de ser y dejar ser, la confianza, la conciliación y la aceptación entre ambos.
Precisamente porque el verdadero amor favorece el bienestar, el crecimiento de ambos miembros de la pareja y debería sacar lo mejor de cada uno; el apego tanto ansioso como evitativo debería estar fuera de la relación. A continuación te detallamos los tipos de apego que existen y la mejor forma de enfrentarlos.
¿Por qué se genera el apego en las relaciones de pareja?
El apego se define a menudo como esa creencia de que la vinculación con la pareja nos completa haciéndonos felices y dándonos seguridad, así como también dando sentido a nuestra vida.
Normalmente, cuando existe un apego ansioso o evitativo por otra persona, ese apego limita el crecimiento del otro y se experimenta un deseo insaciable por la otra persona en el que predomina la ansiedad y el miedo a perderla.
Por lo tanto, en estos tipos de apego se anula la libertad de la pareja y también la propia, encaminándose hacia la dependencia y la incapacidad de tener control en nosotros mismos. Relaciones en las que se piensa que vamos a sentirnos más completos a través de la relación con la otra persona y que por lo tanto, están destinadas a ser tóxicas.
Varios estudios al respecto, relacionan este tipo de apegos en relaciones de pareja con los apegos que realizamos en la infancia con aquellas personas o cuidadores a los que consideramos importantes para nuestro bienestar.
Normalmente si durante la infancia se desarrolla un vínculo adecuado y sano, el apego en un futuro también lo será; mientras que si ese vínculo no es adecuado, el apego futuro podrá tender a ser un apego tóxico.
Esto último suele producirse cuando en la niñez percibimos una amenaza o riesgo de pérdida con esa figura o llegamos a desarrollar inseguridad en esa relación de apego, es ahí cuando asociaremos dicho apego a la angustia.
Tipos de apego en las relaciones
En función de esos vínculos que hayamos generado durante la infancia, en la etapa adulta también podremos desarrollar diferentes tipos de apego en las relaciones. A continuación te detallamos algunos de los apegos no saludables más habituales:
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Apego seguro: en el apego seguro existe una frustración y disgusto cuando se da la separación, pero cuando ambos volvéis a encontraros vuelve la seguridad y una respuesta positiva.
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Apego ansioso-ambivalente: este tipo de apego ocurre cuando se sucede la separación y se manifiesta con ansiedad, pero cuando volvemos a estar frente a la persona volvemos a experimentar bienestar. Aún así, esa ansiedad no consigue calmarse y no volvemos a la tranquilidad.
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Apego evitativo: este tipo de apego ocurre cuando existe un nivel muy escaso de ansiedad y desinterés al reencontrarse con la persona que aporta seguridad.
¿Cómo enfrentarse al apego en las relaciones de pareja?
Si sientes que en tu pareja puedes estar experimentando un apego no demasiado conveniente para tu salud mental o lo has identificado con alguno de los estilos de apego anteriormente mencionados, a continuación te detallamos algunos consejos para poder enfrentarte a ese apego de la mejor manera.
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Aprende a disfrutar de tu soledad: a menudo se tiende a pensar que si esa persona no está nuestro mundo se desploma. Y la realidad es que lejos de eso, la vida continúa. No solo es importante que aprendas a disfrutar de tus momentos a solas, sino también que le des valor al resto de personas, familiares y amigos que te rodean y que también forman parte de tu vida.
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Aprende a quererte: cuando existen estos tipos de apego, a menudo se invierte demasiado tiempo en pensar en el bienestar de la otra persona y tendemos a olvidarnos de nosotras mismas. Esta es una de las principales razones por las que deberías empezar a aprender a quererte también a tí misma y a trabajar más en tu autoestima. Ponte objetivos, invierte tiempo en alguno de esos proyectos personales con los que sueñas y disfruta de ti.
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La pareja no te completa: entiende que tú no eres alguien incompleto y por lo tanto la pareja no te completa, sino que te hace crecer, te brinda apoyo y te aporta bienestar. La independencia de ambos es algo imprescindible en cualquier relación sana.
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No dudes en buscar ayuda: si sientes que lo necesitas, no dudes en buscar apoyo en un psicólogo o psicóloga. Es importante que luches por tu propio bienestar y que aprendas a estar bien contigo misma, para poder evolucionar después de forma sana en cualquier relación o para simplemente aceptarte y quererte a tí misma como te mereces.