Se denomina distimia a una depresión crónica de intensidad leve que, habitualmente, se presenta en el 5-6% de la población general, y es más frecuente en mujeres menores a 64 años en comparación con los hombres de cualquier edad.
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El término distimia fue acuñado por Karl Ludwig Kahlbaum, psiquiatra alemán director del Sanatorio Psiquiátrico de Görlitz, para referirse a las alteraciones de las emociones, hablándose desde entonces de distimias miedosa, ansiosa, irritable, etc. Su significado actual se acuñó en 1980, cuando aparece en el Manual Diagnóstico de la Asociación Americana de Psiquiatría (DSM).
Síntomas de la distimia
Algunos de los síntomas más comunes de la distimia, aunque cada individuo puede experimentarlos de una forma diferente, pueden incluir:
- Tristeza, ansiedad o sensación de "vacío" persistentes
- Pérdida de interés en actividades que antes se disfrutaban
- Llanto excesivo
- Mayor inquietud e irritabilidad
- Menor capacidad de concentrarse y tomar decisiones
- Disminución de la energía
- Pensamientos de muerte o suicidas, intentos de suicidio
- Aumento de los sentimientos de culpabilidad, desamparo y, o desesperanza
- Alteraciones del peso y, o del apetito debido a comer de forma insuficiente o excesiva
- Alteraciones en los hábitos del sueño
- Aislamiento social
- Síntomas físicos que no ceden ante los tratamientos estándar (por ejemplo, dolor crónico, dolor de cabeza)
Los síntomas de la distimia pueden confundirse con los de otros trastornos psiquiátricos por lo que siempre hay que consultar con un médico para el diagnóstico.
Distimia femenina y los fenómenos de amor y desamor
Según Silvia Sumell, tutora del Grado de Psicología de la UOC, "la idea de amor en nuestra sociedad sigue siendo el mito de amor romántico. Ese amor eterno que pensamos que va a ser para toda la vida, en el que persiste la idea de que si nos quieren hay que darlo todo, que idealiza a la pareja, nos vuelve posesivos y celosos, con necesidad de control o pertinencia".
Además, continua la experta, "persiste también la idea de la 'media naranja': no somos nadie sin el otro y juntos formamos uno solo".
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Una creencia que está relacionada con el artículo publicado por José Manuel García Arroyo, médico del departamento de Psiquiatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de Sevilla, sobre los resultados de un estudio llevado a cabo en 2011 para evaluar la relación de la distimia con el amor y el desamor.
En dicho estudio, se analizó a dos mujeres distímicas a las que ya se estaba tratando mediante psicoterapia, a raíz de la cual se pusieron de manifiesto aquellos componentes internos que sustentaban los síntomas depresivos. Además, según asegura el psiquiatra, estos mismos hallazgos se confirmaron después en otras pacientes con idéntico diagnóstico.
Para el análisis de estos casos de dos mujeres con diagnóstico de distimia (según CIE-10), se examinaron los "componentes subjetivos" mediante el "Método de Abordaje de la Subjetividad" (MAS). Es decir, entrevistas no-directivas y registrando las expresiones verbales de modo fiel, al tiempo que se prescinde de cualquier alusión a teorías, creencias particulares, juicios de valor, etc.
El resultado al que se llegó es que "se reconocía en estas pacientes una desinserción sentimental respecto al objeto de amor, un convivir desencantado con sus parejas y la imposibilidad de separación, al mismo tiempo que aparecían insidiosamente los síntomas depresivos".
Este desarrollo las lleva a la caída del 'ideal de amor' al que aspiraban, que sostenía sus vidas y funcionaba como una 'agarradera de la personalidad', razones por las que no mejoraban en su sintomatología.
Estos resultados están relacionados con otros estudios llevados a cabo por el doctor José Manuel García Arroyo, como el explicado en su ponencia de 2007 sobre 'Los otros duelos o los fundamentos inconscientes de la distimia' basada en un estudio basado en "una muestra abundante de pacientes en los que se descubrió la presencia de un 'duelo no vivenciado' que condicionaba la alteración anímica".
El análisis efectuado mostró al grupo de expertos que "existen duelos inconscientes (los 'otros duelos'), como los aquí estudiados, en los que la pérdida no es reconocida por la persona implicada (tampoco por el psiquiatra) y que se refieren a una desinserción afectiva del 'objeto', fenómeno que sólo se hace consciente a lo largo del tratamiento y que tiene que ver con los 'fundamentos inconscientes de la distimia'".
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