El eterno debate: baño o ducha. Pros y contras de cada opción

No nos duchamos solo por motivos evidentes de higiene, lo hacemos también para despejarnos cuando es muy temprano por la mañana, para cantar al son de Adele bajo un chorro de agua caliente o, simplemente, para relajarnos después de un día largo.

Sea cual sea el motivo que te empuje hacia el baño, toalla en mano, alguna vez te habrás enfrentado al eterno debate: darte un baño o mejor una ducha. Lo cierto es que los baños son más largos y relajantes, y las duchas más rápidas y refrescantes, pero ¿cuál es mejor?

El mejor método de limpieza para tu cuerpo dependerá de los beneficios que quieras conseguir. Si tienes la suerte de poder disfrutar de ambas opciones en la comodidad de tu hogar, es bueno conocer las ventajas y desventajas de cada ruta de higiene.

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Si eres más de duchas...

En primer lugar, la ventaja más obvia de la ducha frente al baño es que son más eficaces en lo que a la limpieza se refiere. Esto se debe a que distribuye el agua de una forma uniforme y se desprende de aquella que ya ha sido ensuciada escurriéndola rápidamente por el desagüe, al contrario que la bañera, donde se mantiene el mismo agua hasta el final.

Cuando te duchas, el agua se mezcla fácilmente con el jabón de tu cuerpo para deshacer la suciedad y las bacterias adheridas a tu piel. Las duchas son también una ruta de higiene más adaptada a la vida diaria, son más rápidas y gastan mucha menos agua que un baño. Por lo que ahorrarás tanto en tiempo como en dinero.

Pero, lejos de practicidades, las duchas también pueden aportar grandes beneficios a tu salud. La temperatura ideal del agua ronda entre los 25 y los 30 grados, pero una buena ducha de agua fría puede ayudarte a activar la circulación de tu cuerpo. Además, estimula el flujo sanguíneo de tu cuero cabelludo y, de esta manera, hace que tu pelo y tu piel obtengan un aspecto más brillante.

Si eres más de baños...

Que las duchas sean más útiles para la limpieza diaria no resta valor a los beneficios que un baño puede aportar a tu cuerpo de vez en cuando. La principal ventaja de los baños sobre las duchas son los ingredientes beneficiosos para tu piel que puedes añadir al agua. Pueden servir como relajante muscular, como exfoliante para la piel, e incluso como estimulador del sistema nervioso.

Por ejemplo, los baños de avena calman la inflamación, pueden utilizarse para aliviar los síntomas de diversos problemas cutáneos y para calmar el enrojecimiento de la piel. Unas gotas de aceites esenciales pueden servir para relajar los músculos cansados. Y la lavanda y el eucalipto son especialmente relajantes.

Los baños de aromaterapia relajan no solo el cuerpo, también la mente. Realizar baños de agua caliente frecuentemente puede ayudar a disminuir el estrés y la fatiga, ya que calman los nervios y hacen que te relajes.

El detalle más importante que has de tener en cuenta, si eres una apasionada de los baños, es la posterior y correcta limpieza de la bañera. Enjuagar la superficie para eliminar todos los restos de lociones y jabones que se hayan podido acumular es esencial para disfrutar de los próximos baños.