Conocemos bien los beneficios de la dieta en nuestra calidad de vida. Esto también implica su influencia sobre la fertilidad y la reproducción humana. Hoy en día un gran número de parejas tienen dificultades para conseguir embarazo.
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Evidentemente, la dieta no es el factor más importante, ya que sabemos que la edad de la mujer es el marcador pronóstico por excelencia; sin embargo, la manera en que nos alimentamos y nos cuidamos influye sobre nuestro metabolismo hormonal y esto tiene un efecto directo sobre la preparación de nuestro cuerpo de cara al embarazo y bienestar fetal.
Con una buena dieta podemos facilitar la llegada del embarazo en aquellas parejas que tienen mayores dificultades. A la hora de pronosticar a una pareja sobre el potencial de su fertilidad, el peso corporal juega un papel importante.
Mantener un peso adecuado va a influir en las posibilidades de embarazo y por tanto en el éxito de los tratamientos de reproducción asistida, si fuera necesario. El sobrepeso y la obesidad empeoran siempre el pronóstico reproductivo.
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Un ejemplo son aquellas mujeres con síndrome del ovario poliquístico, las cuales a veces tienen obesidad y resistencia a la insulina. Estas pacientes pierden sus ciclos menstruales y ese es uno de los motivos por los que les es más difícil quedar embarazadas, ya que no tienen ovulaciones espontáneas.
La reducción del peso inicial de un 5 % puede verse reflejado en una mejora en las tasas de ovulación y embarazo espontáneo. Por tanto, en ellas, una dieta rica en fibra y baja en grasas, harinas blancas y azúcares de mala calidad (refinados) facilitará mucho las cosas.
Además, está demostrado científicamente que las mujeres con obesidad, a través de diferentes mecanismos, liberan unas sustancias que conducen a un estado proinflamatorio afectando a la calidad del óvulo, la receptividad endometrial y una correcta implantación, presentando un aumento de complicaciones como la tasa de aborto espontáneo y la reducción de los resultados en los tratamientos de reproducción asistida.
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Alimentarnos adecuadamente y hacer ejercicio físico serán factores beneficiosos para cualquier mujer. Estos son los nutrientes y vitaminas importantes cuando se busca un embarazo (algunos son también beneficiosos para el hombre, ya que la espermatogénesis o formación de los espermatozoides depende de ellos):
Vitaminas del grupo B Folatos (la forma sintética es el ácido fólico). Indispensable para la correcta formación del tubo neural del feto, ya que ayuda a la formación del ADN celular. Se encuentra en hortalizas de hojas verdes (apio, canónigos) y frutas cítricas.
Alimentos ricos en inositol (derivado de la vitamina B) presente en: cereales integrales, frutas cítricas, semillas y legumbres.
Resveratrol que se encuentra en los frutos rojos, uva roja, chocolate puro….
Ambos nutrientes pueden ayudar a mejorar el ritmo del ciclo menstrual y la calidad del óvulo.
Hierro. Unos buenos depósitos de hierro antes del embarazo o durante el primer trimestre harán que la anemia fisiológica de la embarazada, así como el parto y posparto (en el que el sangrado es abundante) sean mucho mejor tolerados. Importantes: legumbres, espinacas, mariscos…
Antioxidantes. Los encontramos en ensaladas de fruta y verduras, especialmente las de color verde, rojo y amarillos. Algunos ejemplos serían la col rizada el pimiento rojo y los arándanos. Lo ideal es limpiarlas bien y cocinarlas a mínima cocción, para que no pierdan sus propiedades. Si pueden ser de cultivo ecológico, para evitar pesticidas, todavía mejor.
Vitamina E. Disponible en grasas como el aceite de oliva, las semillas y los frutos secos.
Vitamina C. Facilita la absorción del hierro y multiplica la eficacia de la vitamina E. Presente en frutas como el limón, la naranja, la mandarina y el kiwi.
Omega 3. Grasa poliinsaturada con muchísimos beneficios para la mujer y también para el hombre (formación de los espermatozoides). Lo que conocemos como "grasas buenas". Dietas ricas en aguacate, pescado azul (como el salmón), aceite de oliva, semillas de chía y frutos secos.
Selenio. Se trata de un mineral que actúa como antioxidante y potencia la acción de la vitamina E. Se encuentra en los cereales integrales, levadura de cerveza, nueces de Brasil y piñones (entre otros). También es muy necesario para el hombre, ya que mejora la calidad y movilidad de los espermatozoides.
Zinc. Mineral esencial para nuestro organismo. Su requerimiento es importante durante el embarazo y, por ese motivo, debemos tener niveles correctos. Lo encontramos en el plátano, polen de abeja, verduras de hoja (como la lechuga y espinaca) y en el germen de trigo. En los hombres mejora la morfología y motilidad de los espermatozoides.
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En conclusión, podemos decir que la dieta es un factor a tener en cuenta para la salud reproductiva. Realmente, tu peso puede marcar la diferencia con respecto a tu fertilidad, y no solo en lo referente a las posibilidades de quedarte embarazada, sino también en tus opciones de disfrutar de un embarazo sin complicaciones.
Como concepto, debe ser libre de alimentos procesados, azúcares y harinas refinadas. Se deben eliminar el tabaco y el exceso de alcohol, así como las bebidas edulcoradas y aromatizadas.
*La doctora Cayetana Barbed es ginecóloga especialista en reproducción asistida en el Centro Médico Teknon de Barcelona.