A medida que se cumplen años, desciende el número de relaciones sexuales que se mantienen. Esto es lo que se desprende del estudio realizado por el Instituto Kinsey para la Investigación en Sexo, Género y Reproducción de la Universidad de Indiana (Estados Unidos), que asegura que entre los 18 y 29 años se tienen un promedio de 112 relaciones sexuales al año.

Y a partir de ahí, la edad sube y la media baja: entre los 30 y los 39 años se sitúa en 86 veces anuales, y 69 veces al año a partir de los 40.

Más allá de los 50 años, y debido principalmente a las hormonas que anticipan la menopausia, el deseo desciende y con él las relaciones sexuales.

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Según un análisis realizado por Domma, compañía especializada en el bienestar y la salud de la mujer madura, el 65% de las mujeres experimenta una bajada de la libido durante la menopausia y el 56% sufre de sequedad vaginal. En el estudio han participado más de 2.000 mujeres.

El equipo de especialistas en ginecología y sexología de la compañía señala que ello se debe a que, durante la menopausia, el nivel de estrógenos desciende de forma progresiva, causando síntomas, tanto físicos como emocionales, que provocan una pérdida progresiva de la libido y del deseo sexual.

En esta etapa el ovario deja de funcionar, se producen menos hormonas, menor lubricación, aparece cierta atrofia, las relaciones resultan molestas y se dejan aparcadas. También influye el cerebro, como en casi en todo lo que tiene que ver con la anatomía.

Además, la mucosa vaginal se vuelve más seca y fina, las paredes de la vagina pierden elasticidad y fuerza y aumenta la sequedad en este órgano. Por todo ello, una mujer puede sentir que necesita más tiempo para excitarse y que le cueste más lubricar de forma natural y las relaciones íntimas pueden volverse incómodas, molestas o dolorosas.

La premenopausia

La menopausia suele comenzar entre los 45 y los 55 años, pero antes de ella, las mujeres pasan por la llamada premenopausia. Se trata de una etapa que dura entre dos y siete años, es decir que es probable entrar en ella entre los 38 y los 40, aunque los ovarios siguen funcionando y se continúa teniendo la regla, comienzan a manifestarse cambios en el cuerpo que afectan a la salud física y mental. Se considera que la menopausia aparece después de pasar 12 meses seguidos sin tener la regla.

 “Lo más importante es entender y aceptar que todo esto es normal y que se debe a los múltiples cambios hormonales de esta etapa. Y, sobre todo, tener presente que es posible buscar soluciones a los síntomas físicos o psicológicos que impiden disfrutar del sexo en esta tapa para volver a disfrutar de las relaciones y ganar así en bienestar” explica Cristina Martínez, co-fundadora de Domma.  

Tratamientos para la zona

En este sentido, se recomienda la hidratación diaria para mejorar la vida sexual durante la menopausia. “Es fundamental diferenciar los lubricantes, que se utilizan solo durante las relaciones íntimas, de los hidratantes, que es recomendable utilizar a diario para hidratar la vulva y mantenerla húmeda. Ello ayudará a mejorar la libido y a reducir la molesta sequedad vaginal”, explica Martínez.

Asimismo, Cristina Martínez recomienda acudir a un especialista para que analice el estado del suelo pélvico de cada mujer y le recomiende de forma personalizada los ejercicios más adecuados para mejorar el tono de su musculatura pélvica. “Los ejercicios de kegels o hipopresivos son fundamentales durante esta etapa y no solo para prevenir problemas de incontinencia. Tener el suelo pélvico ejercitado implica fortalecer los músculos que participan en el orgasmo, haciendo que se disfrute más de estos y mejorando las relaciones íntimas”, añade Martínez.

Los entendidos en salud de la mujer aseguran que es importante conocer que existen muchos tratamientos en el mercado capaces de paliar estos síntomas. Desde la reposición de estrógenos locales, hasta tratamientos con terapia láser que pueden mejorar esa mucosa recuperando el colágeno o incluso sérum a base de aceites esenciales capaces de hidratar la zona y reactivar la lubricación natural.