Padres y madres suelen quejarse de las rabietas infantiles. También de los malos modos que, a veces, tienen los y las adolescentes. No los comprenden. Miran a sus hijos e hijas y no saben ni quiénes son. Sin embargo, la doctora en Psicología Clínica estadounidense Mona Delahooke ha encontrado la clave para comprender esos malos comportamientos: la neurobiología.
En su nuevo libro, Neurociencia para padres Cómo interpretar el comportamiento infantil (Oberon, 2023), Mona Delahooke aplica sus conocimientos neurocientíficos a la educación. Así logra abrir una ventana para comprender las rabietas y los malos modos. Lo que viene a decir es que todo eso no es, en sí, un problema.
En realidad, se trata de un síntoma de algo que está pasando a nivel neurofisiológico. De ese modo facilita interpretar y ayudar a corregir la conducta de tus hijos, para cambiar sus comportamientos.
Qué es la neurociencia
La neurociencia es una disciplina científica que estudia el sistema nervioso desde todos sus aspectos. La intención es comprender cómo funciona el sistema nervioso. Así, se entienden y se pueden regular las emociones, conductas, pensamientos, e incluso funciones corporales básicas, como la respiración y el palpitar del corazón. Con ello se obtienen beneficios, por ejemplo, en el control de la ansiedad o los miedos.
Para Mona Delahooke, el término neurociencia “significa que cuando entendemos la fisiología subyacente de un niño, nos ayuda a saber qué hacer para ayudar a un niño a desarrollar resiliencia”. Y ese desarrollo será clave en su felicidad y en aprender a gestionar sus emociones desde la infancia.
Por eso, la doctora Delahooke decidió escribir su libro “porque siento que la mayoría de los padres, y también los proveedores de atención infantil, incluidos los pediatras, no entienden cómo apoyar el desarrollo emocional y los problemas de comportamiento de los niños”.
Autorregulación y autocuidados
Comprender el funcionamiento del cerebro y el cuerpo de tus hijos ayuda a interactuar con ellos de una forma mejor. Pero, además, al educarles hay dos claves que se deben trabajar, según la doctora: la autorregulación y los autocuidados.
Por un lado, la autorregulación es esencial para que aprendan a gestionar sus emociones, a saber usarlas y expresarla. Para ello, aclara la psicóloga, “necesitan que un adulto les proporcione sintonía, atención y corregulación. Así podrán desarrollarlo ellos mismos”.
Por otra parte, aprender de los autocuidados desde la infancia es fundamental para llegar a la edad adulta y saberte cuidar.“Les ayudaremos a cuidar de sí mismos según lo bien que los cuidemos”, advierte la doctora. Por eso, conocer sus necesidades es clave.
Desde la neurociencia se les puede ayudar a vivir sus emociones y a desarrollarlas. “Les ayudamos a prestar atención a las sensaciones y sentimientos de su cuerpo que, algún día, pueden convertirse en una experiencia emocional”, explica la psicóloga clínica, que recuerda que el primer año de vida es clave en nuestro desarrollo.
“Esto es cuando el cerebro está más abierto a las ‘instrucciones’ de cableado que suceden a través de las experiencias relacionales y ambientales que tienen”, recalca.
Cómo actuar ante una rabieta
Los padres sienten terror ante las rabietas de sus hijos. Sin embargo, lo cierto es que pueden ayudar al desarrollo infantil. Lo importante es comprender de dónde vienen, para ayudarles a gestionarlas.
“Podemos pensar en las rabietas como respuestas al estrés. Los niños no crean rabietas, sino que estas pasan a través de los niños. Esto significa que las rabietas no son intencionales, son un signo de la activación de la respuesta de ‘lucha o huida’ del sistema nervioso simpático”, aclara la experta.
Por eso, la manera de afrontar las rabietas pasa por comprender qué les ocurre. Puede deberse al cansancio, el hambre. Por estar muy emocionados o por estrés emocional, por frustraciones o también pueden ser manipuladoras. Pero todas comparten algo: no saben manejar lo que les está pasando.
Por eso, más que castigar, toca entender y enseñarles. “Sabemos que cuando un niño tiene problemas para comportarse, el comportamiento puede ser impulsado por una autorregulación inmadura. Es decir, nos aleja del simple castigo hacia una comprensión más completa de los comportamientos de los niños”, señala Delahooke.
Así “podrás construir una relación más feliz y conectada con tus hijos y una dinámica familiar más armoniosa”.
Pautas para ayudar a crecer en armonía a tus hijos
Pedimos recomendaciones a la doctora Mona Delahooke que ayuden a mejorar en cómo educar a los hijos e hijas. Estas son sus sugerencias:
No practicar el silencio. Si un niño llora o se siente mal, hay que “responder a su angustia”, señala Mona Delahooke. Lo peor que se puede hacer para educar a menores saludables mentalmente es castigarles con el silencio.
Atender sus demandas. Del mismo modo, la doctora anima a “prestar atención a su necesidad de ayuda”, ya que la sensación de desamparo es muy dañina.
No convertirles en mentirosos. Concederles el beneficio de la duda es la mejor forma de ayudarles a que no mientan. Si sientes que confías en ellos, mejorarán.
Recordar que son pequeños. Un mal comportamiento generalmente es causado por un niño que carece de las habilidades o la capacidad para cumplir con las demandas de una situación.
Práctica la autocompasión. Muy necesaria porque, como recuerda Delahooke, “la crianza de los hijos es muy difícil”.