El final del verano está cada vez más cerca y toca volver a la rutina. Se van acabando los días de tomar el sol en la playa, la montaña o la piscina y toca mimar la piel y cuidarla después de los excesos de las vacaciones. Para hacerlo adecuadamente conversamos con la dermatóloga Leticia Alonso, del grupo Pedro Jaén.
"Después del verano es conveniente hacer algún tratamiento exfoliante para renovar la superficie de la piel", recomienda la doctora.
Y añade que deberemos complementarlo con una hidratación intensiva y revisar la posible aparición de manchas para tratarlas, en tal caso, adecuadamente según su origen.
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Cuidados para todos los días
Pero no solo debemos cuidar la piel después del verano, debemos hacerlo siempre. Para no equivocarnos preguntamos a la experta por los pasos imprescindibles y nos da los siguientes:
- Limpieza por la mañana y por la noche. Esta retirará los residuos de piel muerta, grasa de los cosméticos, y favorecerá la penetración y efecto de los cosméticos que apliquemos después.
- Hidratación+antioxidantes (por el día). La hidratación es fundamental para mantener la barrera cutánea en buen estado y los antioxidantes lo son para combatir la acción nociva de los radicales libres que aceleran la aparición de los signos de envejecimiento de la piel.
- Aplicar fotoprotección. Imprescindible para evitar el fotoenvejecimiento asociado a la radiación solar y el cáncer de piel.
- Renovación (por la noche). Aplicar cosméticos que favorezcan la renovación de las capas superficiales de la piel gracias a su contenido en ácidos y/o retinol.
"Básicamente, los pasos son los mismos para hombres y mujeres, aunque hay que adaptar los activos y los productos a las necesidades específicas de cada piel", apunta Alonso.
A estos cuidados añade la dermatóloga que habría que sumar la exfoliación "alguna vez por semana. La frecuencia y el producto más adecuado para ello vendrán determinados por las características de la piel de cada paciente".
Cuidados específicos por edad
Según explica la experta, a cualquier edad son importantes la limpieza, la fotoprotección, llevar una vida sana, no fumar y tomar precauciones, como son la vigilancia y el control parental de los lunares.
Sin embargo, en cada momento la piel tiene unas necesidades específicas que la doctora explica:
- A los 20. "En esta etapa, además de lo mencionado, es esencial implantar las rutinas de cuidado facial, enfocándose en la limpieza y en la hidratación de la piel".
- A los 30. "A lo anterior habría que añadir los antioxidantes en la rutina de cuidado facial de día para neutralizar la acción de los radicales libres y combatir el fotoenvejecimiento de la piel. Es conveniente añadir alfa hidroxiácidos o retinol a bajas concentraciones".
- A los 40. "De nuevo, lo anterior, habría que añadir en todos los casos retinol a la concentración necesaria según tolerancia o necesidades de cada piel. Este derivado de la vitamina A tiene un efecto renovador que actúa sobre todos los signos de envejecimiento de la piel (manchas, arrugas, luminosidad, textura de la piel, poros dilatados…)".
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Si aún no te has ido…
Si tus vacaciones y viajes comienzan ahora o tienes la suerte de poder continuar con alguno, te dejamos los consejos de la doctora Leticia Alonso para proteger la piel del sol, el agua del mar, el cloro de la piscina...
"Los consejos básicos para la protección solar son usar siempre un fotoprotector tópico de amplio espectro con un SPF50+, no exponerse al sol en las horas centrales del día y usar medidas adicionales como sombreros de ala ancha, gafas de sol y ropa ligera, pero cubriente. Además, hay que reaplicar el fotoprotector después de cada baño o cada dos horas (antes si se suda mucho, nos rozamos con la toalla o la ropa…)", dice.
"Respecto los demás factores ligados al verano, fundamentalmente, es necesario enjuagarse con agua dulce después de bañarse en el mar o la piscina, acabar las jornadas con una ducha para retirar los restos de crema solar, sudor, arena, salitre, cloro… de la piel y del pelo e hidratar muy bien la piel para preservarla de la deshidratación a la que somos más proclives en verano", añade.
Y concluye: "Es fundamental complementar estos cuidados con hábitos de vida saludable (dieta sana rica en antioxidantes, no fumar, limitar el consumo de alcohol, cuidar la calidad del sueño…)".