Los masajes bioenergéticos cuentan con más de cinco milenios de historia y encuentran su origen en la medicina tradicional china. Esta práctica, cada vez más extendida, está basada en el supuesto de que el cuerpo, la mente y las emociones están estrechamente vinculados a través de los canales energéticos, también conocidos comúnmente como chakras

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Esto quiere decir que, todo lo que pasa por nuestra mente y cómo gestionamos las emociones, tendrá un impacto directo en nuestra salud física. Se trata, en definitiva, de restaurar el flujo de energía estancada en nuestro cuerpo. Si este bloqueo persiste en el tiempo, la consecuencia directa se manifestará a través de malestares y enfermedades de toda índole. 

La premisa básica de los masajes bioenergéticos está en lograr el equilibrio entre estos tres factores para mantener unos niveles óptimos de bienestar y armonía. "Consiste en leer el cuerpo aplicando diferentes terapias como la osteopatía sacrocraneal, la reflexología podal o la kinesiología. Se trata de aunar varios tipos de terapias para lograr mejores resultados", explica Sandthis Murillo, terapeuta.

En un primer momento, este tipo de práctica puede asemejarse a lo que ya conocemos de un masaje tradicional; sin embargo, el fin último no solo se centra en relajar el sistema nervioso para que el cuerpo sea más autónomo, sino en la posibilidad de obtener toda la información posible sobre los bloqueos energéticos existentes.

Para ello, los terapeutas especializados en este método holístico pueden hacer uso de distintas técnicas como, por ejemplo, realizar toques suaves sobre el cuerpo, presionando en puntos específicos y haciendo movimientos fluidos, con el objetivo de liberar esa la energía suspendida, para así fomentar la sanación del paciente

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"Una contractura indica que la energía no está fluyendo en esa zona determinada. Allí hay un estancamiento", señala Murillo. Para Murillo, "el cuerpo habla" sobre todo lo que nos pasa en nuestro día a día. "Por ejemplo, si una persona está pasando por un mal momento dentro de la pareja, es probable que presente una contractura en la zona del trapecio superior", apunta.

En este sentido, la terapeuta se refiere a puntos concretos donde suele producirse la falta de fluidez energética, pues cada uno de ellos tiene un significado y nos muestran distintas circunstancias mentales y emocionales. "No solo se trata de eliminar el malestar físico, sino que el paciente tome conciencia del origen de su condición muscular", continúa. 

Entre los beneficios que se destacan de esta práctica se encuentran la reducción del estrés y la ansiedad, la mejora de la circulación sanguínea, la relajación profunda y la revitalización del cuerpo y la mente. "Los cambios se producen gracias a esa toma de conciencia, aunque en ocasiones no baste con un masaje energético, sino que el paciente pueda requerir de otro tipo de ayuda profesional complementaria", señala.

Una de las claves del éxito de los de los masajes bioenergéticos es la intención del terapeuta y la conexión que exista entre este y el paciente, pues se cree que estas influyen directamente en la eficacia del masaje. Así, la presencia consciente y el enfoque en el bienestar del receptor son aspectos fundamentales de esta experiencia.

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"En cuanto a la parte física, el cuerpo se oxigena con el fluir de la sangre. Respecto a la parte emocional, se hace esa toma de conciencia de cómo está somatizando nuestro cuerpo y cuál es el origen. Y, por último, esa parte psicológica, trabajando directamente con el sistema nervioso, pues cuerpo y mente se sienten mejor", detalla Murillo. 

Esta práctica no es estándar, sino que se adapta a las necesidades y circunstancias propias de la persona que los recibe y busca su máximo bienestar. "Creo que con solo tocar al paciente ya se produce un cambio, aunque sea pequeño. Y es que la sociedad está cada vez más individualizada y necesitamos afecto, somos seres gregarios", dice.

Los masajes bioenergéticos se muestran como una opción ideal para ayudar a equilibrar los tres elementos, que son la mente, el cuerpo y el espíritu. Así se podrán obtener todos sus beneficios para alcanzar un estado óptimo de salud mental y física, un tema que cobra cada vez más valor en la sociedad actual ante el ritmo tan ajetreado al que se enfrentan las personas cada día.