Compresas y tampones: esta es la razón por la que pueden afectar a la salud reproductiva de las mujeres

Cada 28 años días por regla general, a veces con dolor otras sin él, las mujeres reciben su visita esperada pero no siempre bienvenida aunque forme parte del ciclo menstrual de las mujeres en edad fértil. La menstruación tiene como compañeros inevitables de viaje productos de higiene íntima destinados a usarse durante el sangrado mensual. Los más conocidos son las compresas y los tampones, aunque en los últimos años han aparecido otros métodos alternativos, así como otras corrientes como el llamado sangrado libre.

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Se calcula que una mujer puede usar más de 10.000 tampones o compresas a lo largo de su vida, una cifra importante que pone el foco en este tipo de artículos. ¿Cuál es su composición?, ¿son seguros? La información más básica es que están fabricados con materiales que absorben los fluidos y que entran en contacto con los tejidos internos y externos de la vulva. Estos son muy permeables, así que también absorben las sustancias de las que se componen los productos menstruales. Esto hace necesario plantear una cuestión: cómo afectan esos materiales la salud y si pueden llegar a ser perjudiciales.

Un estudio de la Universidad George Mason (EE. UU.) publicado recientemente en la revista 'BJOG An International Journal of Obstetrics & Gynaecology' ha desvelado que las sustancias químicas encontradas en compresas y tampones pueden afectar a la salud reproductiva de las menstruantes. Se trata de alteradores endocrinos que pueden interferir con las hormonas humanas y causar problemas médicos, entre ellos afecciones ginecológicas como la endometriosis y los fibromas uterinos.

Los investigadores habrían encontrado diversas sustancias químicas como parabenos o fragancias que pueden alterar el sistema endrocrino. Identificarlas es crucial para que la salud no se vea afectada. A este respecto destacar que la ley Robin Danielson de Seguridad de los Productos Menstruales y de Cuidado Íntimo presentada en Estados Unidos en octubre de 2023 en Estados Unidos establece la necesidad de investigar sobre los riesgos que plantea la presencia de dioxinas, ftalatos, pesticidas, fragancias químicas y otros componentes de los productos menstruales y de cuidado íntimo.

Los materiales de las compresas y tampones contienen sustancias químicas. iStock

Las autoras del nuevo estudio revisaron 15 trabajos anteriores realizados desde 2103 en los que se midieron sustancias químicas en productos menstruales y biomarcadores humanos de exposición química y determinaron que se encontraron sustancias químicas que alteran el sistema endocrino en productos menstruales, incluidos tampones, compresas, protectores y toallitas íntimas. "Identificar las sustancias químicas en los productos menstruales que usan las mujeres es importante porque la exposición a través de estos productos puede afectar a su salud reproductiva", asegura una de las investigadoras.

Estos no son los únicos trabajos que se han llevado a cabo y que alertan sobre la composición de estos productos. Las compresas contienen plásticos en un 90%, como polietileno, polipropileno y poliéster. También están presentes las fibras de celulosa, polímeros muy absorbentes, fragancias, pigmentos colorantes, emulsionantes y sustancias hidratantes. En cuanto a los tampones, se pueden componer de algodón, rayón, polietileno, polipropileno y poliéster. 

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Muchos colectivos de mujeres piden más investigación para garantizar la seguridad sanitaria. La presencia de sustancias químicas y el peligro que puede suponer su absorción ha hecho que otras opciones como la copa o las bragas menstruales vayan subiendo en popularidad. No es el único peligro que el uso de compresas y tampones puede entrañar. Tiene enfermedades asociadas como el síndrome del shock tóxico, que puede darse por el uso de tampones cuya absorción sea superior al flujo habitual, la vulvovaginitis o dermatitis vulvar. Por eso, elegir productos que estén hechos con materiales 100% naturales es la mejor opción.