¿Varices o arañas vasculares? Es importante conocer sus diferencias para aplicar la técnica de cura, adecuada a cada una de ellas.
Desde Magas hablamos con el doctor Enrique Puras Mallagray, jefe de servicio de Angiología y Cirugía Vascular de Olympia Quirónsalud y del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, para poner un poco de luz en torno a esta dolencia.
El experto nos explica que “entre los factores de riesgo que se encuentran asociados a la aparición de varices están la edad, el sexo, los antecedentes familiares de varices, la obesidad, el embarazo y la flebitis previa de la pierna. También existen factores ambientales o de comportamiento asociados a esta patología, como aquellas profesiones que obligan a permanecer de pie durante largos períodos de tiempo”.
Y añade: “Es importante destacar que la genética desempeña un papel muy importante en la predisposición a las varices, y si hay antecedentes familiares de varices, tanto hombres como mujeres tienen un mayor riesgo de desarrollarlas. La estadística dice que si ambos progenitores tienen varices, la posibilidad de descendencia con este problema supera el 80%”.
En general, asegura el doctor, las mujeres tienden a experimentar varices con mayor frecuencia que los hombres.
“Las varices son más comunes durante y después del embarazo, debido a los cambios hormonales, al aumento de la presión en las venas pélvicas, y al mayor volumen de sangre circulante. El embarazo es sin duda, la causa fundamental de las varices pélvicas, patología que es la segunda causa porcentual de los dolores pélvicos crónicos, sólo por detrás de la endometriosis”.
“Las mujeres también pueden desarrollar varices relacionadas con la toma de anticonceptivos orales u otros tratamientos hormonales, y ello está más ligado a la aparición de las telangiectasias o arañas vasculares”, afirma.
Pero, ¿qué son las varices y qué tipos de varices existen?
Las venas varicosas son venas dilatadas superficiales que se hacen progresivamente más tortuosas. Esto, con el paso del tiempo, da lugar a la insuficiencia venosa crónica, que representa un espectro de enfermedades que van desde simples telangiectasias o venas reticulares hasta, en etapas más avanzadas, con la fibrosis de la piel, la aparición de las temidas úlceras venosas.
Las principales características clínicas de esta insuficiencia venosa son las venas dilatadas en las piernas junto con edema, dolor de piernas y cambios cutáneos crónicos en la pierna.
¿Por qué se llegan a formar?
Las venas de la extremidad inferior se dividen en venas superficiales, profundas y perforantes. El sistema venoso superficial está ubicado por encima de la fascia muscular. Está compuesto por una red interconectada de venas, entre las que se incluyen la vena safena interna y la vena safena externa, así como varias venas accesorias, que pueden desarrollar una patología que contribuye a la insuficiencia venosa.
El sistema venoso profundo está ubicado por debajo de la fascia muscular. Las venas profundas de la extremidad inferior están formadas por venas axiales, que siguen el curso de las arterias principales, y venas intramusculares, que incluyen sinusoides venosos y plexos. Las venas perforantes atraviesan la capa fascial anatómica para conectar el sistema venoso superficial con el sistema venoso profundo.
Las válvulas, dentro de las venas, son esenciales para asegurar que la sangre fluya en la dirección correcta, particularmente en posición de bipedestación.
El retorno de la sangre venosa al corazón se ve favorecido por las contracciones musculares, que bombean la sangre a través del sistema venoso de baja resistencia.
Las válvulas, dentro de las venas, se abren durante la sístole y se cierran durante la diástole para evitar el flujo retrógrado.
En una contracción, el músculo de la pantorrilla puede vaciar del 40 al 60% del volumen sanguíneo de la pierna, lo que puede disminuir la presión venosa en menos de 70 mmHg en solo unos pocos pasos.
El reflujo venoso primario puede ocurrir en cualquier vena superficial o profunda de la pierna, pero es más frecuente en el primero. Con el tiempo, la dilatación venosa impide la adecuada coaptación valvular, lo que provoca reflujo sanguíneo.
El reflujo puede distorsionar aún más la arquitectura venosa y conducir a una dilatación y aparición de varices progresivas. El sistema de venas perforantes, que comunican las venas superficiales y profundas, también forma parte de la estructura valvular y puede actuar como una fuente oculta de aumento de la presión venosa.
¿Cuáles son las complicaciones que pueden aparecer si no se tratan a tiempo?
Las varices, si no se tratan adecuadamente, pueden llevar a serias complicaciones. Algunas de las más frecuentes incluyen:
Úlceras venosas: La acumulación de presión en las venas afectadas puede causar la formación de úlceras en la piel, generalmente cerca de los tobillos. Estas úlceras pueden ser dolorosas y difíciles de tratar.
Trombosis venosa superficial: En algunas personas con varices, las venas superficiales pueden desarrollar coágulos sanguíneos, lo que se conoce como trombosis venosa superficial. Esto puede causar hinchazón, enrojecimiento y dolor en la zona afectada.
Trombosis venosa profunda (TVP): Aunque menos común, las varices pueden aumentar el riesgo de desarrollar trombosis venosa profunda, que implica la formación de coágulos en las venas profundas. Esta condición puede ser grave y potencialmente peligrosa si los coágulos se desplazan a los pulmones, causando una embolia pulmonar.
Hemorragia también conocida como varicorragia: Las varices dilatadas pueden romperse, causando hemorragias. Aunque esto no es común, puede ocurrir y puede requerir atención médica inmediata.
Cambios en la piel: La acumulación de sangre en las venas afectadas puede afectar la nutrición de la piel, lo que lleva a cambios como pigmentación oscura o decoloración, inflamación y engrosamiento de la piel.
Síndrome de piernas inquietas: Algunas personas con varices pueden experimentar molestias, picazón o sensación de hormigueo en las piernas, conocido como síndrome de piernas inquietas.
Infecciones: Las úlceras venosas abiertas pueden aumentar el riesgo de infecciones en la piel y tejidos circundantes.
Otra de las cuestiones a tener en cuenta, fundamentalmente en pacientes de edad muy avanzada o con otros condicionantes médicos importantes, es que no todas las personas con varices desarrollarán complicaciones, y muchas pueden manejar sus síntomas mediante cambios en el estilo de vida y tratamientos médicos adecuados.
Si tienes varices o estás en riesgo, es esencial consultar a un profesional de cirugía vascular para recibir orientación específica sobre tu situación y recibir el tratamiento adecuado.
Antes se extirpaban las venas a través de intervención quirúrgica con todas las complicaciones que conlleva, ¿cuáles son las nuevas soluciones y las nuevas técnicas?
El tratamiento de las varices esta evolucionando de manera muy rápida en los últimos años. En resumen, podemos decir que las técnicas modernas han conseguido que podamos tratar a todos los pacientes de manera eficaz y con mínima agresión.
Según la gravedad del cuadro existen diferentes técnicas. Los casos más leves se tratan a través de escleroterapia, que consiste en infiltrar una composición esclerosante en emulsión de microburbujas de CO2 que daña el interior del vaso y lo termina cerrando a través de un proceso inflamatorio.
En los pacientes con varices más complejas se opta por la eliminación térmica a través de láser o de radiofrecuencia. En estos casos, se introduce mediante anestesia local un catéter, que dirigido mediante ultrasonidos en el vaso varicoso logra dar una energía suficiente como para dañar las proteínas estructurales de la pared del vaso.
Debido al calor que emite el láser o a los pulsos de radiofrecuencia, el vaso se cierra provocando la desaparición de la variz.
Lo más importante es poder disponer de todos estos sistemas y elegir cuál de ellos es el más apropiado para cada paciente, pudiendo en muchas situaciones combinar alguno de ellos en la misma sesión de tratamiento.
Todos estos métodos son completamente ambulatorios y permiten al paciente realizar una vida completamente normal desde el primer día. El índice de recidivas post-tratamiento con estas tecnologías es prácticamente nulo.
¿Existe algún ejercicio para prevenir su aparición o retraso?
Las anomalías en la función de la bomba muscular de la pantorrilla juegan un papel significativo en la fisiopatología de la insuficiencia venosa.
El ejercicio físico, dirigido a la fuerza muscular de los miembros inferiores y la movilidad del tobillo, y la fisioterapia pueden mejorar la movilidad general, promover la pérdida de peso, fortalecer el bombeo de los músculos de la pantorrilla y aumentar el rango de movimientos del tobillo, todo lo cual facilita el retorno venoso.
En todas las fases clínicas de las varices, la terapia de compresión es recomendable. El objetivo es proporcionar una compresión externa graduada. Existen diferentes sistemas de compresión disponibles, como las medias de compresión elástica graduada, los vendajes en capas y otras prendas de compresión con velcro.
El tratamiento con una media de compresión debe proporcionar una mejora significativa en el dolor, la hinchazón, la pigmentación de la piel, la actividad y el bienestar, si se logra su uso mantenido. El uso de cremas hidratantes tópicas, a menudo con lanolina, ayuda a reducir la fisuración y la rotura de la piel, asociadas a la sequedad.
¿Cuáles son los procedimientos para hacer desaparecer las arañas vasculares?
Las arañas vasculares, también conocidas como telangiectasias, son pequeñas venas dilatadas que se encuentran cerca de la superficie de la piel, generalmente en las piernas, pero también pueden aparecer en otras áreas.
Aunque no suelen causar problemas médicos graves, la mayoría de las personas optan por tratarlas por razones estéticas o para aliviar molestias leves.
Las opciones más comunes de tratamiento para las arañas vasculares son:
Escleroterapia: Este es uno de los tratamientos más comunes para las arañas vasculares. Implica la inyección de una solución esclerosante en la vena afectada, lo que provoca que la vena se cierre y eventualmente se desvanezca. Este procedimiento se realiza en el consultorio del médico y no requiere anestesia.
Láser: La terapia láser utiliza luz intensa para calentar y cerrar la vena afectada. Este enfoque es efectivo para tratar arañas vasculares más pequeñas de aspecto rojizo y puede no ser tan eficaz para venas más grandes. Puede requerir varias sesiones para obtener resultados óptimos.
Es importante destacar que la elección del tratamiento dependerá de varios factores, como el tamaño y la ubicación de las arañas vasculares, así como las preferencias del paciente. Además, los resultados pueden variar, y en la mayoría de los casos puede ser necesario realizar varios tratamientos para lograr los resultados deseados.