Cada día más personas se conciencian acerca de los alimentos que consumen en su día a día. Incluso los que hace años eran placeres culposos, como el chocolate o la bollería, ahora se pueden consumir porque han descubierto su versión más saludable. Las empresas también están al tanto de esta concienciación y poco a poco, desarrollan productos que encajarían hasta en las dietas más estrictas, pero que, sin embargo, destacan por su gran sabor.
A pesar de que todos estos avances sean excelentes a la hora de abrir el abanico de los alimentos que añadir a las dietas, si hay algo con lo que vamos a encontrar la verdadera eficacia son con las comidas que llevan con nosotros toda la vida. Mientras que el chocolate 90% o las galletas de proteína pueden ser beneficiosos, no hay nada como la fruta si queremos mantenernos sanos, con energía y perder peso.
Prácticamente, todas las frutas tienen propiedades que benefician a nuestro organismo. Desde el poder nutritivo del aguacate, las vitaminas de las fresas o el aporte de energía de los plátanos, estos alimentos son obligatorios en el régimen de todos los que buscan controlar su peso, pero también, obtener otras ventajas.
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Una de las más famosas y consumidas en España es la manzana. Su consumo ha sido tan habitual con el paso de los años que, al haber aumentado la fama de otras frutas, se ha ido reduciendo su protagonismo en la alimentación de miles de personas. Sin embargo, además de ser una de las más nutritivas, se contempla como una de las más versátiles por la cantidad de recetas que se pueden realizar con ella de protagonista.
Cuando pensamos en comer fruta, uno de los primeros problemas que contemplamos es la temporalidad y la dificultad de encontrarlas fuera de su temporada. Este problema generalmente no ocurre con las manzanas, ya que están disponibles durante todo el año y nos permite trabajar con ellas casi todos los meses. A pesar de que la tarta sea la receta más famosa de este alimento, hay una forma de consumirla que además de nutrirnos de todo su sabor, podemos obtener sus beneficios duplicados.
Los beneficios del zumo de manzana
A pesar de que la manzana entera tiene diferentes beneficios para la salud y es una excelente aliada de cara a la pérdida de peso, una de las formas de consumirla no solo para obtener todas estas propiedades, sino para variar en cuanto a su sabor y textura, es el zumo. Esta bebida contiene los compuestos encargados de la quema de grasa y a su vez, la capacidad saciante como para evitar la ingesta (a veces innecesaria) de otros alimentos entre horas.
Las manzanas suelen ser muy bajas en calorías y ricas en fibra, por lo que nos sentiremos llenos durante más tiempo y conseguiremos frenar los antojos. Además, el zumo de manzana también contiene ácido málico, considerado un compuesto que ayuda a reducir el exceso de grasa y el riesgo de aumento de peso.
Diferentes estudios han descubierto a lo largo de los años la importancia de los polifenoles en la fruta. Estos compuestos apoyan las acciones contra la obesidad y actúan en las células y tejidos, específicamente en los grasos, eliminando los radicales libres, controlando la expresión genética y modulando la transmisión de señales. Las manzanas aportan cantidades importantes de ellos, como los flavonoles, catequinas y prociaciadinas.
Estos compuestos son los que ofrecen a la manzana su capacidad antioxidante y los que, de igual manera, obstaculizarán la capacidad del colesterol dañino para acumularse en las arterias. Cuando consumimos zumo de esta fruta regularmente, en dosis moderadas, no solo estamos ayudando en la quema de grasa y, por tanto, acortando el tiempo para obtener el objetivo que queremos sino que también estamos favoreciendo a nuestro organismo de cara a la salud cardiovascular y reducir el riesgo de accidentes cerebrovasculares.
Además, los zumos de fruta tienen una capacidad excelente de hidratación gracias a sus compuestos elevados de agua. Algunos pediatras, incluso, recomiendan mezclar jugo de manzana con agua para diluirlo y ayudar a las personas deshidratadas a mantener los líquidos.
Así debes preparar el zumo de manzana para perder peso
Para que el cuerpo absorba bien la fibra, las vitaminas y los antioxidantes, conviene elegir cuándo consumir el zumo. Los expertos no recomiendan consumirlo con el estómago vacío porque la acidez propia de las manzanas puede provocar malestar para el resto del día. Lo ideal es tomarlo unos 30-40 minutos antes de cada comida para controlar el peso y mantener la forma física controlada.
Si quieres tomar zumo de manzana puedes o bien acudir al mercado o realizarlo desde casa, lo cual supondrá más nutrientes y beneficios. Para ello, puedes comprar la cantidad de fruta que desees para hacer zumo suficiente, ya que podrá conservarse en el frigorífico para otras ocasiones. Para que dure más tiempo, hay que mantenerlo en envases de vidrio.
Hay muchas variedades de manzana, si elegimos una variedad muy dulce, tenemos que añadir muy poco azúcar en la preparación y, por tanto, más natural será el zumo. Una vez elegidas, estos son los pasos que debemos seguir.
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El primer paso es lavar y cortar las manzanas para asegurarnos de que suelten bien los nutrientes (sin quitar la piel)
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Una vez echo, vamos a cocerlas una olla a fuego alto. Cuando el agua comience a hervir, bajaremos la temperatura y dejaremos que se cocinen.
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Cuando veamos que las manzanas están blanditas, retiraremos el agua de cocción y la apartaremos para su uso posterior.
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Con las manzanas ya maleables, vamos a triturarlas con una batidora de mano, licuadora o máquina procesadora.
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Con la ayuda de un colador, vamos a filtrar todo el zumo asegurándonos de que no quedan restos.
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Si queremos más líquido nuestro zumo, vamos a añadir poco a poco el agua de cocción anteriormente retirada.
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Una vez hecho, vamos a pasar la mezcla a un recipiente de vidrio y cuando estén a temperatura ambiente, podremos meterlos en el frigorífico.