Cada día la concienciación acerca de cuidarse a uno mismo es más grande. Comer sano ya no resulta caro ni desconocido para los supermercados e ir al gimnasio hace mucho tiempo dejo de ser algo exclusivo de un grupo de personas. Tan popular se volvieron ambos conceptos que ahora podemos encontrar comida saludable por todas partes y quienes hacen ejercicio, ya no solo se centran en desarrollar músculos, sino en quererse a ellos mismos. O incluso, desconectar.
Lo cierto es que por mucho que se haya normalizado el deporte como forma de desahogo, todavía muchas personas siguen buscando el cuerpo que llevan años teniendo en mente. Unas piernas tonificadas, energía y resistencia suficiente, unos brazos delgados, unos muslos firmes y, sobre todo, un abdomen plano. Sin embargo, muchas veces, por mucho ejercicio que hagan, no lo consiguen.
En este punto entran en juego muchos factores como la genética, el desconocimiento sobre las calorías que consumimos, el poco descanso, diferentes enfermedades, sedentarismo y la desinformación acerca de hábitos perjudiciales que realizamos todos los días. Todo ello da el resultado de sentir que por mucho esfuerzo que pongamos, nunca veremos el resultado.
[Cómo trabajar los abdominales de forma eficiente, en palabra de expertos]
Entre los errores más comunes que encontramos de cara a hacer deporte consiste en únicamente centrarnos en la zona que queremos tonificar, olvidando el resto del cuerpo como si no tuviesen conexión. Por ejemplo, si queremos fortalecer nuestro abdomen y conseguir que finalmente esté plano, centrarnos únicamente en hacer la plancha abdominal no nos dará el resultado que buscamos.
Así lo explica Beto Egea, coach deportivo y entrenador personal especializado en pérdida de grasa en la mujer para Telva. Crear una rutina sin implicar brazos o piernas es un gran error, ya que para conseguir el abdomen de nuestros sueños hay más musculatura implicada que solo la ejercitamos si trabajamos todo el cuerpo.
El motivo por el que no conseguimos un abdomen plano
Bien es cierto que lo primero que debemos saber antes de buscar un abdomen plano es que hay muchos factores que pueden intervenir y ralentizar el proceso, uno de ellos la alimentación. Diferentes expertos hacen hincapié en que por muchos abdominales que realicemos a lo largo del día, si nos alimentamos mal, nunca vamos a conseguir un abdomen plano.
Una vez conocida la importancia de una dieta saludable, Beto Egea destaca que cuando realizamos ejercicios con mente en conseguir una tripa libre de grasas, habitualmente solo ejercitamos el recto abdominal, conocido como six pack, pero olvidamos los músculos internos como los transversos o los oblicuos. Este grupo es el que, según el experto, nos ayuda a vernos más estilizados, adelgazar el abdomen, afinar la cintura e incluso, a respirar mejor.
Sin embargo, a pesar de la importancia de conocer los ejercicios que debemos realizar, también existen prácticas que podemos hacer diariamente que nos pueden aportar grandes resultados y pocas personas conocen. El truco que el entrenador le da a Telva consiste en corregir la postura corporal que todos tendemos a olvidar e ignorar.
A lo largo de los días tendemos a realizar posiciones muy perjudiciales para el cuerpo, muchas veces no somos conscientes, pero muchas otras suponen un dolor y molestia que nos impiden continuar con normalidad. Todas ellas, afectan indirectamente a la estructura y morfología del abdomen.
Para mejorar la condición de esta parte del cuerpo, debemos centrarnos en la postura corporal y una de las maneras de hacerlo es meter el abdomen hacia dentro como si pensásemos que estamos cerrando una cremallera. Aunque todos nos estamos imaginando la actividad que todos realizamos cuando se nos marca mucho la tripa, que metemos el ombligo hacia dentro, no es la activación que señala el experto.
Debemos sentir que apretamos el abdomen de una manera más sensorial, como si de repente nos fueran a dar un puñetazo o como si estuviésemos cerrando la cremallera del pantalón. Contraer esta zona, pero sin meter la barriga, sino apretarla. Este pequeño truco el experto recomienda realizarlo cada vez que estamos de pie y convertirlo en una actividad rutinaria, que mejora la postura corporal y tonifica la tripa.